Maquilas: los nuevos capitales golondrina

2141

Maquiladoras que manufacturan para trasnacionales como Levi´s, Nike, Old Navy o Tommy en la región de La Laguna han despedido a más de 43 mil trabajadores en lo que va de este sexenio; se han convertido en capitales ´golondrinos´ que por las noches o en un fin de semana desarman una planta y la abren en otro estado para evadir el pago de impuestos y salarios a sus trabajadores, operando al margen de la Ley Federal del Trabajo, con jornadas de 12 horas para sus obreros y cero condiciones de seguridad.


Patricia Muñoz Ríos
La Jornada

Maquiladoras que manufacturan para trasnacionales como Levi´s, Nike, Old Navy o Tommy en la región de La Laguna han despedido a más de 43 mil trabajadores en lo que va de este sexenio; se han convertido en capitales «golondrinos» que por las noches o en un fin de semana desarman una planta y la abren en otro estado para evadir el pago de impuestos y salarios a sus trabajadores, operando al margen de la Ley Federal del Trabajo, con jornadas de 12 horas para sus obreros y cero condiciones de seguridad.

En empresas como Lajat -encargada de desteñir los pantalones de mezclilla de dichas marcas- hay alta incidencia de cáncer entre los obreros por el manejo de productos químicos sin seguridad, denunciaron ante este periódico Fernando López Oropeza, coordinador regional de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras, y Jesús García Morales, líder del sindicato de esta compañía, cuya organización ha sido reprimida y las autoridades laborales le han cerrado las puertas para no otorgarles el registro.

Procedentes de esa región, acudieron a este periódico para denunciar la serie de violaciones laborales que cometen las trasnacionales en la frontera norte. Señalaron que dichas empresas cierran plantas en un lado y las abren en otro para no pagar a sus trabajadores y al gobierno. Aún así, en el año 2002 había 105 maquiladoras de ropa y el año pasado únicamente sumaban 78.

En este sector en 2000 había 80 mil trabajadores y en 2004 apenas llegaron a 37 mil, es decir, en tres años se despidió a 43 mil obreros y las empresas redujeron salarios: ahora pagan en promedio 400 pesos a la semana.

En este contexto, Lajat no fue la excepción. Jesus García apuntó que el cúmulo de violaciones laborales los orilló a organizarse primero como coalición y luego como sindicato, ya que la empresa obliga a los trabajadores a laborar 12 horas diarias, no paga horas extras, ni días festivos; tampoco entrega las cuotas al Infonavit, además de que muchos de sus obreros se han enfermado de cáncer debido al uso indiscriminado de solventes y químicos para el tratamiento de prendas.

Cuando los trabajadores empezaron a organizarse, la empresa comenzó a reprimirlos y despedir a los líderes. Además, al solicitar el registro de su sindicato, ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA), funcionarios de la misma -«coludidos con supuestos dirigentes de la CTM y abogados de la empresa»- se lo negaron. La compañía, que pertenece al grupo regional integrado por Lázaro, José y Tomás Bello, ha recibido el apoyo de los propios representantes de la subsecretaría del Trabajo y de la JLCA para detener el proceso, así como para liquidar a parte de los obreros que iniciaron el movimiento.
Otro caso, que ejemplifica lo que está sucediendo en las maquiladoras del norte del país, es el de la empresa Delphi-Delco Electronics, cuyos administradores anunciaron la «consolidación» de dos plantas, y a los trabajadores les dijeron que «para volverlos a admitir les iban a practicar un análisis médico». Y es que querían deshacerse de todos los que están enfermos del «síndrome de túnel carpiano», el cual han adquirido diversos trabajadores precisamente por la labor que realizan con sus manos y sin seguridad, ya que maquilan partes eléctricas para carros Pontiac, Cadillac y Oldsmobile.

Teresa Chávez Piña, representante de los trabajadores de esta compañía, explicó que también les informaron que sus salarios se reducirían de 900 a 700 pesos a la semana; que su horario sería de 12 horas diarias y que la planta les quedaría a dos horas de camino.

Relata que lo más indignante de todo es que ya acudieron a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Reynosa, Tamaulipas, donde la presidenta, Marlenne Domínguez, respondió que «no podía hacer nada». También fueron ante el representante de la Secretaría de Trabajo en ciudad Victoria, Alfredo García, quien recomendó «aceptar las condiciones de la empresa». Incluso ya recurrieron ante el gobernador del estado sin obtener de éste ningún apoyo hasta el momento.

Delphi-Delco Electronics, como respuesta, empezó a cesar a los trabajadores que se han organizado para llevar a cabo las denuncias, entre ellas, Teresa Chávez. Asimismo, inició una serie de acciones de hostigamiento contra los obreros y, por supuesto, está llevándose las líneas de producción a otra planta, sin que ninguna autoridad ni nadie haga nada por los trabajadores, denunció Chávez, quien pertenece a la organización Derechos Obreros y Democracia Sindical.

Por su parte, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y el Centro de Investigación Laboral (Cilas), ya anunciaron que apoyarán ambos movimientos.