MORAL E ILEGAL. Un caso de emigración clandestina de la España del hambre
5 DE AGOSTO DE 1950: MISERIA
«Los organizadores eran gente bien relacionada; íbamos los desgraciados, iban a negociar con nosotros». Como siempre: los pobres pagan y emigran; otros hacen el negocio.
Hablamos de 1950. Los que lo vivieron recuerdan haber ido de isla en isla, de pueblo en pueblo para encontrar un viaje organizado a Venezuela. Organizado por ls que no arriesgaban nada.
El barco lo compraban los que iban a viajar a razón de unas 5.000 pesetas de las de entonces. En concreto, en el Telémaco, Tomás Álvarez Montelongo compra a «Gil Hernández Hermanos» el barco por 150.000 pesetas, para dedicarlo al cabotaje entre islas. Posteriormente la ORGANIZACIÓN llega a un compromiso de compra con Montelongo por un importe de 575.000 pesetas.
El embarque se va realizando en discretos lugares de las diferentes islas. La vida en el barco es una mezcla de ilusión y miseria. Los víveres, especialmente el agua, son escasos. Carecen de instrumentos de navegación, se acaba el combustible… La unión, el ánimo de unos a otros, los rezos son los únicos asideros.
30 DE AGOSTO DE 1950: LA MULTINACIONAL
Tras las penurias habituales y los dolores de un temporal, aparece en el horizonte el buque Campante, de la CAMPSA. Representó una alegría, los viajeros lloran. El Campante primero se va, después vuelve y arroja en peligrosas aguas dos barrilitos de 100 litros de agua, un garrafón de aceite y otro de arroz. Algunos hombres tuvieron que tirarse a aguas en que no pocas veces aparecen tiburones. El Campante además les dio la ruta exacta. Uno de los viajeros recuerda: Dios quiera que ese barco esté en el fondo del más abajo, porque total que pedimos auxilio para que nos dieran solamente agua. Se acercó y salió con una bocina: «No se acerquen». Pensaban que éramos piratas. Somos españoles, necesitamos auxilio. Ya sabían que el «Telémaco» era español. Nosotros le pedimos solamente agua. Se portó como un canalla el barco ese.
MARTINICA: SOLIDARIDAD
Fue a la llegada a la isla Martinica cuando los empobrecidos emigrantes encontraron solidaridad. Para poder llegar a ella, los viajeros se tumbaron a un lado del barco, intentando que el poco combustible que quedaba llegara al motor. Uno recuerda: Cuando nos vieron de aquella forma preguntaron y demás, el barco estaba roto. Aquella gente fue para tierra y avisaron de que nosotros estábamos en un estado crítico y avisaron al pueblo para que nos protegieran y nos trajeran comida. A la hora ya estaba el barco con comida como para un año. Aguardiente, papas, todo todo todo, más que nada comida fresca porque eran las doce.
11 DE SEPTIEMBRE: LLEGADA ILEGAL
Cuando llegan a la Guaria ven los veleros Dragón, Capitán Peary, Juanito Suárez, Estrella Polar, La Carlota, Nuevo Teide, San Jorge, Adán, Gaspar, Platanito, América, Benahore, San Miguel.
Al poco llegan las autoridades. Detienen a la tripulación o lo que les parece la tripulación. Mientras están en La Guaria los gomeros que ya vivían en Venezuela les hacen llegar víveres, preferentemente a sus familiares. Aquí pasaron unos siete días. Algunos aprovecharon para escapar. Los detenidos pasan a la cárcel modelo.
23 DE SEPTIEMBRE: LA ORCHILA
Los otros son embarcados hacia la isla La Orchila, donde todo ganado que entra en Venezuela es puesto en cuarentena. Además la situación política dificulta las cosas: gobierna un triunvirato militar a quien el pueblo denomina los tres cerditos.
Por estos días llegan también el Doramas y el Anita, en condiciones similares al Telémaco. También llegó por esos días un valenciano que tenía relación con algún miembro del gobierno mexicano que, parece, presionó al gobierno venezolano.
13 DE NOVIEMBRE: HACIA VENEZUELA
Este día un barco de guerra lleva la primera expedición. El mismo día que mataron al presidente Delgado Chalbaud. El Ministerio de Agricultura y Cría ya había tomado los datos de las diferentes profesiones. Quieren dedicarles sobre todo a la agricultura en el interior del país.
Les hacen un reconocimiento médico a fondo. Y les ponen a cortar caña. No ganaban para vivir. En cuanto podían dejaban ese trabajo.
El 19 de agosto el gobierno franquista abre las puertas a la emigración. Antes era ilegal… pero moral. Ahora será legal… pero un barco de la CAMPSA seguirá tan «Campante«.
[1] José Marrero, Ricardo García Luis y Lorenzo Croissier publicaron en 1982 Telémaco. El primero de ellos figura como editor de esta historia poco conocida: el ilegal viaje de un barco desde La Gomera a Venezuela.