SACERDOTE ESPAÑOL ASESINADO POR EL LATIFUNDIO?

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Muchos de sus amigos sabíamos (y hay documentos) que había recibido amenazas escritas. Y venían de esa estructura anacrónica que es el latifundio. Venían de los SEÑORITOS.
Han matado a Juanjo. Les ha faltado tiempo para echarle la culpa a un inmigrante. Pero el auténtico asesino, el que no aparecerá para los jueces, ha sido el latifundio. Ese sujeto difuso cuya dureza es mayor todavía que la de los Señoritos».

Le conocí hace 24 años, cuando yo tenía 11. Juanjo ha sido un cura completamente entregado a los enfermos, a los pobres, a los marginados.Su último sufrimiento no ha sido que el asesino formal pueda haber sido un inmigrante. Estoy seguro que le amaba. Juanjo amaba a los pobres no porque fueran buenos sino porque son cuerpo de Cristo.

Su último sufrimiento ha sido que el auténtico asesino se ha lavado las manos. Pilatos es el latifundio. Muchos de sus amigos sabíamos (y hay documentos) que había recibido amenazas escritas. Y venían de esa estructura anacrónica que es el latifundio. Venían de los SEÑORITOS.

Cristo, Iglesia y Pobres han sido el trípode sobre el que ha descansado su vida sin descanso. Por Cristo y la Iglesia respetaba hasta el escrúpulo la liturgia. Por esquisita eclesialidad soportó las zancadillas del obispo. A los pobres les amó hasta el extremo. Hasta la saciedad le eché cariñosamente en cara que lo hacía muchas veces desde el paternalismo. Tanto los enfermos como los pobres-pobres lo vieron así frecuentemente. Pero también es verdad que muchas veces les amó desde la denuncia profética. «Comunista», «político»… fueron apelativos que recibió con frecuencia.

No me cabe duda: Descansa en paz quien no conoció descanso.

No me cabe duda: Somos unos hipócritas y unos pilatos. A Juanjo lo mató el latifundio. ¡No nos callemos!

Eugenio A. Rodríguez

Sacerdote diocesano