Miles de muertos, poblaciones condenadas a errar en condiciones inhumanas, secuestros de niños para enrolarlos en grupos armados, etc.… Un verdadero drama humano que se da ante nuestros ojos y no puede dejar indiferente a nadie.
Guerra en el este del Congo: condena de los Obispos en el mensaje Kinshasa:
«Miles de muertos, poblaciones condenadas a errar en condiciones inhumanas, secuestros de niños para enrolarlos en grupos armados, etc.… Un verdadero drama humano que se da ante nuestros ojos y no puede dejar indiferente a nadie». Es así que la voz de los Obispos de la República Democrática del Congo se alineó a la del Santo Padre (ver Fides 13/10/2008) para pedir el fin del drama de las poblaciones del norte de Kivu en el este del país.
En un mensaje titulado «Sangre de los inocentes en la República Democrática del Congo», la Conferencia Episcopal del Congo (CENCO) «condena duramente el innoble modo de considerar la guerra como un medio para resolver los problemas o satisfacer ambiciones inconfesas. Denuncia todos los crímenes cometidos contra los pacíficos habitantes y en el modo más absoluto el reclutamiento de niños para obligarlos por la fuerza a combatir. Condena firmemente la toma de rehenes de la población civil y su uso como escudos humanos».
La CENCO «teme que estas guerras, recurrentes en el este y noreste, no sean solamente una mampara para cubrir el saqueo de recursos naturales. Porque se combate donde existen riquezas que se explotan y se querría explotarlas de manera ilegal. Se teme también que estas guerras no sean sino un modo, velado, de actuar el plan de balcanización del país mediante la creación de «estados enanos». La Conferencia Episcopal del Congo no dejará de recordar que la integridad territorial, la intangibilidad de las fronteras y la unidad nacional de la República Democrática del Congo no son negociables».
Los Obispos invitan además al nuevo Primer Ministro y al nuevo gobierno a dar la máxima prioridad a las cuestiones del este del país y hacen un llamado a la comunidad internacional para que aumente los esfuerzos por traer la paz a aquellas regiones: «todo el mundo ganaría con un Congo en paz en vez de un Congo en guerra».
Tras haber recordado que la verdadera paz no es simplemente ausencia de guerra, sino que «se funda en una concepción correcta de la persona y en un orden social según la justicia y la caridad», los Obispos concluyen invitando a todos a «mostrarse más solidarios y compasivos por los sufrimientos de nuestros hermanos y hermanas, víctimas de estas guerras».
Además de la guerra en el norte, desencadenada por las fuerzas de Nkunda, en la provincia oriental, frontera con Sudán, los guerrilleros ugandeses del Ejército de resistencia del Señor (LRA) atacan a la población civil. La diócesis de Dongu-Doruma ha hecho público que más de 121mil personas han sido obligadas a abandonar sus casas a causa de las incursiones del LRA; de estas 21.700 son niños y 98.800 son ancianos. La diócesis ha exhortado a las Iglesias hermanas pidiendo ayuda para estas personas. (L.M.)