Me niego a pagar la multa

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Hemos tenido la alegría de hablar con un hombre luchador y valiente. Le conocimos en su propio negocio: Fincas Nevot, en Vilanova i la Geltrú. Hasta allí fuimos para escuchar su caso, conocido este mes por los medios de comunicación.

El señor Manuel Nevot, se niega a pagar los 400€ de multa que le impone la Generalidad de Cataluña por tener su negocio rotulado en español. Hay que decir que, desde 1994 también lo tiene en catalán, en pequeño, pintado sobre la luna de su inmobiliaria. Pero el rótulo principal está en español.


Hace ya un par de años que se presentó por allí una inspectora con ganas de buscarle «tres pies al gato». Y dinero… Levantó acta por no tener el cartel principal en catalán y por no tener a mano las hojas de reclamación en las que constara que algún cliente se hubiera quejado por no estar el rótulo en catalán. (?)


Don Manuel sigue trabajando a pesar de su minusvalía de nacimiento y sus 73 años:


– Nunca tuve ningún problema de ese tipo, ¡jamás!


Con gran realismo nos cuenta sobre sus raíces y sobre la historia de Villanueva, en la que lleva viviendo toda su vida:


– Soy hijo, nieto y bisnieto de catalanes por las dos ramas, pues aunque mi padre y mi abuelo nacieron en Aragón, nuestro apellido procede de Cervera… amo profundamente a mi tierra pero con estos políticos que tenemos los catalanes, ¿qué hemos conseguido? que por culpa del tripartito nos desprecie «toda» España…


¿Y siempre habló usted en castellano o qué?


– Aquí siempre se ha hablado en las dos lenguas, nos entendemos todos perfectamente… cuando trascendió  todo esto y empezaron a venir por aquí los medios de comunicación y los representantes de los distintos partidos políticos, me dijo un amigo mío de ERC: «te pago yo la multa… pero pon el cartel en catalán»… pero ¡hombre! ¿tú crees que he llegado hasta aquí sólo por el dinero?


¡me niego a pagar la multa porque estoy luchando por la libertad, no sólo de         todos los catalanes, sino de todos los españoles!


Estoy luchando por la libertad de todos los catalanes, no sólo por la mía.


Nos dice que sabe de más personas que han sido multadas por casos similares al suyo.


– Este es un pueblo que nació en la edad media (Vilanova) fundado por gentes que se enfrentaron al señor feudal que vivía en el castillo de la Geltrú y que ejercía el derecho de pernada. El primer campesino que se negó a permitir que se cometiera aquella barbaridad con su esposa, tuvo que irse a vivir lejos de la protección del señor feudal, exponiéndose a los peligros de la época, fuera de la muralla protectora. Así nació este pueblo al que poco a poco se fueron añadiendo las casas de otros que se atrevieron a rebelarse ante las injusticias de los excesos de poder.


¿Qué va a ocurrirle ahora? Acaba de tener lugar el juicio en el que la jueza hasta le dio la palabra personalmente para que pudiera protestar ante las mentiras de los abogados de la Generalidad.


– Si ganamos, crearíamos jurisprudencia. Y no podrían obligar a la gente a rotular en sus negocios en contra de su libertad de hacerlo en una u otra lengua. Pero si prevalece la politiquería sobre la justicia es la libertad la que pierde en Cataluña.


Muchas gracias, don Manuel. Por toda una vida de duro trabajo a pesar de faltarle un brazo de nacimiento, por su sentido común, su lucidez, su capacidad crítica, su sentido de la libertad, por decir «Generalidad» y «Villanueva», y sobre todo, sobre todo, gracias por ponerse a «nuestra entera disposición» para colaborar en todo lo necesario con la causa de beatificación de Guillermo Rovirosa, ese otro vecino de Vilanova con tan alto sentido de la Justicia con mayúsculas.