DESPEDIDA CURSO NORTE-SUR 2025
Iniciamos este curso encuentro norte-sur con el análisis del mundo en que vivimos. Un mundo en guerra donde van desapareciendo los derechos sociales a costa de construir un continente armado, véase Europa. Una de las consecuencias dramáticas de las guerras son los refugiados, que siempre se ceba con los más débiles, los preferidos del Señor: niños gaseados, niños violados, niños que incluso se les extraen sus órganos vitales para la venta. Pero también existe la solidaridad, que es dar lo que necesitas para vivir, se ve reflejado en los jóvenes que donan una cornea para que otro pueda ver, o un riñón para que otro pueda vivir. No, no hemos perdido aun la humanidad en esta lucha entre la esperanza y la desesperanza.

También nos han hablado de una iglesia que sufre y es perseguida. De como se financian religiones agresivas que rompen la convivencia y la paz entre los pueblos. “No me importa morir por Cristo” decía un musulmán converso. Una conversión que nunca corta las alas sino que da plenitud.
Nos han recordado la realidad dramática del norte, una sociedad sin hijos, del aumento del envejecimiento y la discapacidad, y también de la soledad. Hemos visto con horror la locura de la pedofilia y la prostitución infantil. Incluso como esta salvajada llega a los bebe neonatos. Pedófilos que abarcan ambos sexos. No, no es una ideología, no es una orientación sexual, es una perversión. Si, se ha excluido a Dios. Hemos desafiado las leyes de la naturaleza y dichas leyes nos han deshumanizado. Frente a ello, la respuesta debe ser el amor, un amor sin límites y desinteresado.
Hemos conocido el dolor del pueblo venezolano, un genocidio planificado. “Porque robaron la riqueza de tu país tu hijo murió, tu familia emigró, y ya son cerca de 10 millones”. Pero como a pesar de ello el Movimiento sigue allí, familia de familias, pobre entre los pobres, promocionándolos, entregando su vida. Nos pueden robar la riqueza pero la esperanza nunca.

También nos invitaron a soñar en una comunidad hispanoamericana, a construir puentes de fraternidad y abierto a todos los pueblos del mundo. Recordaron la figura de Isabel la Católica que abogó por la evangelización y el mestizaje, porque todos somos iguales. Una aventura que también llegó a Filipinas, donde los españoles también hicieron España, siendo actualmente el mayor país católico en Asia. Un país hoy sumergido en la corrupción donde los pobres encuentran su fuerza en la fe. Las posibilidades son asombrosas y debemos mirar al futuro con esperanza.
Lo vimos en los inicios de Villa el Salvador: “porque no tenemos nada todo lo haremos” versaba su lema. Y sobre ello se cimentó esta experiencia hasta que las ideologías, el terrorismo, las traiciones y los poderes consiguieron romper la comunidad. Hace año y medio que el MCC tiene presencia allí y quiere ser esa semilla de promoción entre los empobrecidos.
Si, en este curso hemos visto respuestas de esperanza en este mundo en guerra, desde la asociación Meter, la fundación de ayuda a la iglesia necesitada, en la labor psicológica entre los refugiados, en el trabajo con los enfermos y discapacitados, en la labor pastoral entre los empobrecidos.
Desde el MCC hemos recordado, también por las calles de Pamplona, que no se puede luchar solo, que somos seres sociales y necesitamos de la asociación, y no una cualquiera, sino una que promocione, que nos cultive la conciencia necesaria para transformar este mundo y todo cante la gloria de Dios. Y eso es lo que ofrece el MCC, grupos formados en la contemplación y la lucha, y así ser la esperanza que nos salva…
El curso como tal se acaba, pero comienza desde mañana mismo, el empeño esperanzado de construir la Paz en este mundo en guerra.

Gracias a todos los asistentes, y como decía Guillermo Rovirosa, hasta mañana en el altar.

