Transfondo político de las sectas en América

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¿A qué se debe la creciente presencia de sectas fundamentalistas en Iberoamérica? Y ¿a quién beneficia tal penetración?… El espíritu y la letra del Informe Rockefeller (1969) forman como un telón de fondo…

 

Interesa menos recordar ahora el contexto en el que nacen estas corporaciones religiosas que su penetración e incidencia en la América de habla hispana y portuguesa.

¿A qué se debe la creciente presencia de sectas fundamentalistas en Iberoamérica? Y ¿a quién beneficia tal penetración? Una primera respuesta abundaría en el hecho del espíritu misionero que alienta siempre cualquier forma sectaria. Pero no parece ser ésta la respuesta convincente ya que la presencia de las sectas hasta la década de 1950, e incluso 60, sigue un ritmo normal. Sólo a partir de un determinado momento se observa una desproporcionada penetración sectaria que necesita de ulteriores explicaciones.

El espíritu y la letra del Informe Rockefeller (1969) forman como un telón de fondo: La Iglesia Católica ha dejado de ser un aliado de confianza para los EEUU y la garantía de estabilidad social en el continente. Ese telón de fondo permite entender ciertas dimensiones de la penetración del imperialismo norteamericano en Iberoamérica con el objetivo de mantenerla dentro de su área de influencia. Y para ello usó dos argumentos desestabilizadores: la destrucción de las economías nacionales (habría que recordar el tema de la deuda exterior latinoamericana) y la destrucción de la memoria popular.

En este segundo argumento cabe ubicar la implantación de cientos de sectas que desde perspectivas de salvación meramente individualistas tratan de borrar en el pueblo todo interés por la lucha social y solidaria. Una lectura muy perspicaz de A. Silleta hace caer en la cuenta de que precisamente allí donde la

Iglesia Católica y el pueblo mantuvieron estrechas relaciones y donde los hombrees y mujeres cristianos llevaron acabo un mayor compromiso social, allí comenzó la invasión de las sectas para contrarrestar tales compromisos.

Los datos ofrecidos por este autor son significativos:

– El general Pinochet abrió en Chile las puertas a todo tipo de sectas religiosas. Más del 15% de la población se ha convertido al pentecostalismo; los mormones crecieron de 20.000 a 160.000 y los Testigos de Jehová triplicaron el número de sus fieles.

– Brasil, cuenta con más de 1.000 sectas pentecostales con aproximadamente 10 millones de fieles, lo que significa un 8% de la población total del país.

– En Uruguay, gracias a los favores del general Gregorio Álvarez, se introdujo la secta Moon que hoy posee bancos, hoteles de cinco estrellas, el diario últimas Noticias y una poderosa imprenta en la que se editan más de 150 medios lo que implica un virtual control de la opinión pública.

– En Bolivia, con gran proporción de población indígena, ha penetrado el famoso Instituto Lingüíslico de Verano, de clara influencia norteamericana, y las agrupaciones evangélicas pentecostales, así como el apoyo de la secta Moon al golpe de estado de García Meza en 1981.

– Guatemala es otro caso del apoyo de ciertas sectas a las dictaduras más represivas. En 1982 un golpe militar llevó a la presidencia al general José Efraín Ríos Montt, miembro de la secta Iglesia del Verbo. Pero Ríos Montt recibió ayuda de todo tipo del teleevangelista Pat Roberston y del Instituto Democracia y Religión. Durante los meses que gobernó fueron asesinados miles de indígenas mientras que las sectas pentecostales y fundamentalistas crecieron hasta un 20% entre la población.-

Juan Bosch, sacerdote dominico

Revista Id y Evangelízad, nº 46, noviembre2005