En Mendoza, Argentina, 25.000 personas dependen de la cosecha del ajo. Alrededor del 42% del empleo es en negro
La mitad de este empleo se subcontrata a cooperativas. Se ha denunciado una en concreto que maneja a unos 17000 empleados de varias provincias:
Colonia Barraquero. Se trabajan 15 horas seguidas por salarios de hambre y con la explotación de niños y niñas. No hay francos ni licencias por enfermedad, embarazo o maternidad. Por cada 10 kilos de ajo embalado reciben un salario de $2,29 pesos mientras que la empresa embolsa 18 dólares por caja en el mercado externo. Se cobra por quincena, y de ahí la cooperativa descuenta el 5% para aportes patronales que luego no figuran en ningún lado.
No figura tampoco, para trabajar, edad límite: es suficiente con que los niños sepan usar las tijeras y los bebés sean depositados a la sombra de los yuyales en las acequias.
Las obreras ya están en pie de lucha. «Contra esto sólo podemos oponer la lucha de las mujeres ajeras organizadas. 2009 debe ser el año en que en Mendoza dejen de existir niños esclavos».
Vaya desde aquí nuestra solidaridad en forma de lucha política. ¡A ver si se enteran los sindicatos agrarios de nuestra vieja Europa.