Vergüenza: Nueva tragedia en Lampedusa

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El partido político SAIn se manifiesta en este comunicado en no aplazar el debate sobre la situación de los inmigrantes empobrecidos. Lo reproducimos íntegro.

Paro y muertes de inmigrantes son dos caras de la misma moneda. Todos los partidos del Parlamento Europeo aplazan el debate para después del 25-M. El SAIn no.


COMUNICADO DEL PARTIDO SAIN

El 12 de Mayo hubo un nuevo naufragio en las aguas de Lampedusa. Según los testimonios había 400 personas a bordo. Solo han sobrevivido 200. La tragedia del pasado octubre se repite y se seguirá repitiendo mientras no exijamos justicia.

Estos hechos nos hacen sentir vergüenza, porque nos sentimos parte responsable de lo que hacen los gobiernos y las instituciones europeas que nos representan. Esa vergüenza nos empuja a querer cambiar esta situación de injusticia y de muerte.

Todos eluden el debate en estas elecciones: nadie quiere hablar de muertos africanos en unas elecciones, y menos si Europa es responsable directa.

Además, ningún dirigente europeo, sea del color que sea, va a reconocer que en la Europa de los más de 19 millones de parados y de los minijobs, la inmigración sigue siendo un negocio. Tanto la OCDE como la Comisión Europea siguen afirmando que no se pueden cerrar ciertas puertas a la inmigración, que es clave para la economía europea. En estos años de mal llamada crisis lo que ha pasado es que ha engordado la economía sumergida y también los bolsillos de ciertas empresas y bancos a costa de la explotación de inmigrantes y europeos. Pocos bolsillos cada vez más llenos y cada vez más estómagos vacíos.

Pero esa información no es la que se difunde por los medios de comunicación, que siguen alentando la imagen de invasión con dos objetivos: fomentar el miedo al inmigrante entre la población “porque nos quitan el trabajo”. Se trata de dividir a los parados y explotados europeos de los trabajadores inmigrantes. Este primer objetivo sirve al segundo: militarizar las fronteras y cazar al inmigrante como si fuera un delincuente, si no con el apoyo, al menos sí con el consentimiento de la opinión pública.

La política de las instituciones europeas se basa en defender de palabra los derechos humanos, a la vez que hipócritamente condena a los estados del sur de Europa por su aplicación de la política migratoria previamente acordada por todos. Y todo ello, a la par que financia a los países del Norte de África para que hagan el trabajo sucio con la inmigración: Marruecos y Túnez principalmente. Así nos quedamos “limpios”.

El objetivo nunca ha sido blindar las fronteras sino regularlas, construyendo deliberadamente puertas traseras, para permitir la entrada de la mano de obra esclava que Europa necesita, cuando y como dicta el capital.

Esto tiene un precio: muertes diarias de hombres, mujeres y niños; algunas son noticia, otras no: algunas de esas personas vienen a ganarse el pan que previamente se les ha robado: el cacao de Costa de Marfil, el oro de Ghana, la pesca de Senegal, el Coltán del Congo, el petróleo de Nigeria….  Otras huyen de guerras provocadas en las que Europa también tiene negocios: como Siria o Libia.

¡Que no consigan dividirnos!

¡Las fronteras y las leyes matan!

¡No al paro, a la explotación y a la esclavitud!

¡No a la militarización de fronteras!

¡No a la caza del inmigrante!