Son los empobrecidos los verdaderos protagonistas de la historia de la humanidad.
Para que ese protagonismo de los pobres de la tierra se manifieste cultural, económica y políticamente no queda otra solución que la promoción de militantes que se responsabilicen del Bien Común de sus comunidades y que con otras organizaciones hagan fuerza en ajustar «el desajuste o desastre generado actual».
El latrocinio planificado de los pueblos empobrecidos, que también se manifiesta en guerras y sometimiento de las poblaciones, sigue siendo la mayor causa de la migración y desplazados.
Los más de 250 millones de desplazados de las tierras que nunca debieron de abandonar (tampoco querían), de los que miles mueren en aguas, desiertos o en barracones de esclavitud; tienen derecho a ser acogidos, respetados en su plena dignidad, dignidad que no da la nacionalidad o el pasaporte…
Nuestro deber y el de los mismos migrantes, es el de luchar por la justicia, poniendo nuestras vidas al servicio de los pueblos más empobrecidos de la tierra, sus pueblos.
Esclavos en Libia, muertos en el Mediterráneo y desierto, o asesinados en el tren de la Bestia, llaman a la puerta de nuestras conciencias. Acojamos si, …y también luchemos… empezando por generar una opinión púlica solidaria.