ENTREVISTA al MISIONERO JOSÉ Mª CABALLERO que ha LOGRADO REHACER las VIDAS de más de 3.000 NIÑOS SOLDADO

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José Mª Caballero, misionero javeriano, desde marzo de 2000 dirige el centro ´Saint Michael´ para rehabilitación de niños soldado en Lakka. En el libro Salvar a los niños soldados, Gervasio Sánchez relata la labor de este misionero que ha logrado rehacer las vidas de más de 3.000 niños. El misionero javeriano Chema Caballero, denunció que las ´armas fabricadas en España se venden a terceros países, por ejemplo, llegan a Sierra Leona a través de Bulgaria´.´La opinión pública debería exigir al Gobierno un control de ese tráfico´ … Hay que llamar la atención sobre lo que está pasando. Sobre todo que no se diga que son negros que se están matando en Sierra Leona, que sepan que se están matando porque nosotros compramos diamantes ilegales y vendemos armas.´ ´Las ONG han hecho más daño que bien; se han concentrado en la capital, haciendo pequeñas incursiones en el resto del país que es donde están los problemas. Han creado una burbuja artificial en Freetown alquilando casas de lujo, coches, restaurantes. Han surgido como hongos. Han instaurado un estilo de vida que ha establecido las diferencias con la población real. Un sierraleonés que haya estudiado va a cobrar unas 25.000 pts. de sueldo al mes, mientras que su superior, un blanco, va a cobrar por el mismo trabajo un millón de pesetas.´


Nació en Castuera (Badajoz) en 1961. Es Licenciado en Derecho. A los 24 años ingresa en la congregación de los misioneros javerianos. En 1992 llega a Sierra Leona por primera vez donde completa su preparación sacerdotal y misionera a la vez que trabaja con jóvenes. Es ordenado sacerdote en 1995. Posteriormente, se especializa en temas de Justicia y Paz. En 1998, cuando estaba poniendo en marcha programas de promoción de la paz, estalla la violencia en Sierra Leona. Desde marzo de 2000 dirige el centro «Saint Michael» para rehabilitación de niños soldado en Lakka.

«Rehabilitar niños soldado es traer paz a Sierra Leona»

En la guerra de Sierra Leona, 20.000 niños y niñas fueron reclutados como soldados. Hoy, el misionero y sacerdote javeriano, José Mª Caballero, trabaja en la rehabilitación de estas víctimas del egoísmo humano. Mientras que unos sólo les enseñaron violencia, tortura, abuso y muerte, él les enseña el inmenso valor que tienen como seres humanos y les muestra que «hay un mundo distinto» del que vivieron cuando fueron soldados.

¿Qué pasó en Sierra Leona a finales de 1998?

La guerrilla iba avanzando cada vez más. La corrupción del gobierno, a pesar de una pequeña revolución que hubo, no cambió nada. Las personas en el poder seguían siendo las mismas. La situación del país era que los rebeldes estaban allí. El gobierno decía que habían sido destruidos, pero un día los rebeldes subieron y empezaron a atacar: pretendían hacerse con el poder. En diciembre de 1998 hubo que huir. En enero de 1999 entraron en Freetown, secuestraron a seis javerianos y a otras seis hermanas de la Caridad. Fueron asesinados. Salieron del país la mayor parte de los misioneros. Otro compañero y yo nos quedamos. Lungui no pudo ser tomada por los rebeldes y empezó la retirada. Entonces fue terrible, porque los rebeldes rabiosos empezaron a cortar manos a destajo, a quemar casas, a saquear. Fueron tres semanas prácticamente. A medida que se iban retirando, iban sembrando destrucción.

Y, entre los soldados, hay niños y niñas…

Una de las características de la guerra de Sierra Leona es la crueldad, amputaciones a civiles, destrucción de casas y cosechas sin sentido y… los niños. Cuando los rebeldes llegan a las aldeas secuestran a todos los niños. Las niñas son utilizadas como esclavas sexuales y los niños son entrenados como soldados. La primera línea de ataque son niños. Niños desde 7 hasta 18 años.

Nos regalaron un antiguo hotel medio destruido en la aldea de Lakka. Rehabilitamos el edificio. Empezamos con niños huérfanos y niños con problemas familiares. Entre aquellos chavales había niños soldados.

¿Qué situaciones han vivido estos niños y estas niñas?

Estos niños han sido secuestrados y entrenados como soldados. Algunos han estado en la selva 8 ó 9 años. La gran mayoría no pueden encontrar a la familia, han sido desplazadas, o están en Guinea, o han muerto. Muchas de las familias no los quieren porque a estos niños les obligan a matar a miembros de su familia, a sus padres, a sus tíos. Ahora tenemos 200 niños y niñas.

Las niñas han sido violadas hasta con 7 años. De cada 100 niños que salen de la selva, 20 son niñas.


Entre 1999 y 2004, el periodista aragonés Gervasio Sánchez recogió testimonios de niños que fueron reclutados como soldados y que ahora se encuentran en el centro de rehabilitación Saint Michel’s que el misionero javeriano José Mª Caballero puso en marcha en Sierra Leona.

En el libro Salvar a los niños soldados (Debate, 2004), Gervasio Sánchez relata la labor humanitaria de este misionero que ha logrado rehacer las vidas de más de 3.000 niños.

El misionero javeriano Chema Caballero, denunció el 8 de febrero de 2002 invitado por Manos Unidas que las «Armas fabricadas en España se venden a terceros países, por ejemplo, llegan a Sierra Leona a través de Bulgaria».«La opinión pública debería exigir al Gobierno un control de ese tráfico», dijo. Caballero explicó que, con la guerra de Afganistán, la situación en Sierra Leona ha empeorado porque las 500 ONG que había han cambiado de escenario. «Son pocas las que quedan y pocas las que van a las zonas más tocadas por la guerra», denunció el misionero.


En El País Semanal del 5 de mayo de 2002 apareció una entrevista con él de la que hemos sacado algunas afirmaciones de indudable interés:

«Cuando eres joven quieres cambiar el mundo. Parece que conoces todos los males de África, y las soluciones. Y cuando llegas allí, lo primero que ves es que no tenías ni idea de cuáles eran los problemas, y que las soluciones no están en tu mano.»

«Nosotros somos útiles porque tenemos muchos medios. Eres blanco, lo que ya es un privilegio; tienes dinero y un apoyo detrás de tí. Eso te permite hacer cosas, como construir hospitales, escuelas, programas. Pero cuanto más te metes dentro de la cultura, te das cuenta de que lo más importante no es el hospital, sino saber llegar a las personas, que es el único camino para mejorar sus vidas y crear inquietudes que les permitan llegar a ser ellas mismas; porque tú nunca podrás cambiar el país. Lo tienen que hacer ellos mismos.»

«Conoces tus límites y sabes que en el fondo no estás haciendo nada, excepto compartir lo que eres con otras personas; lo que eres, no lo que tienes. Ésa es la diferencia. Es decir, vives con la gente, comes con la gente, trabajas con la gente. Y es de ese encuentro de donde puede surgir algo.»

«Las ONG han hecho más daño que bien; se han concentrado en la capital, haciendo pequeñas incursiones en el resto del país que es donde están los problemas. Han creado una burbuja artificial en Freetown alquilando casas de lujo, coches, restaurantes. Han surgido como hongos. Han instaurado un estilo de vida que ha establecido las diferencias con la población real. Un sierraleonés que haya estudiado va a cobrar unas 25.000 pts. de sueldo al mes, mientras que su superior, un blanco, va a cobrar por el mismo trabajo un millón de pesetas.»

«Las ONG son una carrera como otra cualquiera. Gente que va subiendo peldaños, que es muy competitiva; te dice: no comparto datos contigo porque si te digo lo que está pasando en tal sitio vas a ir a quitarme el trabajo. Estamos a ese nivel. Y de pronto ocurre lo de las Torres Gemelas el 11 de septiembre y Sierra Leona deja de ser el país de moda; el país de moda pasa a ser Afganistán. Y allí se ha ido muchísima gente. Y muchísimo dinero que estaba llegando a Sierra Leona, ya no llega. Este año hay agencias de la ONU que tienen problemas para llevar adelante sus programas. Gente que trabajaba allí lo ha dejado a la mitad y se ha ido: cobran mucho más en Afganistán. En Sierra Leona se ha firmado un tratado de paz, ya no es zona de alto riesgo, los pluses no son tan altos. En fin… Y luego hay gente que yo admiro, como, por ejemplo, Médicos sin Fronteras, que ha estado todo el tiempo en los lugares más perdidos del país donde nadie llega; como un grupo de españoles en el norte, que han vivido solos durante años. Ahí está José, un canario que baja cada dos meses a la ciudad. Y sus salarios son de puro mantenimiento. Pero, en general, la ONG es una manera de tener trabajo y de quedar bien en la sociedad. Y luego todo viene determinado políticamente. La UE apoya los proyectos de las ONG europeas, los británicos a las suyas, con lo cual le están cortando el camino a las locales. Y la ONU es lo mismo.»

«Lo más esencial sucede cuando te encuentras con los otros. Lo hemos visto con los niños. Lo importante no ha sido no tener estructuras, ayudas, sino la confianza, el poder hablar con ellos. Lo que les ayuda es lo contrario de lo que hacen las grandes organizaciones.»

«Me hice javeriano porque me di cuenta de que necesitaba algo más. Te preguntas por qué no darte un compromiso de vida… Pero al principio no había ese deseo religioso, sino el de ayudar, sin más.»

«Ahora, cuando puedo leer mi historia, creo que hay una llamada a la que fui respondiendo. Alguien ha ido guiando mis pasos. Hay algo más, y todo esto ha ido apareciendo luego, como una vía paralela. Ese algo es el encuentro con Jesús, que es muy importante; porque a Jesús lo encuentras en situaciones concretas, y te va pidiendo cada vez más.»

«Jesús está ahí, aunque a mí durante todos estos años me ha costado mucho verlo. Hay que desmontar esa imagen de un Dios bueno y blanco, que no se mancha. Cuando en Sierra Leona huyes en medio de un ataque, o ves que le cortan las manos a alguien, cuando ves lo que les han hecho a estos niños, te planteas: ¿dónde, coño, estará Dios?, ¿no eras un padre bueno, porque proteges a los buenos y castigas a los malos?, ¿es que no ves lo que nos están haciendo? Ése se un momento de crisis y de encuentro profundo con Dios. En esa impotencia es cuando te das cuenta de que tú no haces nada. Encuentras a Dios en medio del fango y de la sangre, y Dios te dice: pero, coño, Chema, ¿no te das cuenta de que eres tú quien tiene que hacer algo para cambiar esto, que Yo sin tí no soy nada, que te necesito para que me ayudes? Es en esa negación del Dios todopoderoso, que traslada hasta mí la responsabilidad, donde mejor lo he encontrado ¿Creías que lo iba a hacer yo todo? Vamos, anda, príngate.»

«No catequizo. Nunca he intentado convertir a nadie. Jesús se hizo hombre, no se hizo piedra o árbol; para entenderlo hay que ser hombre, y lo que pasa es que a veces tienes que ayudar al ser humano a salir a flote. A veces me preguntan por qué he ido a Sierra Leona; es entonces cuando les cuento quién es Jesús. A los niños soldados les digo que un día un amigo me dijo que me fuera con él a Sierra Leona. Y ellos: pues, ¿dónde está?, no se le ve… Y así… La oración tiene mucha fuerza en Sierra Leona; cuando hay una reunión se hacen libaciones a los antepasados, se reza al dios del Islam y el padrenuestro cristiano. Así que yo les digo a los niños que hablo con Jesús, que hoy me duele la cabeza, que estoy contento. Y hay algunos que se interesan y quieren saber más. Pero no creo que se pueda convertir a la gente. Lo que se impone por la fuerza, termina cayendo.»

«Personalmente hago todo esto por una respuesta a Jesús, yo saco mis fuerzas de él. El trabajo con los niños es muy duro, estás metido todo el día en situaciones difíciles y violentas. Eso, sin fe, no podría hacerlo. La fe me mantiene. Es decir, te permite conocer tus límites, cosa que ignoras hasta entonces, y que salga a la luz una forma de ser que antes no sospechabas. ¿Cómo iba, si no, a ponerme delante de 300 niños armados hasta los dientes, dispuestos a atacar una aldea, y decirles que todos quietos, que allí mandaba yo?»

«Lo que haces es poner parches. Fue cuando me di cuenta de que había que trabajar más aquí que allí… Y veo a la prensa, salgo en TV y hago lo que haga falta, aunque me violenta mucho. Hay que llamar la atención sobre lo que está pasando. Sobre todo que no se diga que son negros que se están matando en Sierra Leona, que sepan que se están matando porque nosotros compramos diamantes ilegales y vendemos armas.»