SER VOZ DE LOS SIN VOZ

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La información está sometida a un rígido control.¡NO HAY LIBERTAD DE INFORMACIÓN!
Que estamos en un mundo en guerra no lo dudan ni los Vencedores, es decir, los Fuertes. Mucho menos las víctimas, es decir, los débiles. Sólo lo cuestionan los mediocres, es decir, ese colchón fofo decidido a vivir vegetalmente inmerso en el deseo profundo de pertenecer a los vencedores estando de antemano vencidos. Nos lo ha dicho el mismísimo Papa, pero la soberbia de los cristianos es infinita para dignarse a escuchar tamaña desacreditada autoridad. «Estamos en una auténtica guerra de los Fuertes contra los débiles». Sin esto de partida no se va a entender nada de lo que significa Voz de los sin Voz.
¡NO HAY LIBERTAD DE INFORMACIÓN!

Si es verdad que estamos en guerra, y lo creemos profundamente, los Fuertes, si quieren seguir en el bando de los vencedores, no tienen más remedio, como en toda guerra, que controlar los recursos estratégicos para someter a la población. El control de la población es básico en todo deseo de mantenimiento de poder. Y hoy el recurso estratégico por excelencia se llama INFORMACIÓN. Este control de la información incluye:
– El control de la producción de la Información. Lo que significa el control de todos los principales Centros que producen «conocimientos»: Universidades y demás Centros de Investigación científica. Así como el control de las «fuentes» de información.
– El control de la distribución de información, es decir, el de QUIÉNES y CUÁNTOS, van a acceder, en serio, a dichos conocimientos. Es decir, el de quiénes y cuántos van a acceder al estatus de CAPITAL HUMANO.
La principal «guerra» del Siglo XXI se dirime en este escenario: el del control de la información, tanto la información que se crea como la que se comunica. Tanto el de los medios de producción como el de los medios de distribución.
La información, por tanto, está sometida a un rígido control, o dicho de otro modo, a una rígida censura cuyos mecanismos, con ser más sutiles que en una dictadura, no son menos eficaces. La lógica de la información, con ser intrínsecamente democrática (se trata de la única materia que no se pierde cuando de traslada de un lugar a otro) ha sido sometida a la lógica del «mercado» y por tanto será tratada como una mercancía más, como siempre, al servicio del que tiene «poder» para adquirirla y no del que fundamentalmente la necesita. El dato está ahí al alcance de todos y es contundente: si el abismo Norte- Sur en lo que se refiere a riqueza material se agranda irremediablemente, el que se refiere a «información» (léase tecnología) resulta insondable. Su proporción es de 99/1.
Para no extendernos más en este tema, simplemente vamos a referir formas de censura real que hacen de la información un bien al servicio de sólo los más «poderosos». Para ser más concretos, lo referimos al campo de las informaciones «escritas», para poder valorar lo que ha conseguido nuestra editorial:
1.- La censura de las «fuentes» de información. El acceso a las mismas está limitado jurídicamente por dos grandes mecanismos: los derechos de propiedad intelectual y los derechos de autor. Si por fuentes nos referimos a las Grandes Agencias de información, cualquiera que esté bien informado sabe que en este momento sólo existen entre 3 y 4 agencias, todas ellas del Norte, con poder real de cubrir la información que se produce en el mundo.
2.- La censura de los Medios de Producción. La censura tecnológica y financiera. De hecho la casi totalidad de la industria está en manos de grandes transnacionales multimedia en las que están cada vez más inseparablemente imbricadas sociedades industriales y financieras. Y estas empresas son, a su vez, cada vez menos, siguiendo el mismo proceso de concentración de emisores que hemos señalado al hablar de las Agencias. La sociedad está ciertamente incapacitada para poner en marcha los medios de información que podrían hacer real el derecho a la libertad de información. También lo está básicamente para acceder a ellos. Para tener no una mera suposición sino una total certeza sobre esto sólo hay que analizar en cualquier medio escrito cuándo es noticia la sociedad como tal , como protagonista colectivo.
3.- La censura o el filtro de la publicidad, es decir, de los anunciantes. Lo que es lo mismo que decir también las grandes empresas transnacionales ya que éstas son, en cualquier país, los grandes anunciantes, los grandes inversores en publicidad. Y todo el mundo sabe quien financia en última instancia los Media.
4.- La censura del control de las redes de distribución: kioscos, librerías, grandes almacenes, etc. En último término ellos deciden qué es demandado por el consumidor y, por tanto, qué debe y en qué cantidades, ser producido. Ellos poseen la «información» de la demanda, básica en toda empresa que se precie.
5.- La censura del precio. Nuestra experiencia en la editorial ZYX, en tiempos de la dictadura, es harto elocuente. ¿Queréis pasar la censura de los contenidos?, pues subid el precio a vuestros libros.
6.- La censura de la sobreinformación. Saturemos de publicaciones el mercado. La basura, al lado y al mismo nivel que lo serio. La educación de la opinión «pública» en manos de los Fuertes. Ya «elegirán» luego libremente… lo que les convenga: «Gran Hermano» rompe los índices de audiencia.
Sin embargo, la información es un ingrediente fundamental de nuestra conciencia. Una conciencia libre, no manipulada, exige una conciencia rectamente formada e informada.
Así lo intuyeron todas las corrientes liberadoras históricas. El Movimiento Obrero, principal sujeto colectivo débil en la historia, lo tuvo muy claro y así lo expresó la federación española de la primera internacional: «La ignorancia y la miseria son los principales enemigos del pueblo. Frente a la ignorancia, periódicos y libros. Frente a la miseria, asociación.» Hoy con más razón si cabe que antaño, siendo la información, como es, el recurso más importante que marca la frontera entre fuertes y débiles. Todo movimiento emancipador de transcendencia es principalmente un movimiento cultural, un movimiento fuertemente educativo y pedagógico. Evidentemente, los débiles, al tomar conciencia de estar en posesión de una cultura muy superior a la de los fuertes, se cuidan mucho de que los MEDIOS CULTURALES que pongan en marcha han de estar en todo momento bajo su control, deben ser MEDIOS PROPIOS, medios suyos. Cuando se rompe esta independencia, el movimiento obrero abre las puertas de su colonización ideológica.

EVANGELIZAR DESDE UNA ESPIRITUALIDAD DE ENCARNACIÓN.

La tercera gran coordenada en la que se inscribe esta editorial es la evangelizadora- eclesial. En la historia reciente de la Iglesia nos encontramos al menos tres estrategias evangelizadoras que han respondido a diferentes mentalidades, y por tanto, corrientes de espiritualidad, dentro de la Iglesia:
La mentalidad de preservación de la fe. Ha generado instrumentos evangelizadores principalmente preservadores de la fe, sin apenas dinamismo apostólico, frente a la persecución anticlerical en la que la Iglesia se siente ante la emergencia de la burguesía anticlerical liberal del siglo XIX. Es el caso de la enseñanza de pago, las numerosísimas obras asistenciales y numerosísimas obras «anticorruptivas» tipo cofradías.
La mentalidad «social», que genera plataformas de evangelización de la burguesía en intensidad, interclasista, y destinada a obtener altas cotas de influencia social, política y económica. Mientras que al tiempo genera para la masa, plataformas de evangelización en extensión, sin intensidad.
La mentalidad apostólica, consecuencia del lanzamiento del apostolado obrero horizontal, como apostolado específico, y que entronca con la tradición más genuina de un movimiento de pobres. Su máxima fue ya claramente expresada por Juan XXIII: «la evangelización de los campesinos ha de ser obra de los campesinos mismos». Dentro de esta corriente se pondrán en marcha tres plataformas que serán los antecedentes de nuestra actual editorial: El periódico «Tú» y las publicaciones de la HOAC, la editorial ZYX- en los años 60-, y las ediciones DERSA. La teología sobre los laicos que ya tiene su expresión clara en el Concilio Vaticano II confirmará que en el ejercicio de su misión eclesial de Caridad Política, éstos pueden y deben asumir plena autonomía y responsabilidad, lo que necesariamente exige como consecuencia la posesión de medios de evangelización propios que sirvan fundamentalmente a los empobrecidos de la Tierra.

EDICIONES VOZ DE LOS SIN VOZ.

En estas tres coordenadas ya tenemos definida la identidad fundamental de ediciones Voz de los sin Voz. Ediciones Voz de los sin Voz serán:
*Un instrumento de evangelización propio de laicos al servicio de los empobrecidos de la Tierra.
*Que entronca con las experiencias de emancipación históricas, tanto del movimiento obrero como de la corriente apostólica de la Iglesia, y que tiene en cuenta la necesidad de la acción cultural en intensidad que exige toda revolución cultural.
*Que busca una incidencia apostólica en la sociedad. Incidencia que se traduce en distribuir una información, unos instrumentos de formación y una corriente de opinión pública favorable a la Solidaridad, la Justicia y la Autogestión.
Rompiendo las distintas formas de censura informativa que genera el Imperialismo a plano universal:
La de las fuentes: poniendo al servicio de la sociedad los bienes (información y formación) que en este momento son necesarios y, por lo tanto, usando el derecho a disponer de las fuentes que se precise sin respetar el derecho de propiedad absoluto que intenta preservarlas a los que no tienen voz. De manera que podemos disponer de los mejores autores del mundo en todas las materias.
La de los medios y la financiación: utilizando medios pobres, capitalizando con trabajo gratuito todo el proceso de producción y distribución, no dejándonos hipotecar ni con subvenciones ni con «amigos generosos de la causa», ni con stocks de libros no difundidos pagando almacén.
La de la publicidad. Simplemente no la necesitamos. Nos publicitamos a nosotros mismos y propagamos todos aquello que estimamos que sirve solidariamente a los pobres haciendo promoción y no asistencialismo. Y somos conscientes de que sobre la editorial, conocida de sobra por cuantos sectores sociales y eclesiales tengan presencia en esta sociedad – no en vano llevamos 20 años saliendo a las «plazas públicas»-, pesa una tremenda censura, la del silencio. Y empieza a pesar otra, la de la persecución de las «autoridades públicas» de ciertos ayuntamientos que entienden que la libertad de expresión para la solidaridad pasa por pagarles impuestos.
La red de distribución es militante. Es decir, gratuita y vinculada a la acción de los militantes. Estos, conscientes de que ninguna acción en la actualidad es más importante para acabar con las causas de la miseria en el mundo que la de potenciar los instrumentos de una revolución cultural, se han lanzado a realizar esta labor de forma sacrificada, desinteresada y gratuita. Sólo la inconsciencia impide que grupos que nos conocen y han compartido la importancia de esta labor la asuman como propia no en beneficio del Movimiento Cultural Cristiano, sino en beneficio de los empobrecidos de la Tierra y de la Iglesia, que es al servicio de quien quiere estar el Movimiento Cultural Cristiano.
La del precio. Ya que el precio no es tal. Se solicita, como viene expresado en todas las contraportadas de nuestras publicaciones, una colaboración económica que está de 6 a 10 veces por debajo de los precios del mercado y que, por supuesto, no paga -en el sentido comercial del término- las mismas. Alcanza a cubrir, sin embargo, su reproducción y la restitución de fondos para nuevas plataformas misioneras. De manera que lo que hacemos es evidentemente UN SERVICIO. Nadie nos hace un favor comprándola. A poco que lo piense el que la recibe sabrá que gran parte del beneficio lo recibe en primer lugar él, y lo hace posible para los empobrecidos de la Tierra.
La de la sobreinformación. Proporcionando una selección rigurosa de información (Revista Autogestión; Id y Evangelizad) y de publicaciones con criterios claros de servicio a la promoción de los sin Voz y a la espiritualidad de encarnación. Pero sin sectarismos. Así en nuestras ediciones se encontrará, en fidelidad a estas dos líneas, una pluralidad de autores y de corrientes de la que carece cualquier otra editorial conocida similar.
* Un testimonio real, a través de una experiencia que es primordialmente cultural pero que no deja de ser una experiencia económica distinta, de que está al alcance de los excluidos de la tierra, si quieren, el poder de romper con las censuras impuestas para la alienación y la manipulación de la conciencia de la humanidad.