Los hispanos se manifiestan contra la ley de inmigración de Arizona

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El pasado sábado, 1º de mayo de 2010 tuvieron lugar manifestaciones en 70 ciudades de USA denunciando la nueva ley migratoria de Arizona, racista, contraria a los derechos humanos, que favorece el enfrentamiento civil.

Además, se pedía que Obama cumpliera su promesa electoral de hace ya dos años cuando prometió la regularización de los indocumentados radicados en el país. Aquí hay indocumentados que llevan 20 años en USA, con sus hijos estadounidenses, con hijos luchando en Irak, pero con trámite de deportación abierto.

Mostramos la manifestación de Dallas, a la que asistieron unas treinta mil personas. La organización pedía que se llevara la bandera USA para que quedara claro que los inmigrantes también son USA, que ellos contribuyen con su trabajo a la economía del país, que pagan impuestos, todos los indirectos y la Seguridad Social, (aunque no la disfruten, ya que deben inventarse el número para poder trabajar -es lo que se les obligan a hacer para trabajar legalmente), que hablan inglés, que quieren a este país…

La mayoría de sus pancartas insistían en que no se separasen familias, algo habitual cuando se deporta al marido o a la esposa y se quedan los niños tirados, en manos de los servicios sociales (lo vemos todos los días entre los papás de nuestros alumnos -y nos lo cuentan ellos, niños que no vienen al colegio porque la policía va a la parada del autobús a buscar a los padres que van a recoger a sus hijos, de ahí que se escondan en otro lugar), otras pancartas insistían en que los seres humanos no son ilegales (en todo caso sus actos), había pancartas de «yo también soy extranjero y me acogisteis. Firmado: Jesús de Nazaret».

Las manifestaciones se desarrollaron en un ambiente festivo y alegre, a pesar de las provocaciones. Se organizaron contra- manifestaciones de unas decenas de personas que portaban carteles como: «Amnistía para todos los criminales, excepto para los inmigrantes ilegales”… La organización animaba a la gente a no enfrentarse, a ser pacientes, y no vimos ni una sola reacción de violencia (verbal o física) hacia ellos.

También asistieron muchos anglosajones apoyando a los inmigrantes. Allí se encontraban familias enteras, con los niños con sus pancartitas y los padres con sus pancartones.

La comunidad inmigrante (fundamentalmente hispana, que es contra quien va esta ley, pero a la que se sumó la china y otras comunidades importantes), apoyada por importantes líderes afro-americanos, se organiza y lucha.