El Vaticano propone a Lolo como modelo para periodistas cristianos

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Miembro de la Acción Católica, colaborador de numerosos periódicos católicos españoles, en 1969 ganó el prestigioso premio de periodismo «Bravo». «Fue un profesional comprometido, «Fue un profesional comprometido y de gran talento que vivió en un período difícil y que demostró heroicidad, buscando de difundir la verdad tal y como había sido capaz de percibirla».

La Razón


El presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales presentó ayer a los periodistas el modelo de vida del periodista español que pasó veintiocho años en una silla de ruedas, Manuel Lozano Garrido, más conocido como «Lolo», hoy en proceso abierto de beatificación.


El arzobispo John P. Foley presidió en la Sala de la Prensa Extranjera de Roma una rueda de prensa para presentar la biografía en italiano –»La Gioia vissuta», «La alegría vivida» (San Pablo), escrita por Rafael Higueras Álamo y Pedro Cámara Ruiz- de este comunicador español que en los últimos diez años de su vida, completamente ciego, dictó nueve libros.


La presentación tuvo lugar en el día de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas, día en el que Benedicto XVI ha publicado su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.


Miembro de la Acción Católica, colaborador de numerosos periódicos católicos españoles, en 1969 ganó el prestigioso premio de periodismo «Bravo». «Fue un profesional comprometido y de gran talento que vivió en un período difícil y que demostró heroicidad, buscando de difundir la verdad tal y como había sido capaz de percibirla», recordó el arzobispo Foley en una rueda de prensa concedida en la Sala de Prensa Extranjera de Roma. Una vida difícil.


Lolo, nacido en 1920, en Linares (Jaén, España) y en 1942 contrajo una grave enfermedad que le deformó completamente el cuerpo, dejándole inválido. Falleció a los 51 años en 1971. Sufrió la cárcel a los 17 años por distribuir clandestinamente la comunión, en tiempos de la persecución religiosa porque en Linares sólo quedaba un sacerdote, ya que todos los demás estaban encarcelados. Más tarde, tras la Guerra Civil española, el régimen de Francisco Franco le marginó por sus reivindicaciones sociales. Sus amigos periodistas le compraron la silla de ruedas entre todos, ya que Lolo no tenía dinero para pagarla. Murió en la pobreza. «En todo ese tiempo, mantuvo un espíritu de alegría y de paz», recordó monseñor Foley. Y confesó: «Personalmente no tengo dudas de que tenga que ser considerado como un santo».







Este comunicador español que en los últimos diez años de su vida, completamente ciego, dictó nueve libros.


En la rueda de prensa, intervino, además, Antonio Pelayo, presidente de la Asociación de periodistas extranjeros en Roma, quien constató que hasta ahora no ha sido beatificado un laico periodista de profesión. Por su parte, Jesús Colina, director de la agencia Zenit, presentó en el encuentro con la prensa los motivos por los que más de doscientos periodistas pidieron la beatificación de «Lolo» a Juan Pablo II, en una audiencia celebrada el 11 de septiembre de 2002.


Fuentes de la postulación han informado que la causa de «Lolo» está en un estado avanzado en la Congregación vaticana para las Causas de los Santos. En estos momentos, falta el reconocimiento de una comisión de teólogos y cardenales que deben aprobar la declaración de sus «virtudes heroicas». Si se da la declaración, una comisión científica estudiara la existencia de un milagro atribuido a su intercesión.