Venezuela: buscando las proteínas en la basura

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La situación del país caribeño es insostenible. La economía venezolana se desploma como paradigma de los que nunca debió ser, se sale de todos los parámetros e índices internacionales, es una economía de guerra (en guerra contra su propio pueblo)

El hambre se exhibe con distintos rostros en Venezuela. Coromoto Velasco, una maestra de la escuela Nuestra Señora de Dolores en el estado de Miranda (centro-norte del país), recuerda con desazón el día en que las sillas de su salón de clases comenzaron a vaciarse, hace ocho meses. Era un extraño ausentismo, los niños faltaban y no había una explicación. Así, la maestra decidió visitar la casa de una de sus alumnas y halló el motivo de la desidia: “La niña tenía tres días sin comer, por eso no iba a clases. La vi en una cama, en reposo, no tenía fuerzas para levantarse. Su madre, único sostén de familia y desempleada, solo había optado por darle yuca y eso no era suficiente”.

Es solo uno de los tantos relatos. Una semana atrás, una alumna lloraba por el ardor estomacal provocado por no haber comido en dos días, otra se había desmayado cuando entonaba el Himno Nacional de Venezuela (una costumbre en los colegios antes de iniciar clases) y un niño pedía acudir en el asueto de Carnaval a la escuela para comer en el colegio.

En una escuela pública de Los Teques, la capital del estado Miranda, la deserción escolar ha crecido por la escasez de alimentos. “Los padres me han dicho que no llevan a los niños al colegio porque no tienen cómo alimentarlos, que si se quedan en la casa tienen más probabilidades de que les den un pedazo de pan. Yo tengo más de 90 alumnos bajo mi dirección y a veces falta la mitad de ellos”, cuenta la directora de la institución educativa.

El pueblo pasa hambre en cada esquina de los barrios, y la violencia trepa por las paredes y verjas de los “ranchitos”. La violencia en gran parte fruto de la miseria y de la droga que circula por el país. Muchos de los asesinados son jóvenes.

En muchas ocasiones los basureros se convierten en supermercados donde los niños escogen con cuidado algo que llevarse a la boca.

Venezuela vive un “apartheid” económico, aislados del mundo, sin fabricar apenas nada, se ha convertido en un gran campo de refugiados, sin orden ni concierto, y sin ayuda alimentaria…Todo ello siendo uno de los países más ricos del mundo en materias primas y recursos naturales (petróleo, oro, bauxita…coltán), además de posibilidades agroalimentarias infinitas ¿será por eso?

Y a esto hemos de añadir que el papel moneda no vale nada. O mejor dicho su valor es casi el del papel.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el pasado 11 de diciembre que el billete dejaría de tener valor en tres días, lo que ocasionó grandes colas de los ciudadanos ante los bancos para devolverlo. Sin embargo, su vigencia se amplió dos semanas más, luego un mes, después otro y el pasado viernes Maduro prolongó la agonía del billete hasta el próximo 20 de marzo.

Pese a su muerte anunciada, el Gobierno venezolano inyectó en enero más de 76 millones de nuevos billetes de 100 bolívares, y representa actualmente el 47 % de la masa circulante en la nación sudamericana, según los datos del Banco Central de Venezuela (BCV). «Lo del billete de 100 era fácil de predecir, como también lo es que para marzo harán lo mismo», opinó el economista Luis Oliveros.

Sin embargo, la larga agonía de esta moneda alivia a muchos venezolanos que no tienen otro medio de pago en efectivo. «A Maduro no le quedaba otra opción, yo no he tenido un solo billete de los nuevos en la mano, si sacan [de circulación] el cien con qué vamos a pagar», dijo a Efe la pensionista Carmen Medina tras esperar ante un cajero de Caracas para retirar efectivo que le alcanzará «solo para un día».

Redondeando cifras a mediados Febrero

El salario mínimo integral es 148000 Bs, 1 dólar paralelo = 4200 Bs (Bolívares), salario mínimo integral en dólares 35.23 dólar. Esto nos indica que el salario mínimo diario en dólares ahora es de 1,17 por día. La ONU califica de miseria extrema todo aquel que gane menos de 2 dólares diarios.

Es posible que a este ritmo la próxima generación tenga problemas de desarrollo físico e intelectual ante la escasez de comida.

Otros datos:

El Producto Interno Bruto disminuyó 15% en 2016. Y la inflación rondó los 600%.

La presión internacional es importante para cambiar la situación; pero las verdaderas salidas están en el mismo pueblo de Venezuela, que debe ser protagonista de esta transformación sin disparar una bala, aprendiendo de su historia reciente.

Autor: Luis Antúnez