Agradecemos a la doctora Marimar Araus, historiadora experta en el Movimiento Obrero, poder contar con su trabajo que pone a disposición de los empobrecidos y oprimidos de la Tierra. Fue pronunciada en el Aula Malagón Rovirosa del Movimiento Cultural Cristiano en un clima militante de entusiamo y deseo de caminar hacia la Autogestión..
1.- INTRODUCCIÓN
Ayer comenzamos una convivencia para plantearnos la Autogestión en el mundo. En el día de hoy vamos a plantearnos la Autogestión en una determinada época de la historia. El plantearnos el pasado no quiere decir que nos inhibamos del presente y más todavía del futuro, sino todo lo contrario , la historia es un medio valiosísimo para abrirnos las puertas a un conocimiento del mundo de una manera consciente y razonada. Por tanto, desde que comenzamos el curso en el día de ayer, todo va dirigido a nuestro compromiso autogestionario y solidario, a nuestro compromiso de formación y acción. Debemos terminar con un plan de trabajo solidario que nos permita el camino del QUERER SER AUTOGESTIONARIOS.
El término Autogestión surge tras la Segunda Guerra Mundial. A mediados de los años 60, Francia se encarga de difundir y popularizar la palabra. Detrás del término Autogestión que es de uso relativamente frecuente se encuentra unos valores históricos muy remotos. La antropología moderna defiende que ya desde la antigüedad existían comunidades humanas que vivían en Autogestión. Según la etnología y los estudios de prehistoria, las primeras tribus primitivas gozaban de abundancia, produciéndose más del doble de su consumo. Existía una técnica adaptada a sus necesidades y no había sino jefes con autoridad moral.
Los orígenes históricos de la autogestión hay que encontrarlos en las civilizaciones del Mediterráneo: en el humanismo de Sócrates, el idealismo de Platón, el universalismo de los estoicos, en los valores del cristianismo, en la democracia directa practicada en Atenas, en los ensayos teóricos sobre modelos perfectos de sociedad: como Utopía de Tomás Moro o La ciudad del Sol de Campanella. La historia de los pueblos que construyeron esta civilización del Mediterráneo nos indica que exigió cuatro pasos fundamentales:
1.- Liberación de los dioses y aceptación del Dios único: Humanización de Dios en Cristo, que sitúa al hombre como señor de la naturaleza mediante el trabajo. Hasta entonces, el hombre vivía esclavizado a todo tipo de dioses que respondían a fuerzas naturales no dominadas por el hombre.
2.- Las liberación de las cadenas políticas mediante la democracia -poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo- que acabaran con las esclavitudes en las relaciones de convivencia:
.- la esclavitud de la mayoría de las personas por una minoría
.- la esclavitud de las ciudades señoras que dominaban a las ciudades esclavas formando imperios.
.- los absolutismos reales, en los que el rey sólo respondía ante su conciencia y, por ello su poder no estaba sujeto a nada ni a nadie, reduciendo al hombre a la categoría de súbdito.
3.- La liberación de las cadenas intelectuales, mediante las cuales había una minoría privilegiada capaz de pensar, y una mayoría que tenía que aceptar ese pensamiento. Mientras que no se generalizara la idea de que todo hombre, por el hecho de serlo es capaz de pensar, no se podía hacer una sociedad de hombres libres.
4.- La liberación del Yo por el descubrimiento de los OTROS, que hace posible los planteamientos comunitarios de respuesta a los problemas actuales.
En los gremios medievales también encontramos raíces. Es verdad que tiene una estructura jerárquica, pero gozan de un amplio margen de autonomía para regular sus asuntos sin intervención de los poderes públicos. Así hubo gremios que tuvieron el poder de administrar justicia en los casos de delitos de trabajo, y en sus posibilidades figuraba hasta la pena de muerte. Es verdad que esto es una salvajada, pero no menos cierto es que el poder de administrar justicia por los propios trabajadores es todo un símbolo hacia la autogestión.
Hay que tener en cuenta que todas las luchas por la libertad a lo largo de toda la historia, pretendían posibilitar al hombre su protagonismo, al menos en una esfera del vivir humano, es decir, la autogestión de su vida, o por lo menos de un plano de ella. El proceso de liberación y de solidaridad se vincula a los mismos orígenes del hombre, con sus luces y sus sombras.
Con esto nos tiene que quedar claro que la Autogestión no es una idea vaga, un ideal teórico, sino que es una actitud cultural que tiene profundas raíces en la historia de liberación de los hombres y los pueblos sometidos a la pobreza, a la marginación y excluidos del «poder establecido». Muchos teóricos nos la han querido presentar como novedad del siglo XIX, y mi reflexión va a estar centrada en este siglo -sobre la militancia obrera en la historia y su aportación a la Autogestión- quiero dejar bien claro que sus orígenes históricos no se encuentran en el siglo XVIII y XIX, cuando el movimiento de la humanidad empieza a adquirir una dimensión más sólida, sino en los orígenes mismos del hombre.
La exposición va a tener dos partes:
1ª) antes del descanso, en donde vamos a reflexionar sobre los valores que nos ha transmitido el movimiento obrero en la respuesta que dan ante la situación de injusticia y el conflicto que se produce con el capitalismo.
2ª) después del descanso, en donde haremos un recorrido sobre la savia del gran árbol socialista. Trataré de exponeros algunos pensadores e ideologías que se unieron a la historia del movimiento obrero y que algunos de ellos postularon una idea de la revolución social y emancipativa contraria con el ideal autogestionario, pero que tenemos que tener en cuenta porque tuvieron la intención de subrayar la defensa del principio de autogobierno social y político de la clase trabajadora como condición imprescindible para la emancipación del género humano. En cierta manera pretendían la gestión de todos los sectores de la sociedad por el hombre.
2.- VALORES AUTOGESTIONARIOS EN EL MOVIMIENTO OBRERO
El Movimiento obrero surge en Europa a finales del siglo XVIII y en el siglo XIX, en el curso de la revolución industrial. ¿Por qué la rev. Industrial se produjo en Europa, dando lugar al movimiento obrero y no en otros pueblos árabes, indios… etc.? Porque en ella se produjeron los tres hechos que la hicieron posible:
1.- El espíritu griego de OBSERVACIÓN de la naturaleza
2.- El afán de dominio del universo propio de los europeos del siglo XV
3.- Por el cristianismo al considerar el trabajo como el medio humano fundamental para transformar y dominar la naturaleza.
Aparecen nuevas estructuras en la producción de bienes de consumo y una nueva forma de propiedad: el capital y una nueva forma de trabajo: el trabajo asalariado. Consecuencia de estas transformaciones fue «la división de la sociedad en dos clases separadas por un abismo profundo. De este modo se van a enfrentar dos grandes grupos que surgen en esta sociedad de clases: la burguesía capitalista y los obreros, el proletariado.
Al amparo de la revolución industrial y de las teorías liberales se va a definir un nuevo sistema económico que nace también durante el siglo XIX: el Capitalismo.
Considero que es necesario pararnos unos minutos en definir este sistema en sus principios, leyes, valores, el tipo de hombre y de cultura, además de las ideologías que lo sustentan, pues nuestro análisis debe partir de estas raíces adaptadas a la realidad de hoy.
No podemos olvidar que el capitalismo es un sistema socio-económico, que tiene unas bases de tipo ideológico que lo sustentan; aunque es verdad que no hay una ideología específicamente capitalista, el capitalismo sí tiene una gran capacidad de integración de toda forma de pensar para domesticarlo.
PRINCIPIOS
Tiene unos principios de tipo filosófico-moral muy amplios que están tomados de la Reforma Protestante. Según Calvino; «el ir bien en los negocios era señal de predestinación divina». Pues esto suponía:
1.- El fin justifica los medios. Si al final hay ganancia todo ha ido bien. La economía se convierte en la «gran vaca sagrada» que permite justificar los medios para conseguir el fin.
2.- La laboriosidad es la mayor de las virtudes, la vagancia el mayor pecado
3.- Las premisas fundamentales serán la propiedad privada de los medios de comunicación y la libertad de mercado. Defienden la capacidad de poseer sin límites, siempre que se posea legítimamente según la ley.
LEYES
Sus leyes fundamentan su práctica y rigen la teoría:
1.- La ley de la oferta y la demanda, que se enuncia así: A más mercancía, menos valor; a menos mercancía más valor.
2.- La ley de la plusvalía, la diferencia existente entre el capital constante y el variable en relación con el precio en el mercado. Esto supone la explotación por la explotación.
3.- La ley de libre mercado: (para algunos), pues esto es falso
4.- La ley de libre contratación
VALORES
1.- Da, sobre todo, importancia al tener: tener sin límites. Es un tener morboso, porque si no tienes no vales.
2.- Da también importancia al poder como dominio, manifestado en la desigualdad entre el que ejerce el poder y el que está sometido al poder. El poder supone idealizar al jefe. El dominio consiste en ser señor, en mandar.
3.- Da predominio a las formas sobre el fondo. Hay mucho que ocultar y por eso es mejor disimular. Por eso tildan de inmoral cualquier intento que hagan, por ejemplo, los oprimidos de la tierra por liberarse.
TIPO DE HOMBRE
Quiere el siguiente tipo de hombre:
1.- El hombre que es productor-consumidor: Es el hombre que se tiene que meter en la gran rueda del consumismo para volver a producir más.
2.- El hombre que es también ahorrador: si el dinero es el valor más importante hay que tenerlo como sea, aunque esto suponga prostituirnos, o vendernos.
3.- Es el hombre que es insolidario, despreocupado del mal del prójimo. Aquí tiene eco la frase de Sartre «Todo otro es mi enemigo porque me suplanta». Un tipo de hombre así es necesario para que el tener y el poder subsistan, pero es un hombre tarado, porque sólo ha desarrollado su capacidad económica, porque sólo vive para tener, con la angustia vital de no tener todo lo que desea.
TIPO DE CULTURA
1.- En esta cultura el hombre es objeto y no sujeto. Los rasgos son:
.- Es opresor a la vez que oprimido
.- ejerce la violencia con sus compañeros
.- Teme la libertad y por eso no la quiere
.- Cree que el opresor es invunerable.
Es tratado de la siguiente manera:
.- En el trabajo: un elemento más
.- En el Estado: un número más
.- En la sociedad: es anónimo
2.- Es un tipo de cultura que impide la conciencia: oculta y deforma la realidad. Lo importante es acomodarse al presente porque es lo que está más logrado.
3.- Los saberes están en función de la producción
4.- Cultura que instaura la violencia y la opresión, porque, entre otras cosas, impiden que otros sean, esto lo hace de muchas maneras, pero en lo que se refiere al pensamiento usa como táctica la invasión cultural, que consiste en la penetración que hacen los invasores en los invadidos, imponiendo su visión del mundo, con lo cual el hombre queda a disposición del opresor.
Esto es, grosso modo, la filosofía del capitalismo, que propone una visión del mundo y del hombre. Se han ido desarrollando otras ideologías que lo sustentan y dogmatizan, como el materialismo, positivismo, el estructuralismo, el determinismo.
Pues bien, es con este sistema con quien el movimiento obrero va a sufrir un fuerte conflicto, pues desencadenará la miseria obrera. El historiador del movimiento obrero E. Dolleans exclama: Ningún siglo fue más sombrío ni más cruel para los trabajadores que el siglo XIX. El hombre sufre un proceso de degradación tal, que hasta ese momento no se había conocido en ninguna etapa anterior de la historia.
Todo lo que supuso la revolución industrial en cuando a perfeccionamiento técnico y progreso no va a posibilitar disminuir el esfuerzo del hombre atendiendo a sus necesidades y abaratando la vida, sino todo lo contrario, los propietarios vieron un modo de aumentar sus ganancias y acumular cada vez más riquezas, inventando nuevas necesidades superfluas y ficticias. El motor en el que se centra el capitalismo -codicia- va a llevar al obrero a enfrentarse a una situación de auténtica esclavitud.
Por todo lo dicho se deduce que el hombre se encuentra aplastado como por una pirámide invertida, aplastado en su dimensión social, política, económica y cultural… ya que se siente dirigido en todos los planos de su existencia.
Pero, en la historia se da una paradoja, en la medida que evoluciona la explotación del hombre creando nuevas formas de opresión, sin quererlo los que dirigen esta explotación, crean posibilidades de liberación. Así, el capitalismo de la primera época en la medida que se fortalecía, al mismo tiempo se iba engendrando la clase obrera, que habría de plantearse un cambio cualitativo de la sociedad. Cuando se produce la afirmación del capitalismo, se produce, también, la afirmación del movimiento obrero, institucionalizado y organizado, a través del sindicalismo revolucionario y culturalmente se produce una afirmación de la conciencia de clase.
Vamos a detenernos en estas posibilidades de liberación que el movimiento obrero da como respuesta a la explotación que sufre.
Con el nacimiento del capitalismo, la humanidad descubre la «solidaridad asociada» como fuerza de los débiles frente a la opresión de los poderosos. Frente a la injusticia, la burguesía había suplantado la Caridad individual, la beneficiencia, el asistencialismo; y se rechaza porque se percibe en carne propia que son instrumentos de los poderosos para apaciguar, maquillar la injusticia estructural del sistema capitalista.
Por tanto, el valor autogestionario, por excelencia que nos aporta el movimiento obrero, para solucionar un grave problema de INJUSTICIA ESTRUCTURAL es la CREACIÓN DE ORGANIZACIONES PROPIAS que representaban una ruptura cualitativa con el sistema que les explotaba.
El grito ASOCIACIÓN Y MUERTE representa una de sus luchas fundamentales. Este será el lema de la primera huelga general que se produce en España, cuando en 1855 el capitán General de Barcelona prohibe las sociedades obreras. Con este lema se expresaba lo más importante de la Historia del movimiento obrero: La Asociación.
Nuestra cultura, extremadamente individualista, rechaza y desprestigia este principio, pero para los pobres fue su gran medio de transformación social, muy pronto tomarán conciencia y comprenderán que su gran enemigo no estaba tanto en los que los explotaban, cuando en ellos mismos, en la tentación siempre presente del individualismo. El protagonismo del pueblo se realizará en la unión a través de sus propias asociaciones. De hecho la primera gran lucha del proletariado, antes de conseguir mejoras económicas, fue conseguir el Derecho de Asociarse. Por este Derecho, por este Ideal, muchos van a dar la vida.
La propia necesidad, la miseria llevaba a militancia en sus propias organizaciones. Históricamente, la vida descubría la necesidad de la militancia para ser persona. Y quien no se asociara tenía plena conciencia de que era un traidor o simplemente se reconocía sin fuerzas o sin dignidad. Hoy día no es tanto la necesidad, como la conciencia quien nos lleva a la militancia.
Son muchos los testimonios de obreros que podemos reunir para que os podáis hacer una idea de la importancia que concedían a la asociación como medio transformador. El obrero tipógrafo Leroux, expresa lo siguiente en 1833: Los sufrimientos de todos, más todavía que los sufrimientos individuales de cada uno, nos habían agrupado. Uno de los primeros periódicos obreros que surgen en Europa : L´Artisan, tenía como principal objetivo el principio de asociación como medio para remediar la miseria de los trabajadores. Un obrero zapatero -Efrahem- dice: Nosotros, los que sufrimos, no contamos más que con nosotros mismos; sentimos el mal, busquemos un remedio inmediato y eficaz; apliquémoslo. Yo creo que lo encontramos en la asociación… Comprendéis todos perfectamente que la asociación tiene la doble ventaja de agrupar todas las fuerzas y de dar a ese todo una dirección. Si quedamos aislados, dispersos, somos débiles… Es preciso un lazo que nos una; es preciso una asociación… Pero no habréis alcanzado el objetivo que os proponéis si no procuráis formar una asociación de todos los gremios… Los derechos, los intereses obreros, cualquiera sea el gremio al que pertenezcan, son siempre los mismos; al defender los derechos y los intereses de un gremio, se protegen los derechos y los intereses de todos los demás… Pongámonos en relación de amistad unos con otros , sin distinción de oficios¡, establezcamos relaciones de fraternidad por medio de diputaciones que vivan en buena armonía y que sean el símbolo de la amistad que debe unirnos.
Para Fernando Garrido querer reformar y mejorar la sociedad aplicando el principio de asociación, es la base de todo socialismo. La asociación libremente aplicada a todos los fines de la humana actividad, opuesta como principio económico y social al aislamiento individual, es el carácter distintivo y único que distingue a las doctrinas socialistas… En todas las épocas en que la libertad ha brillado, siquiera fugazmente, las clases trabajadoras han recurrido a la asociación para mejorar su suerte y asegurar su independencia.
Los entusiastas obreros españoles empezaron a ver como imprescindibles para la luchar por su emancipación la Asociación y la cultura. De ahí que el primer lema de la Iª Internacionanal de Federación Regional Española fuese: ¿La miseria y la ignorancia son las principales plagas que sufre el pueblo?. Pues guerra a ambas. Contra la ignorancia, escuelas, periódicos y libros; contra la miseria, asociación.
Comentábamos al principio que la asociación no será un derecho fácil de conseguir. Un pequeño grupo de obreros se dio cuenta que más importante que comer, que las mejoras materiales y económicas, era conseguir el derecho de asociación. Los poderosos también se dieron cuenta de esto y van a chocar en esta lucha con una férrea resistencia. Un fiscal inglés que juzga a cinco impresores por organizar una huelga dirá en el juicio: Nada puede ser más fatal para la humanidad; por eso ha sido considerado siempre por la ley como un crimen realmente grave. A lo largo del siglo XVIII se dictarán en Inglaterra más de cuarenta leyes prohibiendo las asociaciones obreras.
En casi todos los países, la asociación lejos de ser un derecho, era considerado como un crimen, lo que llevará a muchos militantes a sufrir persecuciones que les llevará al exilio, a la cárcel y hasta la muerte. Entre las más duras persecuciones destaca la sufrida a raiz de la prohibición de la Iª Internacional, sobre todo después de la experiencia de la Comuna de París (considerada como una experiencia autogestionaria). En Francia, muchos fueron golpeados, fusilados y proscritos. La Asamblea Nacional votó una ley que castigaba la afiliación a la Internacional con diversas penas: multas, prisión, privación de los derechos civiles… En España, a los internacionalistas a los que se culpaba de todos los males, sufrieron durísima persecución, con cierre de locales y de ateneos, confiscación de documentos, prisión, deprotación, obligando al movimiento a desarrollarse clandestinamente.
Los pasos que da el movimiento asociativo para constituir y desarrollar sus propias asociaciones serán:
1.- Un primer momento con una actitud de denuncia, de protesta y de petición de diálogo para suavizar la situación, pero en vista de la sordera de los patronos y las autoridades, hará nacer en ellos la conciencia de unir sus fuerzas para el nacimiento de asociaciones.
2.- Esta conciencia se irá manifestando en la creación de comisiones de obreros que expones sus reivindicaciones y solicitan la aprobación del derecho de asociación. Comienzan a constituirse las primeras asociaciones de ayuda mutua, de sociedades de socorro mutuo contra el paro y la enfermedad.
3.- Pero bajo la capa legal de esas sociedades de apoyo mutuo irán apareciendo las asociaciones de resistencia, que mantienen la asociación ante órdenes de disolución, con una actitud de lucha.
4.- Planteamiento de la asociación-lucha solidaria, en donde se expone decidida y abiertamente el derecho de asociación por encima de cualquier persecución y represión. Se va pasando de una resistencia pasiva cubriéndose los obreros mismos de las agresiones del sistema a una resistencia activa presionando por una lucha decidida por los derechos esenciales: el de la vida, el del trabajo, la cultura, la vivienda… El lema que surge será: ¡No más deberes sin derechos, no más derechos sin deberes!
5.- La asociación, medio para la construcción de una nueva sociedad. Se añade un elemento nuevo, surgiendo un valor de máxima importancia para el movimiento obrero: el internacionalismo o la idea de solidaridad universal. Es evidente que los problemas universales sólo pueden tener respuestas universales. No es suficiente las uniones locales, ni las uniones de oficio. Era necesario unir todos los oficios, crear grandes uniones, había que constituir federaciones y Confederaciones Nacionales. Este espíritu internacionalista añade a la conciencia obrera tres elementos de gran fuerza:
.- La emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos.
.- Conquista de los medios de producción por la clase obrera
.- La dirección de la producción por los sindicatos.
En este grito de Asociación o Muerte, surge otro gran principio autogestionario que nos ha legado el movimiento obrero. Es plenamente consciente que la solución a su situación de opresión, no le puede venir dada desde arriba o desde fuera de sí mismo, sino más bien en su propio protagonismo. Y este principio es el que lleva a que a lo largo de la historia del movimiento obrero haya asociaciones que quieran distanciarse tanto del liberalismo como del marxismo. La mentalidad autogestionaria obrera se separa del liberalismo, dando muy escaso valor a la revolución burguesa, como de las realizaciones marxistas: la dictadura del proletariado. A este respecto Angel Pestaña afirmará: Democracia burguesa, no; porque ella no ha sabido resolver los problemas sociales (…) pero dictadura del proletariado tampoco, porque no es el odio quien debe guiar nuestro pensamiento, sino la fraternidad.
Son numerosísimos los testimonios que van en esta línea. La célebre Carta del Pueblo, documento hco. De la clase obrera de 1838, es una clara expresión de la necesidad que tiene la clase obrera de organizarse autónomamente , una vez que ha adquirido conciencia de su fuerza. La Asociación de Trabajadores, autora de la carta se planteará organizar y dar vida a una asociación compuesta exclusivamente por hombres pertenecientes a la clase obrera, convencidos de que ésta debe aprender a guiarse por sí misma.
Anterior a este testimonio, en 1832, Tolain, un broncista cincelador tiene la siguiente posición: la libertad y la autonomía obreras son las condiciones necesarias de su existencia, de sus progresos de sus éxitos. Siempre que el movimiento obrero permaneció fiel a esta línea directriz, se desarrolló, al contrario, siempre que, solicitado por los partidos políticos o por los encantadores de muchedumbres, se desvió de ella retrocedió.
En 1861, un obrero parisiense en el periódico L´Opinion nationale dice: cuando la iniciativa viene de lo alto, de la autoridad superior o de los patronos, no inspira a los obreros más que una mediana confianza. Se sienten o se creen dirigidos, conducidos, absorbidos…» Con este mismo espíritu, Luis Chalain, un militante francés de la Internacional declara: Hemos proclamado bastante que no queremos más salvadores… La experiencia enseñó a las clases obreras que no deberán contar más que consigo mismas».
En un Congreso obrero llegaron a la siguiente conclusión: Cuando os hablen del reparto desde arriba enviarlos al cuerno. No os conforméis con el aumento de sueldo, ni la disminución de horas de trabajo. Queremos que las tierras, fábricas, minas y útiles sean posesión de la humanidad y que se derrumben las injusticias sociales y por primera vez reine la paz, el amor y el trabajo sobre la faz de la tierra.
Parece claro, por tanto, que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos; la lucha por la emancipación de la clase obrera no es una lucha por privilegios y monopolios de clase sino por el establecimiento de derechos y deberes iguales y por la abolición de toda dominación de clase.
Este protagonismo encuentra su expresión concreta en el surgimiento de una nueva forma de cultura. La fuerza central de la cultura obrera arrancaba de la idea de que la vida del hombre arrancaba de la idea sólo puede desarrollarse digna, humana e íntegramente a partir de formas de organización social. Por tanto, la verdadera aportación del movimiento obrero del siglo XIX y parte del XX no consistió en la lucha económica contra la burguesía, sino en la institucionalización y recreación de una serie de valores, en una nueva cultura con unas prácticas organizativas concretas que representaban una ruptura cualitativa con el sistema que les explotaba.
Se puede realmente afirmar que la historia del movimiento obrero es en su hondón último la historia de su emancipación cultural.
La clase obrera estaba convencida de que la miseria y la ignorancia iban de la mano. Más fuerte que la miseria material era la miseria moral. Su dignidad como personas está pisoteada y la causa fundamental es el analfabetismo que sufren. La toma de conciencia de esta realidad va a hacer que a la vez que organizan sus propias asociaciones cultiven su conciencia con una formación seria y profunda que les permitiera conocer la realidad en la que estaban inmersos para poder dominarla. El Manifiesto de la Asociación de Trabajadores de 1836 dice: La causa de las divisiones insensatas que separan las naciones proviene del hecho de que la clase obrera ignora la situación que ocupa en la sociedad. Es porque son ignorantes por lo que los obreros creen haber nacido para hacer disfrutar a los otros hombres.
Los trabajadores tendrán una profunda preocupación por la educación y aprender por vía autoeducativa todo lo que le negaron en la escuela burguesa. Anselmo Lorenzo dirá en este contexto: Miles y miles de trabajadores pobres de distintos países, acabadas las diez horas de fatiga, extenuados, prescindiendo ya de la taberna y del alcohol, se someten a una nueva faena, para instruirse
en las primeras horas de la noche acerca de los asuntos sociales; se quitan el pan de la boca para sostener el periódico que les protege, y dedican los restos de la fuerza y de actividad a la propaganda de sus ideales, persistiendo en esta obra con tanto empeño y constancia que algunos sucumben en esta fiebre de entusiasmo y otros se elevan a las cumbres del saber. De hecho muchos de esto militantes eran respetados y escuchados, no sólo por su espíritu combativo, sino por su cultura.
Los obreros entendieron muy pronto que no podía haber emancipación económica y política , sino iba precedida de una emancipación cultural. Por eso, la primera acción cultural que hicieron para llegar a la emancipación fue la lucha contra el alcohol, las cartas, la prostitución, el lenguaje grosero, las tabernas y otros embrutecimientos. Esta lucha tenía un sentido profundo, los militantes conscientes sabían que una clase trabajadora compuesyta de borrachos, vagos, jugadores no podían alcanzar nunca su liberación, pues eran esclavos no sólo del capital sino de sus propios vicios.
Hubo asociaciones obreras que se crearon con el objetivo esencial de educar a la clase obrera, como la Asociación de Trabajadores de Londres que fue formada para crear una opinión pública moral, reflexiva, enérgica… con la intención de crear bibliotecas y sociedades de discusión, obtener prensa honesta y barata, instruir a las mujeres y los niños. Porque toda organización debe comenzar en nosotros mismos y por nosotros mismos.
En Francia llaman la atención los primeros escritores obreros. Estos fundan la Sociedad de la Unión de Trabajadores del Tour de Francia, los famosos compagnons. En 1834, 33 de ellos contribuyen a la edición de un primer cuaderno de canciones impreso en 500 ejemplares que reparten gratuitamente. Sacan una segunda edición con 1.500 ejemplares. En las dos colaboran obreros carpinteros, cerrajeros, estiman que los trabajadores deben instruirse unos a otros. L´Atelier, nace alrededor de 1840, es el primer periódico considerado como expresión de la clase obrera como tal. Es la primera publicación fundada por obreros y redactada por ellos. Su objetivo era ser instrumento de la educación del proletariado y así contribuir a su liberación. Tenía como fin la completa emancipación de la clase trabajadora. Entre sus redactores figuraban cerrajeros, poetas, tipógrafos, albañiles.
Ya a partir de 1865, se constatan huelgas cuya primera reivindicación es la reducción de la jornada de trabajo, por encima incluso del salario. Siendo la razón fundamental tener tiempo para la educación. Anselmo Lorenzo tras manifestar acaloradamente que las clases trabajadoras se habían convertido en máquinas vivientes, manifiesta: Hemos pedido que se disminuyeran las horas de trabajo, porque necesitamos libertad para pensar, para estudiar, para hacernos cargos de nuestra responsabilidades como ciudadanos… para satisfacer nuestros instintos morales. La disminución de horas de trabajo no significa pereza»
Toda esta corriente cultural encuentra su expresión más concreta en la creación de sociedades de resistencia y ayuda mutua, en sindicatos, cooperativas de consumo y producción, sociedades recreativas, casas del pueblo, escuelas obreras, sociedades corales, círculos culturales, ateneos libertarios y socialistas, y sobre todo, en la prensa obrera, editoriales de libros y folletos que realizaron una labor fundamental en la transmisión de ideales y valores de lucha, además de crear una opinión pública esencial en el cambio de sociedad. Sin la prensa obrera no sabríamos explicar el movimiento obrero, pues para sostenerla siempre se reunieron militantes capaces de todo sacrificio. Colaborar en un órgano de expresión era un compromiso en el que había que exponer toda la vida, jugarse todo, pues estaba en juego el más alto valor e ideal: la formación de la clase obrera.
A lo largo del siglo XIX y parte del XX surgirá una propaganda muy fecunda y combativa. Se fundarán numerosas bibliotecas populares en ciudades grandes y pequeñas y también en las zonas agrícolas. Las bibliotecas y las escuelas estuvieron estrechamente ligadas a la organización obrera.
Son años en los que la organización obrera funcionaba sin libertad. Se vivía bajo la represión policial y las leyes. Sus locales eran asaltados con frecuencia, y lo primero que hacían eran destruir los muebles y quemar la biblioteca. Estaba claro la posición de las autoridades, lo peor que le podía pasar es que el pueblo se instruyera. Lo mismo pasó en España, cuando se le propone al Ministro Bravo Murillo que regularice la situación de una escuela , contestó ¿Qué legalice la existencia de una escuela de adultos donde van 600 jóvenes y hombres del pueblo a instruirse?. No en mis días. Aquí no necesitamos hombres que piensen, sino bueyes que trabajen.
Toda esta represión inspiraba nuevas formas de propaganda y una agilidad y dinamismo tal que había folletos y periódicos que aparecían y desaparecían de un día para otro. Toda esta prensa mantenían un combate continuo contra el capitalismo.
El respeto por la cultura y la moral existente en la militancia obrera de todos los países, fue particularmente intenso en el movimiento ácrata español. En el año 1900 existen más de un centenar de periódicos anarquistas. Díaz del Moral dice a este respecto: Los ácratas españoles muestran un vivo interés por la cultura. No hay congreso obrero donde no se plantee el problema de la enseñanza; en algunos se ha intentado la creación de una Escuela Normal de Maestros; en todos se estimula a las Asociaciones para que erijan escuelas; los cruzados de la causa suelen ser grandes lectores de periódicos, folletos y libros de propaganda ( de sociología, como ellos dicen), y aún en obras elementales de historia, geografía y ciencias físicas y naturales… Por otra parte, su enseñanza y su propaganda están matizadas de ordinario por temas moralizadores. El respeto a la mujer y a la igualdad de sexo en el hogar y la sociedad, el amor a la naturaleza y a la cultura, la lucha contra el alcoholismo, el tabaco y el juego de azahar son motivos constantes de sus artículos periodísticos y de sus mítines.
Finalizando sólo era posible la creación de un mundo nuevo desde una nueva cultura, que se tradujera en la creación de ámbitos donde manifestarlo.
Hemos puesto de relieve los principios autogestionarios que nos ha legado el movimiento obrero, desde un gran amor a la libertad y a la solidaridad, ambos valores muy combatidos desde el imperialismo actual. La libertad la combate con la manipulación de la información y la cultura y la solidaridad con el individualismo feroz que lo presenta como la única forma de ser persona.
Pues bien, todos estos valores fueron posible por la espiritualidad hondamente arraigada en estos militantes. Hay un reconocimiento histórico de que en esta energía espiritual hay que encontrar la fuerza motriz de una revolución y fuerza vital de una sociedad más justa.
Negación de sí mismo, lealtad, visión de futuro, espíritu organizativo, son virtudes militantes que encarnaron un pequeño grupo de militantes y que contribuyeron a la expansión del movimiento obrero. Tenían la convicción de que la generosidad y la gratuidad era el primero y quizás el único sentimiento eficaz de la vida y de la acción social.
No podemos olvidar a los militantes que después de haber ganado su pan, trabajando toda la noche, corrían de un extremo a otro de la ciudad a encontrar a la salida del taller, en el bodegón, en la lechería, a un camarada para que prestasen su tiempo a las sociedades obreras. Y que después de dormir un poco se ponían a trabajar en la propaganda o a favor de la sociedad en la que militaban. Estaban poseídos de Ideal. Bakunin, un hombre tan antirreligiosos y sectario hace hincapie en esto: La miseria y desesperación no basta para resucitar la revolución social. Pueden provocar levantamientos locales, pero no insuficientes para levantar a las grandes masas. Para esto es necesario que todo un pueblo posea el ideal… una idea de su derecho o una fe profunda, religiosa, si se quiere, de este derecho.
Dolléans cuando se pregunta por los valores humanos que acompañaban a estos militantes responde: una honestidad que exige lucidez y rechazo de juicios definitivos; la tolerancia para con los demás; la inteligencia de la diversidad y la búsqueda de la pureza de las opiniones; una actitud del espíritu capaz de haceros sensibles a la situación del prójimo. Para esto hay que vivir en un clima de sentimientos que nos permita llegar al sacrificio de nuestras pasiones y de nuestros propios intereses si la equidad lo ordena; en fin, querer que nuestros actos sirvan para la construcción de una sociedad de ayuda mutua fraternal.
Angel Pestaña dice en su autobiografía: Aparte de mi formación mental y espiritual, dos cosas me interesaban y me interesan todavía: no hacer daño a los demás y procurarles todo el bien que pueda (…) ¿Espíritu cristiano?. No lo sé.
CONCLUSIÓN de esta primera parte:
El camino de emancipación que necesitaba la clase obrera fue posible porque:
.- se establecieron unas relaciones de producción que engendraron Solidaridad, lo cual se produjo al nacer el maquinismo.
.- porque hubo un desarrollo cultural suficiente para dominar el proceso productivo y la necesidad de supervivir en el dominio de ese proceso.
.- por la creación de organizaciones propias y específicas, aceptando unos valores comunes de clase.
.- Esquema de valores engendrados en la misma vida obrera como fundamento del pensamiento de los trabajadores, que hicieran posible la unidad en la diversidad, sin imponer un colonialismo de pensamiento y sirviera para prescindir de las ideologías dominantes extra clase, tanto políticas como sociales.