Religiosas en Bangladesh salvando a niñas del tráfico sexual

1396

Las monjas de Talitha Kum no dejan de salvar niñas del tráfico sexual

El 40 % de las víctimas bangladesíes son mujeres que acaban en la esclavitud en países como India, Malasia, Singapur o los países del Golfo, mientras que el 15 % son niños

Jaeda Akhter es una mujer bangladesí de 30 años, esposa y madre de un niño, que fue víctima de una banda de traficantes de personas que hizo su vida imposible, con el engaño de emigrar al Reino Unido o a Canadá para hacer realidad el sueño de una vida mejor, lejos de la pobreza. Pero el sueño devino en pesadilla. Esclavizada y obligada a prostituirse, tras una serie de experiencias angustiosas, incluida la cárcel, consiguió volver a casa en un estado deplorable, física y mentalmente.

Trata y matrimonios forzados

La dramática historia de Jaeda Akhteres es parecida a la de cientos de chicas de familias indigentes de Bangladesh que «se convierten en víctimas fáciles de los traficantes de personas», dice a la Agencia Fides la hermana Josephine Rozario, religiosa de las Hermanas Salesianas de María Inmaculada, junto al padre Liton Gomes de Talitha Kum Network, la red internacional que lucha contra el tráfico de personas.
Las hermanas católicas, los voluntarios y los profesores de Talitha Kum intentan hacer una labor de sensibilización y educación en escuelas, parroquias y comunidades para concienciar a las chicas y contrarrestar fenómenos sociales como los matrimonios forzados y la trata de seres humanos.
«Bangladesh es uno de los países de Asia más expuestos al fenómeno, debido a la pobreza y al desconocimiento de estas dinámicas delictivas. Al sensibilizar a las niñas y a las familias, realizamos una importante labor de prevención», explica la religiosa. Desde 2020, Talitha Kum Network Bangladesh ha organizado 16 seminarios contra el matrimonio precoz y el tráfico de personas.
La educadora Sumi Gomes habla con sus alumnas adolescentes «para que se salven de la trata de personas y de los matrimonios precoces y forzados». El objetivo es «implicar a las adolescentes y a las mujeres jóvenes para que luego ellas también puedan desempeñar un papel activo en la sociedad» contra la trata de seres.
«Hace unos meses, una chica de 14 años me contó que sus padres habían concertado su matrimonio; pero ella, por fuerza de voluntad, lo canceló tras asistir a uno de nuestros seminarios», cuenta la religiosa Josephine Rozario, que añade a su testimonio el apoyo «a las víctimas y a sus familias con ayudas en metálico, para que puedan rehabilitarse y empezar de nuevo su vida».
El misionero javeriano P. Giovanni Gargano, sacerdote en Noluakuri, señala que «estos seminarios son muy populares en nuestra zona porque en las áreas remotas las niñas son vulnerables, y muchos padres necesitados o sin educación tienden a entregarlas, con el espejismo de una vida mejor, a intermediarios que luego resultan ser miembros de redes criminales».

Más de 50.000 mujeres

Según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, los ciudadanos de Bangladesh, India y Pakistán son objeto de trata en al menos 40 países del sur de Asia.
El 40 % de las víctimas bangladesíes son mujeres que acaban en la esclavitud en países como India, Malasia, Singapur o los países del Golfo, mientras que el 15 % son niños. Según las cifras del gobierno de Bangladesh, más de 50.000 mujeres bangladesíes han sido víctimas de la trata en los últimos 10 años.