Semillas de violencia

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Algo de fuerte calado tiene el «río» de esta «cultura dominante»- narcisista, hedonista y materialista- cuando va dejando «estos lodos»de violencia entre los jóvenes. No son «lo de siempre» aunque de otra manera. Son signos inequívocos de un fenómeno de «orfandad» colectiva. De potencias «educativas» anónimas, potentes, despersonalizadas. De entre las muchas muestras que podemos encontrar de violencia que nos resulta a todos incomprensible y abyecta, dejamos constancia de tres botones:

Revista Autogestión nº 60
Septiembre de 2005

La policía desmantela una red de pederastas que violó y abusó de niños bebes. Entre las víctimas figuran cinco niños entre 12 meses y dos años. Entre los verdugos, un biólogo y dos informáticos de 23 y 24 años. Gente con «estudios». Se sabe que es la punta del iceberg de un negocio que todos los profetas de la «liberación sexual» así, de aquella manera, creían que dejaría de existir.

Entre un 30 y un 40% del alumnado manifiesta que se ve envuelto periódicamente en situaciones de maltrato y el 5,7% afectado de forma frecuente. El «abuso» de otros menores es la causa. Hasta se ha llegado al suicidio inducido. Todos los estudios apuntan a una espiral de violencia que tuvo al maltratador primero como víctima. Es decir, a un clima de violencia.

Los delitos cometidos por menores se han triplicado en los últimos cinco años. Pasaron de 6.020 a 18.336. Hurtos, robos, ataques sexuales y lesiones. Hasta 38 homicidios consumados por menores ( hace cinco años esta cifra era de 8). Cerca de mil menores acabaron el pasado año en uno de los 13 centros tutelados, de los que se fugaron más de cien. . Las sentencias condenatorias subieron un 46%.

Muchos opinan que no son cifras para alarmarse, ni significativas de nada. Que esto ya existía. En cualquier caso, eso demuestra que tampoco han mejorado las condiciones que propiciaban la violencia que procedía de «ambientes autoritarios». También parece claro que este no es el mundo que pintan los «del progreso».