Comunicado de APDHA

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Violencia policial en la detención de dos ciudadanos senegaleses

17/09/2010


Ocurrió hacia las 8 de la tarde del pasado día 8 de septiembre. Todo empezó cuando Pape Sech, un joven senegalés que estaba vendiendo películas ante el Nervión Plaza, (Sevilla) al percatarse de la presencia de la policía local cogió la manta y salió corriendo. Al ser alcanzado por un policía, el joven no solo no opuso resistencia sino que se entregó. No obstante el policía le cogió por el brazo y le derribó mediante un violento ejercicio de torsión. Ya en el suelo, el policía le puso la rodilla en el cuello y golpeó el suelo con la cabeza repetidas veces hasta que fue esposado.


En este momento llegó Birahim, un amigo de Pape Sech, que increpó al policía por lo que estaba haciendo, le dio un empujón y salió corriendo porque eran ya numerosos los policías locales y nacionales que habían concurrido.  A los pocos metros la zancadilla de un policía le hizo caer sobre la calzada, tres  policías cayeron sobre él y le esposaron violentamente mientras que otros cortaron la circulación de vehículos y trataban de acallar y disolver al numeroso grupo de personas que se había reunido. Le fue imposible oponer resistencia dada la desigualdad de fuerzas.


Se ha comprobado que desde el momento de la detención, hasta el ingreso en el vehículo que los transportó, no existió ningún gesto de violencia de los detenidos, sin embargo se ha publicado una información en la que se imputa a los agredidos una grave conducta agresiva. La reacción de las personas que contemplaron los hechos fue de perplejidad, indignación y fueron muchos los que increparon a los policías y sacaron fotografías con teléfonos móviles.


Los gritos y las fotografías inquietaron a los policías. Repartieron empujones y un señor mayor cayó al suelo, arrebataron teléfonos y varios jóvenes que estaban sacando fotos fueron retenidos durante algún tiempo.


Hemos comprobado que estos hechos, cuya narración es fiel a la comunicación de testigos presenciales y está avalada por testimonios gráficos, han impactado en la población inmigrante y en amplios ámbitos de la ciudadanía sevillana. Y lo que es peor, se trata de unos hechos que suponen violación de la dignidad y demás derechos de dos personas que, para colmo, han sido privadas de libertad en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Algeciras mientras se tramita su expulsión de España.


Se trata de dos personas muy queridas en Sevilla: Pape Sech que estaba tratando de vivir dignamente y de enviar dinero a su familia y Birahim Mbengue que casado con una española por rito musulmán tiene todo preparado para la celebración del matrimonio civil.


Ante estos hechos hemos de decir que si bien la policía tiene obligación de cumplir con su deber, debe considerar que dentro del deber está el respeto a las personas y la consideración de sus derechos. Y también afirmamos que cuando nos referimos a respeto y consideración de derechos, nos referimos a que su alcance  debe llegar a todas las actuaciones, desde la inicial hasta la información, sea a la superioridad o sea a la opinión pública.


Por otra parte hemos de manifestar nuestra extrañeza de que la policía y los responsables de sus actuaciones pongan tanto énfasis en reprimir el «top manta» en estos tiempos de expolio generalizado a la ciudadanía de bienes y derechos. Invitamos a mirar detrás de la manta. Detrás encontraremos a un empobrecido, miembro de una familia empobrecida. Proponemos buscar, detener y encarcelar a los empobrecedores. Además, si el «top manta» ya no es delito sino falta y esta consideración entrará en vigor en diciembre, no se entiende el empeño acrecentado de perseguir a los «manteros» si no es por eliminar personas «no rentables económicamente» mientras sea jurídicamente fácil.


Ante lo expuesto la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. Delegación de Sevilla, aprecia como muy positiva la actuación ciudadana de las personas que vivieron los hechos como testigos presenciales, se suma a ellas en su actitud de indignación y denuncia, y exige a los responsables de la policía local y de la policía nacional actuantes, que investiguen los hechos denunciados y depuren las responsabilidades a que hubiere lugar.


También quiere hacer un llamamiento al Gobierno Municipal, que llama a Sevilla «La Ciudad de las Personas» que cumpla el eslogan cuidando y protegiendo a las personas, en lugar de propiciar la exclusión y la expulsión.