Guerras y hambre un binomio mortal

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La guerra contra los pobres y su aplastamiento comienza por la axfisia política y económica a tantas familias de los países empobrecidos. Créditos que se pagan con años de dependencia, financiaciones abusivas, ayuda oficial al desarrollo interesada e ideológica, corrupción política inducida, evasión de capitales, expolio de materias primas y energéticas, robo de cerebros, imposición de políticas agrarias y acaparamiento de tierras, deterioro cultural; son entre otras causas de la gran guerra del hambre.

La guerra, entendida como combate armado, sobreviene como otro de los jinetes del apocalipsis (rojo), para expulsar la paz de la tierra. En esta tercera guerra mundial por partes, como afirma el Papa, en las calles y barrios, en los campos de países como Venezuela, Sudán, Congo; las víctimas son los empobrecidos… ¿A quién benefecia tanto dolor?

datos Venezuela

Informe de la FAO

La Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), asegura que el creciente número de conflictos armados y prolongados en el mundo está creando niveles de hambre sin precedentes e inaceptables.

Los vínculos entre los conflictos armados y hambre siguen siendo muy estrechos y en muchos casos letales, según advierte un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), luego de analizar la situación en los ocho lugares del mundo con el mayor número de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia.

La situación en Afganistán, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Yemen empeoró en los últimos meses de 2018 en gran parte debido a los conflictos…

“Este informe demuestra claramente el impacto de la violencia armada en las vidas y los medios de subsistencia de millones de hombres, mujeres, niños y niñas atrapados en un conflicto”, dice el director General de la FAO, José Graziano da Silva, en el prólogo al documento. “Les ruego encarecidamente que tengan en cuenta que detrás de estas estadísticas aparentemente frías hay personas reales, que padecen tasas de hambre que son simplemente inaceptables en el siglo XXI”.

Destaca la FAO que la Resolución 2417 del Consejo de Seguridad de la ONU es una condena inequívoca de la inanición como arma de guerra. Esta resolución reconoce explícitamente el impacto de los conflictos armados en el hambre, debido al frecuente desplazamiento de gran número de personas desde las tierras cultivables, áreas de pastoreo y zonas de pesca, así como por la destrucción de reservas de alimentos y activos agrícolas y la interrupción de los mercados alimentarios.