…cuando la Iglesia defiende su libertad, defiende el privilegio de poder afirmar que el hombre y su dignidad…
Monseñor Javier Martínez defiende «la libertad de la Iglesia» ante el «laicismo dogmático y despótico»
(VERITAS) Monseñor Javier Martínez, arzobispo de Granada dedica la primera parte de una amplia carta escrita con motivo del Día del Seminario, a afirmar «la libertad de la Iglesia en tiempos recios»»Los tiempos son recios porque un laicismo dogmático y despótico, fundamentalista e intolerante, fruto a su vez del relativismo y del culto a una libertad sin sentido ni objeto, experimenta en la Iglesia, en sus personas y en sus obras, el único punto de resistencia a la pretensión de dominio absoluto sobre las conciencias y sobre las costumbres, es decir, sobre la vida entera de los hombres».
El arzobispo sostiene que «en un contexto así, la libertad de la Iglesia se convierte en una piedra de toque fundamental en la relación de la Iglesia con la sociedad, en un criterio de esa relación del que es preciso dar testimonio hasta con la vida, si fuese necesario».
Monseñor Martínez afirma que «la defensa que hace la Iglesia de su libertad no es corporativista» y que «cuando la Iglesia defiende su libertad, defiende el privilegio de poder afirmar que el hombre y su dignidad, y los aspectos más decisivos y los bienes más grandes de su vida, son previos e independientes del Estado, y de cualquier forma de poder, cuya legitimidad implica estar al servicio de esa vida y de esos bienes».
