MÁS de 100 MILLONES de NIÑOS VIVEN en la CALLE.

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Cuando decimos niños, decimos niños. De la misma dignidad que nuestros hijos únicos. Ya sé que todo esto lo sabemos. Pero saber no es lo mismo que tener conciencia. Están en Manila, Sao Paulo, Lima y Beijing. Están en Medellín, Calcuta, Johannesburgo, Nairobi, Dakar o Kinshasa. Pero también están en Londres, Nueva York, Roma o Madrid. Son los gamines, los rateros, los comediantes, los meninos de la rua, … Sobreviven en los basureros, en las estaciones, en los puertos, en los puentes…


Cuando decimos niños, decimos niños. De la misma dignidad que nuestros hijos únicos. Ya sé que todo esto lo sabemos. Pero saber no es lo mismo que tener conciencia.

Están en Manila, Sao Paulo, Lima y Beijing. Están en Medellín, Calcuta, Johannesburgo, Nairobi, Dakar o Kinshasa. Pero también están en Londres, Nueva York, Roma o Madrid. Son los gamines, los rateros, los comediantes, los meninos de la rua, … Sobreviven en los basureros, en las estaciones, en los puertos, en los puentes, … en todo tipo de actividades generalmente ilegales. Porque no se ha ilegalizado en serio ni la injusticia, ni la miseria, ni el hambre, ni la esclavitud, ni el maltrato, ni la guerra,…ni este asesinato sistemático de la infancia.

Hay cuatro países conocidos por los asesinatos, ejecutados a sangre fría, de los niños de la calle: Brasil, Colombia, Guatemala y Honduras.

Este mundo sin alma tiene a más de 100 millones de niños huérfanos, viviendo invisibles en el monstruo de la calle de las grandes ciudades.


Canción para un Niño en la Calle

(A.Ritro – Frag. del poema «Hay un Niño en la Calle» de A.Tejada
Gómez)

A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle…
¡Hay un niño en la calle!

Es honra de los hombres proteger lo que crece,
Cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
Evitar que naufrague su corazón de barco,
Su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre.
De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
Ensayar en la tierra la alegría y el canto,
Porque de nada vale si hay un niño en la calle.

A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle…
¡Hay un niño en la calle!

No debe andar el mundo con el amor descalzo
Enarbolando un diario como un ala en la mano
Trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
Golpeándonos el pecho con un ala cansada;
No debe andar la vida, recién nacida, a precio,
La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
Porque entonces las manos son inútiles fardos
Y el corazón, apenas, una mala palabra.

A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle…
¡Hay un niño en la calle!

Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
Que hay millones de niños que viven en la calle
Y multitud de niños que crecen en la calle,
Yo los veo apretando su corazón pequeño,
Mirándonos a todas con fábula en los ojos,
Un relámpago trunco les cruza la mirada,
Porque nadie protege esa vida que crece
Y el amor se ha perdido, como un niño en la calle…

A esta hora exactamente,
Hay un niño en la calle…
¡Hay un niño en la calle!


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