Día tras día, miles de mexicanos, guatemaltecos, hondureños y salvadoreños abandonan y emprenden un peligroso viaje hacia Estados Unidos con la esperanza de poder radicarse ahí y hacer realidad para ellos el “sueño americano”.
La mayoría busca escapar de la miseria de sus comunidades, la que nunca han podido o querido reducir sus gobernantes corruptos. También huye de la violencia y la inseguridad que se ha apoderado de vastas zonas de sus países.
No es casualidad que 42 de las 50 ciudades del mundo con las más altas tasas de homicidio sean latinoamericanas y se localicen en donde el hampa opera con una casi total impunidad.
De las 42, 17 están en Brasil, 12 en México, cinco en Venezuela, tres en Colombia y dos en Honduras. Las cuatro restantes se localizan en El Salvador, Guatemala, Honduras y Jamaica.
Por cuestión de distancias, a México raramente llegan quienes emigran de Sudamérica. De Venezuela muchos se han ido a Colombia y Brasil mientras que la emigración de brasileños es relativamente baja.
Las tasas de homicidio que se registran en las 12 ciudades mexicanas son escandalosas y no han sido materia de mayor análisis en los medios de comunicación durante los casi 15 meses que la pandemia de Covid-19 ha matado a cientos de miles en nuestro país.
De acuerdo con el sitio worldpopulationreview.com, dentro de la lista de las 50 ciudades con las más altas tasas, las mexicanas ocupan los siguientes lugares (la tasa se anota entre paréntesis): 1. Los Cabos (111.3); 3. Acapulco (107.0); 5. Tijuana (84.8); 5. La Paz (84.8); 8. Ciudad Victoria (83.3); 12. Culiacán (70.1); 20. Ciudad Juárez (56.2); 29. Chihuahua (49.5); 31. Ciudad Obregón (49.1); 36. Tepic (47.1); 38. Reynosa: 43. Mazatlán (39.3).
De Honduras, San Pedro Sula está en el lugar 26 (51.2) y Tegucigalpa el 35 (48.0), mientras que la salvadoreña San Salvador está en el 17 (59.1) y la guatemalteca Guatemala en el 24 (53.5).
Ahora bien, las tasas de homicidio solo muestran que tantas personas son asesinadas por cada 100,000 personas, pero no indican cómo los habitantes de un lugar perciben a la criminalidad que los rodea.
Estos datos están en www.numbeo.com, que desde 2009 recopila estadísticas diversas, entre ellos las delincuenciales.
Su Índice de Criminalidad mide la percepción que las personas tienen en torno al cambio en el nivel de criminalidad en los últimos tres años, su sensación de seguridad caminando de día y de noche, su preocupación de ser asaltados, de que les roben sus coches, o que los agredan física o verbalmente debido al color de su piel, origen étnico, sexo o religión, su percepción del tráfico y consumo de drogas, de los delitos contra la propiedad y de los crímenes violentos.
Para Numbeo, los niveles de criminalidad menores a 20 son muy bajos, entre 20 y 40 son bajos, entre 40 y 60 son moderados, entre 60 y 80 son altos y superiores a 80 son muy altos.
En este índice México y los tres países centroamericanos obtienen este puntaje: Honduras (74.78), El Salvador (68.82), Guatemala (58.15), México (55.0).
La gente escapa de la violencia y la pobreza y en estos cuatro países ambas abundan y tienden a agravarse.