Benigni explicó a los jóvenes que, para él, Jesús es «el inventor del amor desinteresado». Y dijo: «Cargó con los pecados de todos», el hombre que no podía morir, «murió por amor de todos». La víspera del día de San Valentín se vivió de forma distinta en Terni, la ciudad de origen del santo obispo. El obispo de la diócesis, monseñor Vincenzo Paglia, organizó en esta localidad italiana un encuentro para jóvenes con motivo de ese día, y la estrella fue el actor y director Roberto Benigni, ganador de un Oscar por La vida es bella.
En su intervención, Benigni explicó a los jóvenes que, para él, Jesús es «el inventor del amor desinteresado». Y dijo: «Cargó con los pecados de todos», el hombre que no podía morir, «murió por amor de todos». Y continuó: «Vosotros me diréis que el amor ya existía. ¡Es verdad! También las ondas de radio, y la electricidad existen desde siempre, pero si no había alguien que las descubriera, no lo hubiéramos sabido». Por eso, para el director, Jesús es el que «ha declarado verdaderamente qué es el amor», que es para los demás, «pues nuestra felicidad depende de su felicidad, y esto es lo que nos ha enseñado Jesús», añadió. Y aconsejó a los jóvenes: «Que vuestros pasos vayan al ritmo de sus pasos, dirigid la mirada en su misma dirección».
Durante el espectáculo, Benigni también recitó pasajes del Cantar de los Cantares, y dirigió su último pensamiento a María, citando unos versos de Dante: «Virgen Madre, hija de tu hijo, humilde y alta más que otra criatura, término fijo del consejo eterno».
Sin embargo, el actor y director no renunció a su famoso sentido del humor, al recordar la curación de la suegra de Pedro: «Nosotros hacemos chistes sobre las suegras. Él enseñó el amor incluso por las suegras. ¡Así podía hacerles la comida!»
María Martínez López