La pensión, ¿será cosa de ricos?

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Muchos factores parecen indicar, sino cambia mucho la situación, que la población de países como España tendrá que trabajar hasta casi el final de sus días, ya que el acceso a una pensión que sostenga sus vidas, será para unos pocos “elegidos”

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social reconoció a comienzos de Febrero que es necesario volver a ‘echar mano’ del Fondo de Reserva para poder garantizar el pago de las pensiones del sistema público. Esta es la segunda vez que la Seguridad Social tiene que usar esta ‘hucha’ para cumplir con sus obligaciones este año.

La Seguridad Social ha retirado este año un total de 14.000 millones de euros del Fondo de Reserva. Los primeros 6.000 millones fueron retirados en junio y julio para pagar la extra de verano de las pensiones. Los últimos 8.000 millones han sido retirados para hacer lo propio con la extra de navidad y la liquidación del IRPF.

La jubilación es para ricos, los otros trabajaremos hasta el fin de nuestros días.

¿Quién puede hoy aportar a un plan de pensiones privado para compensar los recortes en las pensiones públicas, o el aumento en la edad de jubilación hasta donde pueda llegar ésta?

¿Quién tiene hoy margen de ahorro, cuando los impuestos gravan más al trabajador o a los mismos autónomos? La solidaridad en el ahorro se está viniendo abajo, primero fueron las Cajas de Ahorro y ahora son las pensiones.

Así lo cree Peter Fleming, profesor de Negocios y Sociedad en la Universidad de la Ciudad de Londres y autor de ‘La mitología del trabajo: cómo el capitalismo persiste a pesar de sí mismo’, quien asegura en The Guardian que la guerra contra la política neoliberal tiene un nuevo frente de batalla: las pensiones.

“Trabajaré hasta que me muera”. Para muchos es una pretensión auténtica. Les gusta lo que hacen y quieren trabajar hasta que el cuerpo diga basta. De hecho, la ocupación les proporciona una identidad, una razón para levantarse de la cama por las mañanas. Para otros, sin embargo, la necesidad económica decidirá por ellos.

Tara Rymer, columnista en la prensa australiana, se imaginaba en sus 20 una jubilación al ritmo del balanceo de su mecedora, frente a una caravana, en algún camping de la extensa isla. Hoy, sin embargo, a sus 30, teme que una jubilación así sea solo para ricos: “Mientras trabajo e invierto en mi presente, me quedo sin nada para mi futuro”. “¡Siento que la única manera de cambiar la situación sería ganando la lotería!”, exclama.

La realidad de la jubilación en los países que abrazan el neoliberalismo es desalentadora, afirma Fleming: “En ningún otro momento desde su creación, el Estado del Bienestar ha sido tan odiado por la élite gobernante”. La austeridad, desde su perspectiva ideológica, ha redefinido desde la seguridad social hasta los parques municipales y, señala el economista, la incertidumbre de las pensiones era solo cuestión de tiempo.

Cada vez más pensionistas trabajan en España. Cada vez más jubilados pobres en Europa recurren a minijobs para subsistir. Y, aun así, el resentimiento contra la tercera edad gana fuerza. La percepción de que los jubilados son un peso muerto para la generación millennial se extiende cada vez más. No solo en el aspecto económico, también en el político…

Perspectiva Norte-Sur

En los países empobrecidos, ya no se sueña con las pensiones, esto ya no existe o son irrisorias para la mayoría de la población empobrecida; solo la familia es el sostén de la vida diaria de los ancianos, recibiendo la solidaridad que ellos les dieron primero. En países como México La población adulta es de unos 10 millones de personas, de ellas solamente una de cada 100 están viviendo su retiro con plenitud, lo que significa que 99% de la población llega al retiro con problemas financieros o de salud.

Redacción Solidaridadnet

Fuente: Elconfidencial.com – elgráfico.mx