Los obispos de EEUU piden al gobierno que no deporten haitianos

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Los obispos de Estados Unidos han hecho público una carta en la que piden al Gobierno federal que detenga las deportaciones de haitianos

La carta está firmada por el arzobispo coadjutor de Los Ángeles y presidente del Comité de Migraciones de la Conferencia Episcopal, monseñor José Gómez, y por el obispo de Tucson y presidente del Catholic Relief Services, monseñor Gerald Kicanas.


La Conferencia Episcopal de Estados Unidos  había expresado su oposición a que se continuase con las deportaciones a Haití tan pronto como se anunció, el pasado diciembre, que había terminado el plazo de un año de prórroga.


Hubo 27 deportaciones el mes pasado;  uno de estos deportados murió de cólera.


Los obispos fueron informados, por parte del Departamento de seguridad, que se trataba de «asuntos de seguridad interna», y de que «aquellos de los que se había programado la deportación eran delincuentes que habían cumplido condena por 'antecedentes penales graves'».


Pero los monseñores Gómez y Kicanas hablaron de otra realidad: «Entre los 27 ya deportados y los otros 300 que esperan la deportación, hay un número significativo de condenas no violentas de bajo nivel, que ya habían sido liberados y que habían estado viviendo en la comunidad sin ningún incidente durante años. Otros se encuentran en situaciones humanitarias imperiosas, incluidas graves condiciones médicas, o potenciales reclamaciones contra las medidas de inmigración».


Hay planes para llevar a cabo 700 deportaciones hasta final de año, planes condenados por los prelados a causa de los más de 3.600 haitianos víctimas del cólera, con otros 400.000 infectados; el lento proceso de reconstrucción, con cientos de miles de víctimas del terremoto viviendo aún en tiendas; y los disturbios por las pasadas elecciones presidenciales de noviembre.


«Para agravar estos problemas, las cárceles de Haití, en las que el Gobierno haitiano coloca de forma rutinaria a los deportados, y que son conocidas por el trato inhumano a los detenidos, están ahora inundadas de cólera«, observaron.


«Proseguir con las deportaciones en estas graves condiciones representaría un desprecio a sabiendas de la vida y de la dignidad de los haitianos que van a ser deportados».


Monseñores Gómez y Kicanas recomiendan garantizar la libertad condicional humanitaria para los familiares cercanos de los haitianos evacuados a Estados Unidos para recibir atención médica después del terremoto, e implementar un programa condicional de reunificación familiar que beneficiaría a 55.000 haitianos con peticiones familiares aprobadas en los Estados Unidos mientras esperan que sus fechas prioritarias se pongan al día.


… Les pedimos que cesen las deportaciones a Haití de forma indefinida y que extiendan a Haití la ayuda norteamericana proporcionando más ayuda a la inmigración de los haitianos, particularmente ante la actual situación de crisis sanitaria y política que atraviesa el país».