«Lo que hay que anunciar es la abstinencia total antes del matrimonio», dice la responsable de la Comisión de Sanidad de una metrópolis con 12 millones de habitantes.
ForumLibertas.com
Los jóvenes de Moscú están desconcertados con las campañas de salud sexual. Mientras organismos internacionales financian carteles por el elegante metro moscovita con el lema «Sexo seguro, es mi elección», la Duma de esta urbe de 12 millones de habitantes coloca su propio eslogan: «No existe el sexo seguro».
«Lo que hay que anunciar es la abstinencia total antes del matrimonio», propugna Ludmila Stebenkova, presidenta de la Comisión de la Sanidad de la Duma de Moscú, en la edición en inglés de PRAVDA.RU (26/05/05). «La propaganda de sexo seguro en EEUU llevó a la disolución de la moral. Allí empezaron a extenderse algunas enfermedades de transmisión sexual. Por eso ahora el gobierno de EEUU dedica grandes cantidades de dinero a promover el valor de la inocencia y la virginidad. Se está poniendo de moda», dice Stebenkova.
«[En Rusia] la gente empezó a pensar que se podían proteger de cualquier enfermedad después del programa de Sexo Seguro» denuncia Stebenkova desde PRAVDA.RU. El diario digital recoge cómo en pocos años las infecciones por Virus del Papiloma Humano han crecido un 50% en Rusia, siendo causa de cáncer cervical para muchas mujeres. También crecen los casos de herpes e infecciones de hongos.
El caso de EEUU
“En los últimos tres años los norteamericanos cuadruplicaron sus asignaciones para la propaganda de continencia prematrimonial», explica en la edición en ruso del diario IZVESTIA. «Allí los centros médicos y educativos han excluido de sus programas todas las menciones de preservativos como método anticonceptivo. Promoviendo un sexo seguro, la gente no entiende que los contactos sexuales tempranos extramatrimoniales de los jóvenes provocan consecuencias negativas no sólo físicas sino psicológicas. ¿Para qué hemos de repetir los errores ajenos?”
Hartos de gastar en Ucrania
Stebenkova explica también el caso de Ucrania, en el que bajo la idea del «sexo seguro» ella ve el afán de algunas agencias de sacarle dinero al contribuyente. Así, el reciente ministro de Sanidad de Ucrania, Nikolay Polischuk, canceló hace poco la compra masiva de los preservativos previstos por el programa gubernamental de la lucha contra el SIDA.
“En el presupuesto de Ucrania se preveían 2,6 millones de dólares para comprar de preservativos y otros 300.000 dólares para enseñar a ponérselos», se indigna la diputada. «¿Me pueden explicar qué clase de enseñanza de «ponerse preservativos» puede costar 300.000 dólares? Estos programas se crean no para proteger la juventud de las enfermedades sino para robar las arcas estatales”, dice la diputada moscovita.
«Familia sana, defensa contra el sida»
Moscú piensa gastar unos 900.000 dólares en educación sexual, y sin «escuela de preservativos». El dinero servirá para crear un juego educativo de ordenador, anuncios para la televisión y carteles en las calles, el metro y algunos centros de enseñanza superior con dos lemas: “Familia sana, defensa contra el SIDA” y “No existe el sexo seguro”.
Los defensores del preservativo han escrito una carta abierta a los diputados moscovitas. ”Nos ha costado 10 años explicar a los rusos que el sexo seguro sí existe», declara en IZVESTIA el responsable de comunicación del Fondo Sida Oriente-Occidente, Igor Sadreev. «Imagínense a un ciudadano que ve en el metro dos pancartas: “El sexo seguro no existe” y “Sexo seguro, es mi elección”. Simplemente no entenderá dónde está la verdad. Y la confusión formará la opinión de que los preservativos no protegen del SIDA y de las infecciones de transmisión sexual, lo que llevará a que dejen de usarlos. Pero en todos los preservativos está escrito que sí protegen del SIDA al 98%.»
Pero la responsable de la salud de los moscovitas no se deja convencer: «estas organizaciones están representando una ideología caduca. Simplemente, tienen que gastarse los fondos de Soros y de sus otros mecenas», dice Stebenkova refiriéndose a los fondos internacionales que llegan a Rusia para fomentar el preservativo.
El sida pasa de drogadictos a chicas jóvenes
Según el Centro Federal del Sida, una organización independiente parcialmente financiada por el Estado, la cantidad de portadores de VIH se elevó de 270.000 a comienzos de 2004 a 300.000. El sida, que primero se extendía entre homosexuales y drogadictos, ahora crece entre los jóvenes: el 40% de los nuevos casos son mujeres jóvenes contagiadas sexualmente. Con una demografía desastrosa, y perdiendo población cada año, lo que menos necesita Rusia es una epidemia sexual mortal que agujerearía la pirámide poblacional por la franja de los ya de por sí escasos adultos jóvenes.
Rusia es el tercer país del mundo en el que aborta un mayor porcentaje de adolescentes, después sólo de las vecinas ex-soviéticas Ucrania y Moldavia. La Rusia soviética fue el primer país del mundo en legalizar el aborto en 1921. Lo exportó a las legislaciones de los países que conquistó en la Segunda Guerra Mundial y sus satélites en Europa Oriental en los años 40. En Europa Occidental el aborto sólo se extendió a partir de los años 60, cuando Rusia llevaba ya dos generaciones de mujeres tocadas por el aborto, actualmente ya tres. Aproximadamente el 60% de los embarazos acaba en aborto y esta práctica es la primera causa de infertilidad en el país.
Los sex-shops, que se vayan lejos
Liudmila Stebenkova ya fue noticia a principios de marzo por liderar un proyecto de ley “Sobre las particularidades de distribución/venta de productos de carácter sexual en la ciudad de Moscú” aprobado por la comisión de la Duma de Moscú para la Sanidad y protección de la Salud pública. Hartos de publicidad de sex-shops, clubes porno y similares, las autoridades han prohibido la venta y anuncios de objetos eróticos y pornográficos en edificios que son patrimonio histórico-cultural, parques naturales, zonas de turismo informativo, parques, estadios, espacios para conciertos, estaciones del metro y edificios administrativos. Se podrán vender sólo a 300 m de distancia de estos sitios, o a 500 metros de algún edificio religioso, cultural, de sanidad y educación.
También se prohíbe la venta en mercados, aeropuertos, estaciones ferroviarias y zonas de viviendas. Todos los puntos de venta tendrán su entrada aislada y no podrán poner publicidad sexual. A efectos prácticos, los sex shops quedan desterrados a lugares aislados, pero Moscú es una ciudad de edificios diseminados en espacios amplios (1000 kilómetros cuadrados) y siempre se puede encontrar una esquina que cumpla todas las condiciones.