Muertos en el Mediterráneo: la indiferencia nos hace cómplices

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El 18 de marzo de 2016, los líderes de los 28 países de la UE, acordaron con Turquía que ésta se convirtiera en el muro que retuviera a los refugiados que llegaban principalmente de Siria

La imposibilidad de los refugiados de pasar a Grecia por esta ruta y las condiciones de vida de los campamentos de Turquía han hecho que miles de personas hayan tenido que partir desde el Norte de África.

Desde el acuerdo ha aumentado el tráfico de personas en esta zona, 3 de cada 4 personas llegadas a Europa a través de la ruta del norte de África ha sido víctima de explotación, ya sea laboral o sexual. Con el repunte del tráfico de personas aumenta el número de naufragios y muertos en la travesía para llegar a Europa.

En 2016 más de 4.000 personas han muerto en el Mediterráneo según fuentes conservadoras. En una única semana en el mes de mayo llegó a haber más de 850 personas muertas. ¡En una semana! Es como si hubieran caído tres aviones al mar, tendría que haber sido noticia, pero no lo fue. La indiferencia ante este drama nos hace cómplices.

El Papa Francisco nos dice que estamos viviendo una tercera guerra a escala mundial, una guerra que se desarrolla de manera fragmentada a partir de conflictos, crímenes, masacres y destrucciones que recorren todo el planeta.

Las guerras de Siria, Sudán, Afganistán… donde se utiliza armamento europeo o español, como en Yemen, hacen que la población civil se vea forzada a abandonar su hogar. Según ACNUR el número total de refugiados en el mundo ha aumentado por quinto año consecutivo, hasta llegar a los 65,3 millones, la mitad niños. Si fueran un país ocuparía el puesto 21º en función de su población, por encima de Francia o Sudáfrica.

En los próximos años, dentro de esta III Guerra Mundial, vamos a ver un aumento del número de refugiados y mientras en Europa crecerá el nacionalismo, el populismo y el rechazo a los inmigrantes, ya sean por motivo de guerra o económico. Y en África seguirá el saqueo de materias primas a países en conflicto provocando hambre y miseria.

El drama que viven millones de refugiados no está en la agenda de los partidos políticos europeos ni de las instituciones. Lo que sí está en la agenda de la UE es la creación de una fuerza policial europea para frenar la llegada de refugiados. Hasta 1.500 efectivos podrán intervenir, de forma inmediata, en las fronteras de un país de la Unión, aun en contra de su voluntad. O el acuerdo reciente de la UE con cinco países africanos para que hagan de muro y evitar que vengan a la vieja y enriquecida Europa.

Una refugiada junto a su hija respondía en una entrevista nada más ser rescatada del mar ¿por qué había embarcado con el riesgo que conllevaba? y respondió: «Porque la miseria mata». Y es verdad que la miseria mata, también matan las leyes, como las que hace la Unión Europea.

Que el sufrimiento de millones de hermanos nuestros no nos lleve a caer en la indiferencia que nos haga cómplices

Editorial de la Revista Autogestión