UN ADOLESCENTE DE 15 AÑOS, CAMINO A LOS ALTARES

2455

Tenía apenas 15 años cuando recibió, como un mazazo, la noticia: una agresiva leucemia había invadido su cuerpo. Hace ahora un año, la vida de Carlo Acutis, un adolescente milanés, tocaba a su fin.

La Razón. Octubre 2007.


Desde ese momento creció como la espuma su fama de santidad, un factor que la Iglesia tiene en cuenta -aunque no es determinante- a la hora de una posible canonización.


Carlo no era un santo «al uso»: no hizo milagros en vida, ni tampoco levitaba; era, según los que le conocieron, «un muchacho normal: alegre, sereno, sincero, voluntarioso, que amaba la compañía, que gustaba de la amistad». ¿Qué había, pues, de extraordinario en este adolescente milanés? Según Francesca Consolini, postuladora de la causa de los santos de la archidiócesis de Milán, la vida de Carlo tuvo una pátina especial. «Su fe, singular en una persona tan joven, era limpia y segura, y le llevaba a ser siempre sincero consigo mismo y los demás», explica Consolini. «Su gran generosidad le hacía interesarse en todos: los extranjeros, los discapacitados, los niños, los mendigos. «Estar cerca de Carlo era estar cerca de una fuente de agua fresca», añade Antonia Acutis, la madre del adolescente.


Carlo sentía, además, una inmensa cercanía a Cristo eucaristía, según explica Consolini: «Era un gran amigo de Jesucristo, participaba en la eucaristía a diario y se confiaba a la Virgen María». «Era muy amado y buscado por sus compañeros y amigos por su simpatía y vivacidad», lo que ha contribuido a avivar su fama de santidad: «Tras su muerte, muchos han sentido la necesidad de escribir su propio recuerdo de él y otros han comentado que ya le rezan: esto ha hecho que su figura sea vista con particular interés», agrega la postuladora.


En Italia acaba de aparecer la primera biografía de Carlo, titulada «Eucaristía. Mi autopista al cielo. Biografía de Carlo Acutis» (ediciones San Pablo, en italiano), escrito por Nicola Gori, articulista de «L´Osservatore Romano» y que se ha abierto paso entre los primeros puestos de ventas de libros de temática religiosa. Según los editores, Carlo «era un adolescente de nuestro tiempo, como muchos otros. Se esforzaba en la escuela, entre los amigos, era un gran apasionado de los ordenadores. Al mismo tiempo era un gran amigo de Jesucristo», recuerdan. El libro, según sus editores, nace «del deseo de contarle a todos su simple e increíble historia de Carlo, humana y a la vez profundamente cristiana».


«¡Sufren más que yo!»


Los capítulos más desgarradores son los que recorren su etapa de enfermedad. En ellos, su madre, refiere que, «poco antes de morir, Carlo ofreció sus sufrimientos por el Papa y la Iglesia. Cuando el doctor le preguntaba si sufría mucho, Carlo contestaba: «¡Hay gente que sufre mucho más que yo!»».
«Mi hijo, siendo pequeño y sobre todo después de su Primera Comunión, nunca faltó a la cita cotidiana con la santa misa y el rosario, seguidos de un momento de adoración eucarística», recuerda la madre. «Con esta intensa vida espiritual, Carlo ha vivido plena y generosamente sus quince años, dejando en quienes lo conocieron una profunda huella. Era un muchacho experto con las computadoras, leía textos de ingeniería informática y dejaba a todos estupefactos, pero este don lo ponía al servicio del voluntariado y lo utilizaba para ayudar a sus amigos», agrega. «Ciertamente la heroicidad con la que ha afrontado su enfermedad y su muerte han convencido a muchos que verdaderamente era alguien especial», concluye. Para su postuladora, Francesca Consolini, «Carlo Acutis había entendido el verdadero valor de la vida como don de Dios, como esfuerzo, como respuesta a dar al Señor Jesús día a día en simplicidad».


Ahora habrá que esperar los cinco años que fija la Iglesia para iniciar formalmente su proceso de canonización.