Tarjetas navideñas con mano de obra esclava

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Hemos denunciado muchas veces en esta web, cómo muchos de los abalorios y adornos navideños, y por supuesto gran parte de los juguetes están hechos con mano de obra esclava. La noticia saltó en estos días, en torno a las entrañables tarjetas navideñas.

El gigante británico de supermercados Tesco ha cortado relaciones comerciales (hace una semana) con un proveedor chino de tarjetas de Navidad después de que una investigación periodística revelara que un cliente había encontrado un mensaje de socorro en una felicitación navideña.

En el texto, encontrado escrito a mano dentro de unas tarjetas, se podía leer que había sido empaquetado por prisioneros de una cárcel de Shanghái a los que les obligaban a trabajar. «Somos prisioneros extranjeros en la prisión Qingpu de Shanghai, China. Obligados a trabajar en contra de nuestra voluntad. Ayúdenos y avise a la organización de derechos humanos», asegura el diario ‘Sunday Times‘ que reza el texto encontrado en la tarjeta. «Contacte con el señor Peter Humphrey«, añadía la nota.

Peter Humphrey es un periodista británico retirado que, junto a su esposa, fue condenado en China en el 2014 por obtener ilegalmente registros privados de ciudadanos chinos y vender la información a clientes, incluido el fabricante de drogas GlaxoSmithKline. La pareja fue expulsada de China en junio del 2015 después de que se redujeron sus penas de prisión.

El mensaje de la tarjeta lo encontró una niña de 6 años, Florence Widdicombe, en Londres. El padre de la pequeña contactó con Humphrey a través de las redes sociales.

Humphrey ha asegurado que no sabe las identidades ni nacionalidades de los prisioneros que escribieron el texto, pero que «no tenía dudas de que son prisioneros Qingpu que me conocieron antes de mi liberación, en junio del 2015».

Tesco, el minorista más grande de Gran Bretaña, ha asegurado que abre un proceso interno para esclarecer los hechos. «Este proveedor fue auditado de forma independiente el mes pasado y no se encontraron pruebas que sugirieran que habían violado nuestra regla que prohíbe el uso de mano de obra en prisión», ha asegurado un portavoz de la empresa. «Aborrecemos el uso de mano de obra carcelaria y nunca lo permitiríamos en nuestra cadena de suministro», se ha apresurado a añadir ante el revuelo formado.

¡Dejemos de lavarnos las manos!