JUAN PABLO II PIDE OPTAR POR «UNA AUTÉNTICA IGLESIA DE LOS POBRES»

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Juan Pablo II pide optar por «una auténtica Iglesia de los pobres». «Una auténtica Iglesia de los pobres contribuye de manera decisiva a la necesaria transformación de la sociedad, a la renovación social basada en la visión y en los valores del Evangelio»…. Por otra parte, «La Santa Sede, gracias a sus instituciones en el mundo entero, provee el 25% de la atención total que se da a las víctimas de VIH/SIDA», afirmó el cardenal Claudio Hummes, O.F.M., arzobispo de Sao Paulo (Brasil) al intervenir la sesión plenaria de las Naciones Unidas dedicada a combatir este virus….

JUAN PABLO II PIDE OPTAR POR «UNA AUTÉNTICA IGLESIA DE LOS POBRES»
Al encontrarse con un grupo de obispos filipinos

CASTEL GANDOLFO, 25 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que la Iglesia católica debe ser «una Iglesia de los pobres», es decir, una comunidad en la que sus hijos viven la «opción preferencial» (no excluyente) por los más necesitados.

Así lo manifestó este jueves al encontrarse con un grupo de obispos de Filipinas provenientes de las provincias de Cagayán de Oro, Cotabato, Davao, Lipa, Ozamis y Zamboanga.

En su discurso, el pontífice apoyó el programa pastoral de la Iglesia en Filipinas en el que se puede leer: «Siguiendo a nuestro Señor, optamos por ser una Iglesia de los pobres».

Según el obispo de Roma, «una Iglesia de los pobres» es «una comunidad de fe que abraza y vive el espíritu evangélico de pobreza, que armoniza el desapego de los bienes con una profunda confianza en el Señor, única fuente de salvación».

«Hay que subrayar que esta preferencia por los pobres no es en ningún sentido exclusiva, sino que abarca a todas las personas, sin tener en cuenta su condición económica o su categoría social», aclaró.

«Es una Iglesia que ofrece una atención preferencial a los pobres, tratando de compartir tiempo y recursos para aliviar sus sufrimientos», indicó.

«Es una Iglesia que trabaja con todos los sectores de la sociedad, incluidos los mismos pobres, para buscar soluciones a los problemas de la pobreza, y así liberar a la gente de la miseria», subrayó.

«Es una Iglesia que utiliza los talentos y dones de los pobres, contando con ellos en la misión de evangelización. La Iglesia de los pobres es una Iglesia en la que los pobres son bienvenidos, escuchados e involucrados activamente», añadió.

En este sentido, aclaró, «una auténtica Iglesia de los pobres contribuye de manera decisiva a la necesaria transformación de la sociedad, a la renovación social basada en la visión y en los valores del Evangelio».

«Esta renovación es una empresa que tiene en los laicos a sus principales y esenciales agentes –recalcó en su discurso en inglés–: por ello, es necesario dar a los laicos los instrumentos necesarios para desempeñar este papel con éxito».

«Esto implica una cuidadosa formación en la doctrina social de la Iglesia, y un diálogo constante con los sacerdotes y religiosos sobre las cuestiones sociales y culturales», reconoció.

En particular, esta opción implica testimoniar la visión cristiana del matrimonio y la familia, propuso el obispo de Roma.

«Cuando la vida familiar es sana y fecunda, se da un intenso sentido de comunidad y solidaridad, dos elementos esenciales para la Iglesia de los pobres», concluyó.

Los prelados filipinos recibidos en audiencia constituyen el primero de los tres grupos de obispos del país asiático con el mayor número de católicos que en los próximos dos meses visitarán al Papa y a la Curia romana en cumplimiento de su quinquenal visita «ad limina Apostolorum».

LIDER JUDÍO PROPONE DAR AL PAPA LA MEDALLA DE JUSTO ENTRE LAS NACIONES

ROMA, 24 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Un líder de la comunidad judía italiana ha propuesto entregar la medalla de Justo entre las Naciones a Juan Pablo II.

La propuesta fue lanzada este miércoles por Emanuele Pacifici, presidente en Italia de la Asociación Yad Vashem, al intervenir en un congreso celebrado en Roma sobre la contribución de las órdenes y congregaciones religiosas en la salvación de judíos durante la segunda guerra mundial.

«Cuando Juan Pablo II, en 1942, era un aspirante al sacerdocio –reveló Pacifici–, le presentaron a un niño judío huérfano de unos dos años que él confío a un matrimonio de campesinos. Al final de la guerra, le volvieron a presentar el niño salvo y salvo para pedirle que le bautizara».

«El que se convertiría en Papa, rechazó la propuesta diciendo: «Es un niño y debe seguir siendo hebreo» –siguió diciendo–. Después supe que hizo todo lo posible para confiarlo a unos parientes que se habían ido a Estados Unidos. Si supiera el nombre de este niño, yo le daría la medalla de los Justos al Papa».

Pacifici, ofreciendo su testimonio de vida, reconoció que si sobrevivió a las persecuciones nazis de la segunda guerra mundial fue gracias «a la gran contribución de los religiosos a la salvación de hebreos, no sólo en Roma, sino por doquier».

«Muchos de mis hermanos en religión nunca han dado las gracias por esta ayuda. Quien nos ayudó lo hizo arriesgando su vida».

«Debo mi vida a las hermanas franciscanas de Santa María en Settignano, cerca de Florencia, donde fui acogido y tratado como un hijo. Una de las religiosas rezaba conmigo el «Shemá Israel». Mientras siga viviendo hablaré de la Shoá [holocausto] para que no sea olvidada».

EL 25% DE LAS VÍCTIMAS DEL SIDA EN EL MUNDO SON ATENDIDOS POR LA IGLESIA
Informe del cardenal Hummes ante la asamblea plenaria de la ONU

NUEVA YORK , 23 septiembre 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede renovó este lunes el compromiso de la Iglesia católica a favor de los enfermos de sida, «flagelo del siglo», y pidió medicinas para el tercer mundo, así como campañas de prevención y tratamiento «responsables».

«La Santa Sede, gracias a sus instituciones en el mundo entero, provee 25% de la atención total que se da a las víctimas de VIH/SIDA», afirmó el cardenal Claudio Hummes, O.F.M., arzobispo de Sao Paulo (Brasil) al intervenir la sesión plenaria de las Naciones Unidas dedicada a combatir este virus.

El purpurado, que guió la delegación vaticana en el encuentro, anunció que por medio del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios y diversas organizaciones católicas, «la Santa Sede habrá logrado su objetivo de tener instituciones y programas en funcionamiento en todos los países del África del Sub-Sahara, y de comenzar nuevos en Brasil, Argentina, México, Tailandia y Lituania», que «se suman a los que ya existen en otros países en todo el mundo».

«Ofrecen una amplia gama de servicios, desde campañas de concientización hasta educación para un comportamiento responsable, desde asistencia psicológica hasta apoyo moral, desde centros de nutrición hasta orfanatos, desde tratamiento hospitalario hasta atención a domicilio y en prisiones para enfermos de VIH/SIDA», informó.

El cardenal brasileño recordó asimismo que para coordinar mejor sus actividades, «la Santa Sede ha creado una Comisión Ad Hoc sobre la lucha contra el VIH/SIDA».

«La Comisión intenta expresar su preocupación especial por África del Sub-Sahara, donde el sufrimiento es más intenso, y prestar especial atención a los problemas de estigma y discriminación que acompañan a esta enfermedad, al acceso a tratamiento y atención, a la educación sobre un comportamiento sexual responsable», aclaró

Esta educación, explicó ante las delegaciones reunidas en la ONU, incluyen la propuesta de «la abstinencia y la fidelidad matrimonial, y la atención de los huérfanos a causa del VIH/SIDA».

«Por medio de estas nuevas iniciativas –aseguró–, la Santa Sede intenta fortalecer más su compromiso y aumentar su colaboración en la lucha global contra el VIH/SIDA, mientras reafirma su creencia en el valor y el carácter sagrado de toda vida humana».

El cardenal reconoció asimismo los estragos que el virus está provocando entre los niños, «ya sea porque han sido infectados por el virus, el cual les ha sido transmitido al nacer, o porque han quedado huérfanos debido a la muerte prematura de sus padres causada por el SIDA».

«El VIH/SIDA está causando un fuerte aumento de la mortalidad infantil: 3,8 millones de los 19 millones de personas que murieron a causa del SIDA el año pasado eran niños menores de 15 años», reveló.

«Durante las últimas dos décadas, ha dejado huérfanos a más de 14 millones, más de 11 millones de los cuales se encuentran en África del Sub-Sahara. Y, de acuerdo con un cálculo, para el año 2010 en África sola habrá 40 millones de huérfanos a causa del SIDA, el 95% de los cuales será portador del virus», siguió informando.

«Desafortunadamente –siguió explicando–, el costo del tratamiento médico es elevado y a menudo está más allá del alcance no sólo de los pobres sino que también del de la clase media».

Por este motivo, Hummes por una parte aplaudió el acuerdo de la OMC (Organización Mundial del Comercio) que se logró el 30 de agosto de 2003, y que «hará que sea más fácil para los Estados más pobres importar medicamentos genéricos más económicos fabricados según licencia obligatoria».

«Nos atrevemos a esperar que pronto aparezcan expresiones más concretas de voluntad política y valentía moral como ésta», deseó.

«Todos nosotros, como individuos y como comunidad, debemos ser inversores en la noble causa de proteger a los niños y a los jóvenes de la infección del VIH/SIDA y de rescatar a quienes ya son portadores del virus, porque son el futuro de la raza humana», concluyó.