¿Por qué los bancos no prestan dinero a las familias y empresas?

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Tapar agujeros de los desmanes de la banca, invertir en deuda pública o en las grandes empresas transnacionales.

Podemos clasificar los motivos más importantes de la siguiente forma

El dinero que están recibiendo los bancos privados (por parte del Banco Central Europeo) está siendo utilizado para tapar sus agujeros.

Si los bancos privados estuviesen saneados y no tuviesen problemas de solvencia, tal vez prestarían ese dinero a familias y empresas. Lo que ocurre es que estas entidades de crédito tienen muy maltrechos sus balances (debido a sus excesos durante el boom económico y financiero) y por lo tanto aprovechan el dinero que reciben para sanearlos.

A los bancos privados les sale mucho más rentable invertir en actividades como la de deuda pública que prestar a familias y empresas. Desde el traspaso de la crisis bancaria a la crisis de deuda pública y el consiguiente aumento de las primas de riesgo de los países periféricos, se ha originado un negocio muy lucrativo en el mercado de deuda pública. El dinero que el Banco Central Europeo está facilitando a los bancos privados está siendo empleado para comprar títulos de deuda pública de países como España, Portugal o Grecia, que generan una rentabilidad muy elevada, haciendo de esta actividad un plato mucho más goloso que el de conceder préstamos a familias y empresas. A modo de comparación: para que el negocio de prestar dinero a familias y empresas fuese igual de rentable que el de invertir en deuda pública los bancos deberían prestar a familias y empresas a un tipo de interés cercano al 14% (y obviamente no lo van a hacer porque nadie aceptaría esas condiciones tan abusivas).

La legislación bancaria internacional penaliza los créditos a familias y empresas (y beneficia los préstamos a bancos y grandes empresas y las inversiones en deuda pública de países con elevada calificación). Los bancos privados deben por ley guardar una determinada cantidad de dinero de forma preventiva, para poder abordar cualquier imprevisto que pueda surgir. Esto les viene mal a los bancos porque precisamente obtienen beneficios utilizando el dinero, no guardándolo en sus cajas fuertes. Esta cantidad a almacenar será mayor cuanto más dinero utilicen los bancos en actividades arriesgadas. Puesto que la legislación considera “arriesgado” prestar a familias y a pequeñas y medianas empresas, los bancos evitan conceder préstamos a este tipo de agentes (puesto que tendrían que almacenar más dinero conforme otorgasen más créditos). En cambio, como la legislación considera “seguro” prestar a bancos y a grandes empresas.

Por todo ello, la propia legislación vigente obstaculiza que el dinero fluya a familias y a empresas.

Fuente: lamarea.com / Eduardo Garzón ( * Extracto)