Expertos en derechos humanos de Naciones Unidas acusaron a ambos bandos del conflicto sudanés, ejército y paramilitares, de usar el hambre como arma, negando el acceso a alimentos de millones de personas que lo necesitan, por lo que pidieron a las dos partes que detengan sus bloqueos y saqueos.
Las agencias advierten que más de 750.000 personas se enfrentan al hambre (muerte) y 25,6 millones se encuentran en situación de crisis por inseguridad alimentaria.
Más de dos millones de refugiados han buscado seguridad en los países vecinos.
«El nivel de hambre y desplazamiento que vemos hoy en Sudán no tiene precedentes», aseguraron en un comunicado los expertos, quienes señalaron que unos 25 millones de sudaneses tienen problemas graves de acceso a alimentos tras el conflicto que estalló en abril de 2023.
La situación es especialmente grave en zonas como El Fasher, capital de la provincia de Darfur Norte y que lleva semanas asesinada por las FAR, «dejando atrapadas a cientos de miles de personas, con graves carencias de agua y alimentos».
Los expertos pidieron a los Gobiernos de otros países con influencia en el conflicto que tengan su asistencia financiera y militar a los bandos combatientes, ya que, aseguraron, esa ayuda los convertirá en «cómplices del uso del hambre como arma y de crímenes de guerra y contra la humanidad».
Firman el comunicado los relatores sobre el derecho a la alimentación (Michael Fakhri), al derecho a la salud (Tlaleng Mofokeng) y al agua (Pedro Arrojo-Agudo). EFE