El 27 de Abril de 1994 Sudáfrica había certificado con las urnas su ansia de libertad, que había ganado con cárcel, sangre, persecución..Recientemente se han celebrado los comicios en medio de una sociedad más desigual sin la presencia de Nelson Mandela.
Los negros no podían ir a los barrios de los blancos sin el «pasaporte de los tontos». Así llaman todavía los ancianos de Soweto al permiso para transitar por las zonas ricas durante el apartheid, el sistema político que imperó durante la segunda mitad del siglo XX. Los papeles mostraban si era jardinero, limpiadora..y cuantas horas podían estar allí.
El pasado 7 de mayo se celebraron las primeras elecciones sin Mandela, una sociedad libre pero una de las más desiguales del mundo.
Hoy un hogar de blancos gana de media 6 veces más que una casa donde vive población negra. Las rentas no se igualarán en décadas, afirman. Es cierto que hay una nueva clase media negra los llamados «diamantes negros», que se pavonean por las calles con lujo…pero son los menos.
Sudáfrica recientemente superada por Nigeria en términos de PIB, es un país extremadamente rico en recursos naturales con una industria muy productiva (diamantes, oro, platino…).
Pero la pobreza hoy es mayor que en 1994, un 2,6% más de pobres, estiman que hoy son un 47% de la población.
El país se ha convertido en la puerta de explotación de África para países sobretodo emergentes como China, Brasil, India…
13 millones de personas viven en chabolas, al lado del estadio de la final donde España ganó la final se desparraman miles de ellas bordeando un río, a pocos kilómetros de los barrios más ricos.
El 84% de los 43 asesinatos y las 154 violaciones denunciados cada día ocurren en barrios pobres como el de Sindiswa y Samuel. Paro y alcohol son una mala receta que envuelve a las familias que viven en estos barrios, donde un pedazo de pan en una bolsa de plástico son su modus vivendi…
Fuente: Magazine