Las violaciones, peaje de las emigrantes africanas

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Una de cada tres sin papeles en Marruecos ha sido violada

«Me violaron durante cinco días. No me pude negar. Llorando imploré a Dios que me ayudase a escapar. Deseas estar muerta. Pero la muerte no llega. Violada, violada. Te fuerzan por delante y por detrás. Aunque grites, no hay nadie. Estás ahí en la arena, te hacen eso durante días. No hay nadie que te ayude. Nadie».


Alice es una mujer congoleña que se vio forzada a huir de la guerra. Como al menos una de cada tres emigrantes subsaharianas atrapadas en Marruecos por el cierre de las fronteras de la UE, Alice fue violada durante el viaje; no una vez, sino muchas.


Mujer, emigrante y sin papeles. Son los tres factores de una ecuación que, según un informe de Médicos sin Fronteras (MSF), aboca de forma casi inexorable a sufrir violencia sexual. Un fenómeno que en los últimos meses ha registrado un aumento que la organización considera «preocupante», lamenta Alfonso Verdú, responsable de operaciones en Marruecos de MSF.


El 21,5% es menor


Los datos del informe Violencia sexual y migración, que MSF presentó este jueves en Madrid, son elocuentes de la «situación de vulnerabilidad extrema», que sufren estas mujeres, de las que el 21,5% es menor.


Entre mayo de 2009 y enero de 2010, una de cada tres mujeres atendidas por MSF en Rabat y Casablanca admitió haber sufrido uno o múltiples episodios de violencia sexual. «Estas cifras son conservadoras», precisa Verdú, pues son muchas las emigrantes que han sufrido abusos pero no se atreven a hablar. «El informe es sólo la punta del iceberg de un fenómeno de dimensiones enormes», deplora.


Violadas en sus países de origen (29%), violadas de nuevo durante el viaje (45%) y violadas ya en Marruecos (59%). El trayecto en condiciones «infrahumanas», relata Verdú, es sólo una etapa del vía crucis. Tras caer en manos de las redes de trata de seres humanos, cruzar el desierto hacinadas y sin apenas agua en camionetas patera y verse sometidas a todo tipo de abusos para proseguir su viaje, las mujeres llegan a Magh-nia, en la frontera entre Argelia y Marruecos. Allí, la explotación sexual se convierte casi en un trámite.


«Te pueden matar allí mismo»


«Ellos las violan. Sobre todo en Maghnia violan a las mujeres. Cuando llegas, dices que no quieres estar con ningún hombre y te violan. Si no aceptas, te pueden matar allí mismo», asegura Precious, una de las mujeres que cita MSF.


Las violaciones, los embarazos no deseados, la violencia física y emocional, destruyen a algunas de estas mujeres, explica Concha Badillo, de MSF en Marruecos. Una vez en este país, se ven atrapadas sin poder ir a Europa a causa del cierre de las fronteras.


El endurecimiento de las políticas migratorias y de asilo de la UE y de los países que, como Marruecos, «han tenido que adaptarse a las exigencias de las políticas europeas» tienen «graves consecuencias» en las vidas de los emigrantes, subraya MSF. La organización ha pedido a la UE y a Marruecos que asuman sus responsabilidades: «Esperemos que su respuesta no sea el silencio».