Desierto, río y mar entierran a los migrantes centroamericanos y venezolanos

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En estos días se han producido, seis muertos en el río Bravo; cuatro de ellos niños. La primera tragedia ocurrió la mañana de este lunes cuando los cadáveres de los tres menores y una mujer de nacionalidad guatemalteca fueron hallados en las cercanías del Río Bravo y de los Matorrales de Anzalduas, en la ciudad de Mission (Texas). Pero un día antes, el domingo, un padre y su hija de menos de dos años perdieron la vida al intentar cruzar el Bravo cerca de la ciudad de Matamoros. Eran de origen salvadoreño, según confirmó este día la esposa del hombre.

Muchos de los migrantes son arrastrados por el río Bravo, que tiene gran caudal de agua en estos días por la apertura de compuertas aguas arriba, o por los calores del desierto tejano que superan los 40 grados centígrados sin sitios donde cobijarse.

Venezolanos mueren en las aguas del Caribe

Según la Organización Internacional para las Migraciones, ochenta venezolanos han fallecido en tres naufragios desde abril. También ha informado de la muerte de otras 144 personas, de distintas nacionalidades, cuando intentaban cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.

Se estima que, en los naufragios, ocurridos el 23 de abril y el 16 de mayo, desaparecieron entre 51 y 67 refugiados y migrantes que tenían como destino final la isla de Trinidad y Tobago.

El número de desaparecidos en el tercer incidente oscila entre los 21 y los 32. En este caso, la embarcación se dirigía a Curaçao.

El portavoz de la Organización Joel Millman detalló el aumento interanual de venezolanos fallecidos cuando viajaban hacia islas fronterizas o vecinas con su país de origen.

“El año pasado contamos dieciocho muertos en el Caribe. En lo que va de año las cifras se multiplican por 10″, afirma.

Las víctimas, en manos de contrabandistas

De acuerdo a los testimonios de supervivientes y familiares de las víctimas, los viajes fueron organizados por contrabandistas que aprovechaban la desesperada situación de esas personas para venderles viajes en embarcaciones sobrecargadas e inadecuadas para el transporte de pasajeros en mar abierto.

El director regional de la Organización para América Central, América del Norte y el Caribe, Marcelo Pisani, manifestó que estos incidentes “ponen de manifiesto las desesperadas medidas que los venezolanos están dispuestos a tomar para llegar a su destino, incluso arriesgando sus vidas a manos de los contrabandistas».

La Organización añadió de que de los más de cuatro millones de refugiados y migrantes que abandonaron Venezuela desde 2015, unos 110.000 residen en el Caribe.