Navarra: Ideologías contra la persona y la familia en el sistema educativo

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¿Le parecería lógico que una persona extraña, un profesor le preguntara a su hijo o hija de 3 años si se siente niño o niña? Eso es lo que pretende el Gobierno de Navarra que se pregunten los estudiantes navarros desde su más temprana edad.

A partir de este curso, el Gobierno de Navarra está extendiendo en el sistema educativo navarro el programa Skolae, que «sirve para la adquisición progresiva de las competencias básicas que permitirán a las niñas y a los niños elegir, construir y vivir el proyecto vital propio desde el conocimiento, la libertad y la capacidad de decidir sobre su futuro sin condicionantes de género, aprendiendo a identificar las desigualdades, a luchar contra ellas y a ejercer su derecho a la igualdad en el ámbito de su cultura, religión, clase social, situación funcional, etc», según asegura el Gobierno de Uxue Barkos en la presentación del programa.

Los niños y niñas navarras de 0 a 6 años aprenderán a partir de este curso juegos eróticos como forma de «Reconocimiento de la sexualidad infantil desde el nacimiento despenalizando el reconocimiento y la vivencia de dicha sexualidad en el ámbito de la escuela y la familia». Los niños de entre 6 y 12 años identificarán «las diferentes voces que habitan dentro de mí si soy chica, si soy chico, reconocer cómo suenan, qué me dicen, en qué momentos aparecen y cómo me hacen sentir». Aunque muchos no hayan entrado en la adolescencia, los de 12 a 16 años analizarán «el placer erótico: diversidad de gustos y de placeres». Y ya los mayores del instituto, los que tengan entre 16 y 18 años estudiarán que entre las causas de la violencia en adolescentes se encuentra la construcción del amor romántico junto con el machismo, masculinidad hegemónica.

Afirman que «los alumnos deben ser incorporados como sujetos de la acción coeducadora, para que cuestionen el concepto de masculinidad hegemónica y sometan a crítica los privilegios de los que disfrutan»

Por supuesto, para nada se habla de la pornografía como herramienta de violencia contra la la persona (mujer o hombre) en su psicología más profunda, causa de las grandes problemas de dependencias que existen en adolescentes y en adultos en todas las capas de la sociedad; o de la sexualidad que entiende a la persona como un objeto, o del cuerpo como una herramienta de placer editable a gusto del consumidor. Un auténtico destrozo para las futuras generaciones. Bajo un manto de «progresismo» se esconde uno de los mayores retrocesos de la historia en la educación de las nuevas generaciones: materialismo puro contra la misma persona, contra la familia y su vocación a la solidaridad.

No me cabe duda que este adoctrinamiento ideológico favorece a los grandes poderes que sacarán partido de una persona diseñada a medida del imperialismo económico-cultural, omnipresente en los medios de comunicación. Hagamos frente a esta cultura de muerte. Ni el estado ni el mercado deben protagonizar la educación de nuestros hijos.

Luis Antúnez