Los amos del mundo: El Club Bilderberg

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Este club fue concebido en 1954 bajo la directiva de los grandes de la Tierra: la banca Rotschild, Rockefeller y Kissinger, son los amos del mundo,'los sumos sacerdotes del capitalismo'.
Poco se sabe del Club Bilderberg una de las organizaciones rectoras de las finanzas, el comercio, la política y las relaciones internacionales mundiales,  porque sus decisiones tienen tal incidencia en el devenir del mundo que de trascender quedarían claramente identificados como los mayores responsables del demoledor avance del imperialismo y del capitalismo trasnacional y por lo tanto de sus nefastas consecuencias no solo sobre la humanidad sino también sobre el planeta.

Este superexclusivo club constituye algo así como el cerebro del G8. Suele reunirse en el mes de mayo, generalmente en vísperas o previamente a las reuniones de este, lo que ya de por sí resulta altamente significativo puesto que quienes lo integran son también parte importante del team que lidera dicho grupo: directivos de France Telecom, la Banca Morgan, Coca Cola. The Wall Street Journal, Danone, AOL Time Warner, Bundesbank, Banco Mundial. UNILEVER, Wolkswagen, Royal Ducht Shell, PepsiCo, Daimler Crysler AG, Citibank, el gobernador del Banco de Francia, el del Banco Central europeo, consejeros y primeros ministros de los gobiernos involucrados cuyas decisiones pasan luego a formar parte de las resoluciones que públicamente luego resuelve adoptar el grupo de los ocho.

Su núcleo central es el Comité Directivo que a su vez en función de la agenda temática que formula para sus reuniones puede invitar a sus reuniones anuales a una o dos personas más, sin llegar a superar los ciento cincuenta asistentes y que fue presidido durante mucho tiempo por lord Peter Carrington, ex secretario general de la OTAN. Cuenta asimismo con un Consejo de sabios (que integró Giovanni Agnelli, el fallecido patrón de la FIAT e integra aún David Rockefeller, presidente del Chase Manhatan Bank) y un Consejo de representantes de las principales potencias. Entre los temas tratados últimamente han trascendido el de la energía nuclear y el de la biotecnología
No todos los miembros figuran oficialmente en los listados que llegan a la prensa pues algunos de los asistentes prefieren permanecer en el anonimato.
Su principal objetivo es instalar » por conquista o por sometimiento» un nuevo orden mundial, del que somos y pretenden que sigamos siendo, víctimas.

Pero este tipo de club no es la única organización que decide sobre el futuro del mundo, existen algunas otras organizaciones similares entre las que merece destacarse la Comisión Trilateral.

La Comisión Trilateral fue fundada por David Rockefeller, uno de los más destacados miembros del Club Bilderberg, con la colaboración del polaco Zbigniew Brzezinski (asesor de seguridad del Presidente Carter, preocupados por » el deterioro de las relaciones entre los EEUU, Europa y Japón». Reune anualmente a unas trescientas personas del stablishmen y participan de sus reuniones, hombres del mundo de los negocios, de los medios de comunicación, de la política internacional, muchos de ellos integrantes también del Club Bilderberg y algunas ONGs.

Estas organizaciones tienen en sus manos el poder de influir sobre el curso de los acontecimientos a partir de decisiones tomadas en conclaves casi absolutamente secretos y aunque se definen como defensores de la democracia, no son electos ni actúan en representación de la sociedad sino de sus propios y concentrados intereses arrogándose el derecho de planificar el futuro mundial.


El Imperio que está ahora construyéndose no tiene precedente alguno en la historia, construye un mensaje ideológico que van imponiendo a toda la población de la Tierra, requiere una sumisión perfecta, el alcance supuestamente universal de su discurso, se reviste de pretensiones «científicas».



El Club Bilderberg fue fundado en 1954 por el Príncipe Bernhard, padre de la Reina Beatriz, con la pretensión  de «aumentar el entendimiento entre Europa y Norteamérica»; desde entonces, un misterioso «comité dirigente» selecciona la lista, recolectados entre las elites financieras y políticas de ambos continentes, y los convoca a una cita anual en un hotel de lujo que previamente ha sido alquilado en exclusiva.


En las reuniones de los bilderbergers, envueltas en el más absoluto de los secretismos, se abordan asuntos de defensa y estrategia militar, funcionamiento de los mercados internacionales, ingeniería financiera y otras delicatessen imperiales que sólo los amos del mundo pueden permitirse.


 Naturalmente, los hoteles que acogen dichas convenciones, amén de desalojar a los huéspedes que ocupan sus habitaciones, deben asegurar al Club una absoluta discreción. A los empleados se les advierte que cualquier filtración será castigada con el despido fulminante; también se les prohíbe –según cuenta la leyenda– «mirar a los ojos a los bilderbergers», así como dirigirse a ellos, salvo que previamente hayan sido interpelados. Para completar la escenificación, se rodea el hotel con un cordón de policías armados que lo convierten en una fortaleza inexpugnable.

En la lista de la pasada cumbre de Bilderberg del  5 al 8 de junio de 2008; figuran como asistentes  españoles: La reina, Matías Rodríguez (grupo Santander), Bernardino León (secretario del ministro de exteriores) y Juan Luis Cebrián (PRISA).