¿DE QUIÉN SON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN?

2245

Somero repaso para poner de manifiesto la incoherencias , los chanchullos, los vínculos y las premisas de las que parten todo aquello que vemos, escuchamos y leemos en los medios de comunicación. Tal vez conociendo un tanto las entrañas de la bestia se comprenda mejor el porqué de mucho de lo que nos cuentan y la forma en la que nos lo cuentan.

En este bloque  hemos metido dos artículos que se complementan ya que las ausencias de uno las marca el otro:

1.- Quién es (de) quién en los medios de comunicación

2.- El diario el Mundo censura toda crítica a la Familia Botín y al Corte Inglés

1.-Quién es (de) quién en los medios de comunicación

06.04.06     Periodista Digital

José Almeida

El fichaje de Antonio García Ferreras por la Sexta, tras deshojar la margarita entre volver a la que siempre fue su casa, Prisa (antes de su aventura en el área de comunicación de Real Madrid) o comprometerse con la nueva cadena (parece que podría ser el próximo director de informativos), me ha servido para reflexionar sobre la endogamia, las extrañas conexiones, los intereses creados y los juegos de poder que ocultan los medios de comunicación españoles mas relevantes.

Comencemos por ejemplo con Antena3. Observamos que su principal accionista es el grupo Planeta, propiedad del empresario catalán Lara. Es decir, la cadena que el PP puso en manos del compañero de pupitre de Aznar (Villalonga) a partir de la cuál, y a base de talón e influencias, se intentó construir un imperio mediático alternativo al imperio polanquista, fue traspasada, tras la caída en desgracia del amiguísimo y la venta posterior de la deficitaria Vía Digital, a dicha empresa (Planeta) para que le inyectara dinero y siguiera con la línea ideológica marcada en la anterior etapa. Lara compró también Onda Cero (venía en el paquete) encontrándose así con el marrón heredado de Kiss Fm y los millones que le debía a ese oscuro personaje que es Blas Herrero. Al mismo tiempo Lara apoyó, como máximo accionista, la creación de La Razón, proyecto parido por un Ansón que salía rebotado de ABC y que conformó el periódico de tirada nacional más conservador posible. Ése cuyas portadas dejan en pañales a las de los diarios amarillistas británicos. Recuerdo algunas míticas, como aquélla en la que ponía las caras terribles de unos inmigrantes, alertando así del proceso de regularización que se estaba realizando. La cosa fue que, como empresario catalán que era, Lara se vio obligado a pagar peaje al gobierno catalán y hacerse también con el paquete accionarial más importante del diario Avui, baluarte mediático del nacionalismo catalán. La esquizofrenia ideológica ronda a Lara sin afectarle demasiado. Alguno dirá que eso demuestra que tan sólo es un empresario que busca beneficios y no le importa apoyar diferentes causas plurales. Podría ser, pero el problema se presenta cuando esos medios de comunicación carecen de toda objetividad y son los responsables de las mayores crispaciones, atentando contra la verdad, manipulando y enfrentando a unos ciudadanos contra otros. Personajes así, sin escrúpulos, que utilizan e influyen en los medios de comunicación para que fomenten la confrontación y no la reflexión sólo para extraer los máximos beneficios, podrán ser capitalistas modelos para algunos, pero son un peligro social para todos. Ha salido Ansón a la palestra, sigamos ese hilo. Siempre se creyó el hombre clave de sus proyectos mediáticos, la cabeza pensante, el galáctico. De ahí sus rebotes cuando los que tienen la pasta lo apartan sin contemplaciones cuando ya no les sirve. Abandonó (le echaron) del ABC de Vocento para fundar La Razón y hace poco dejó (le apartaron) de La Razón para integrarse en el complejo mediático que el siniestro neocon Julio Ariza (Grupo Intereconomía) está creando al abrigo de las discutibles concesiones televisivas que el PP está otorgando en las Comunidades donde gobierna. Ansón ya ha creado para Ariza el que será nuevo periódico nacional en poco tiempo: La Nación del Tercer Milenio. Hemos hablado del ABC (es decir Vocento, su principal accionista) que es sin duda el clásico de los clásicos de la prensa de derechas de este país (ahora en guerra con la COPE por la pérdida de influencia entre su base social). Pero Vocento también posee el 13% de Tele5, la televisión que más se enfrentó al Gobierno de Aznar, tanto en el tema del Prestige, como sobre todo en el asunto de la participación española en la invasión de Irak. Confuso, ¿no? Pues más confuso resulta sabiendo que el máximo accionista de T5 es Mediaset (51%), empresa que pertenece al imperio de Berlusconi. Vamos, que T5 criticaba a Aznar gracias al capital del tío que metió a los italianos en la invasión de Irak y del grupo que se dirige mayoritariamente a la base social del PP. Muy divertido. Todo por la pasta.

Ahora llegamos a La Sexta. Comenzamos con la lucha entre las productoras dueñas más importantes. Globomedia, con sede en Madrid, trata de liderar la cadena apoyada por el PSOE nacional, enfrentándose así amistosamente, a Mediapro, con sede en Cataluña y apoyada por el PSC. Ambas pues, amistosamente, luchan ferozmente por hacerse el control ideológico de la cadena mientras proclaman de forma jovial y divertida, que tan sólo quieren entretener y divertir. ¡Qué divertidos somos todos! ¡Qué bien nos lo pasamos! Mientras, su consejero delegado es José Miguel Contreras, un nuevo amiguísimo (en este caso de Zapatero) que hasta ayer fue asesor del presidente del gobierno en la Moncloa, así como habitual de los partidillos de baloncesto con ZP (¿dónde habrán metido las pistas de padel de Aznar?… ¡Qué tiempos aquellos, Pedro J.!). Como decía al principio: endogamia ,enchufes, conexiones oscuras… Las concesiones analógicas del PSOE fueron muy independientes, sí señor. Para terminar con La Sexta, recordemos que las productoras consiguieron el típico socio inversor (Televisa) que posee el 40% del canal, pero ni pincha ni corta, a la espera, eso sí, de que esos enfrentamientos amables anteriormente mencionados, le permitan emerger y hacerse con el control. Seguro que el león mexicano no desaprovechará la oportunidad si se le presenta. Y gracias a Televisa terminamos nuestro recorrido de conexiones, porque el gigante de la comunicación latinoamericana es aliado estratégico en la radio mexicana de…Prisa…¡Nuestro entrañable Polancone! No por archiconocidas sus posesiones han de dejar de tener su hueco en este repaso. Polanco no sufre de la esquizofrenia de Lara. Nunca ha tratado de adaptarse a la realidad y aprovecharse de ella. Descubrió hace mucho tiempo que le era más fácil (y rentable) adaptar la realidad a su negocio y empaquetársela bonita a los miles progres biempensantes que pululan ya no sólo por España, sino también por el mundo. Hemos llegado pues a La Cuatro (Canal Plus en abierto…¡ja!) y sus telediarios de autor (hay que ver las tonterías que se dicen) pero sin fisuras y sin fronteras caminamos sin contratiempos por las tierras de la Ser, Digital Plus, El País, Cinco días, el As, los 40 principales, Localia, el Correo de Andalucía, el Correo de Jaén. Seguimos: Santillana, Alfaguara, la cadena de cines Warner Lusomundo, producción de cine a través de Sogecable… En el imperio mediático de Polanco no se pone el sol, no hay fronteras: 25% de Le Monde Diplomatique, incursión en el mercado latinoamericano, en radio Caracol, en la radio mexicana, en la prensa boliviana, intereses en Chile, Panamá, recién incorporado al mercado de la comunicación portugués como socio preferente del grupo más importante de ese país…

En el fondo, éste ha sido un somero repaso para poner de manifiesto la incoherencias , los chanchullos, los vínculos y las premisas de las que parten todo aquello que vemos, escuchamos y leemos en los medios de comunicación. Tal vez conociendo un tanto las entrañas de la bestia se comprenda mejor el porqué de mucho de lo que nos cuentan y la forma en la que nos lo cuentan.

 

2.- El diario el Mundo censura toda crítica a la Familia Botín y al Corte Inglés

Jesús Cacho acusa a Pedrojota de ‘soberbio’ y ‘censor’

11.09.06

Jesús Cacho, uno de los cronistas españoles más influyentes y temidos en el periodismo español durante los últimos 30 años, ha roto su relación con Pedrojota Ramírez y ha dejado de escribir en El Mundo. Cacho, tertuliano con Jiménez Losantos en la COPE y director de Elconfidencial.com revela en su diario online los entresijos hasta ahora inconfesables de su ruptura con Pedrojota.

El artículo se titula «Sobre el abrupto final de ‘La Rueda de la Fortuna’ en el diario El Mundo» y aparecía este lunes en la sección «Con lupa» que Cacho publica en su diario online. Por su enorme interés -sobre todo para los periodistas y los que vibran con el periodismo- lo reproduciomos a continuación.

Sobre el abrupto final de ‘La Rueda de la Fortuna’ en el diario ‘El Mundo’

Jesús Cacho

El lunes 31 de julio pasado, a eso de las 10 de la mañana, recibí una llamada de Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, que dijo hallarse ya de vacaciones en Mallorca dispuesto, según manifestación propia, a dirigir las maniobras navales en defensa de su piscina en la Costa de los Pinos.

Bastante nervioso, me anunció que, aprovechando el parón agosteño, quería hacer cambios en el suplemento dominical Nueva Economía y había decidido prescindir de mi Rueda de la Fortuna, que desde hace años venía publicándose en el diario.

Mi respuesta fue escueta: “estás en tu derecho”.

Fin de la conversación.

Desde el principio decidí dejarlo correr, porque entre las prerrogativas del director de un medio de comunicación figura el contratar los servicios de un periodista y prescindir de él cuando lo considere oportuno.

Esas son las reglas del juego, y sacar a relucir querellas entre profesionales es asunto de mal gusto que poco interesa al lector inteligente.

La presión de los numerosísimos correos y llamadas telefónicas que he recibido en las últimas dos semanas me obliga, sin embargo, a cambiar de opinión y dar una explicación pública de lo ocurrido, porque guardar silencio equivaldría a hacer bueno el dicho de “quien calla otorga”.

Lo cierto es que el de La Rueda de la Fortuna en el diario El Mundo ha sido desde su inicio un camino tormentoso, plagado de broncas monumentales (no encuentro expresión más adecuada para definir lo ocurrido) provocadas por mi protesta radical ante la reiterada actitud de un Pedro J. Ramírez dispuesto a meter la tijera en mis textos por los motivos más variados, algunos ciertamente pintorescos.

He dicho antes que es facultad del director de un medio contratar a un periodista y despedirlo, pero no truncar sus textos simplemente porque lo que escribe no conviene a alguno de los poderosos amigos, generalmente empresarios y banqueros y/o políticos en el ejercicio del poder, del director de marras.

Muchas de las broncas están documentadas (material del que no pienso hacer uso a menos que sea absolutamente indispensable), si bien llegó un momento en que dejé de hacerlo por aburrimiento y porque su relato pormenorizado daría para escribir varios volúmenes.

Me permito, sin embargo, reproducir tres breves fragmentos de otros tantos correos remitidos por mí a Ramírez en épocas distintas, porque de ellos podrá el lector sacar sus propias conclusiones. El primero corresponde al 9 de junio 2003, y dice así:

“Estimado Pedro: El domingo, hallándome de viaje por mi Palencia natal, alguien me avisa de que algo ha ocurrido con el título de mi crónica, y con la foto grande también, porque lo aparecido no era lo entregado a última hora del viernes.

“En fin, pasada la indignación inicial por este nuevo acto de censura absurda y gratuita, difícilmente soportable por lo demás, he decidido tomármelo con filosofía. Y no es porque, como me recomiendan mis amigos, tenga que intentar ser tan cínico como tú, intento en el que francamente yo siempre saldría perdedor. No. La calma se debe a que no es a mí a quien ofendes: eres tú quien se degrada, quien se enfanga, quien se rebaja, quien se convierte, una vez más, en un perrito faldero del poder político de turno. ¿A quién le has vendido esta vez el favor, a Ana, a Rodrigo, o a ambos a la vez?

“El caso es que ésta es la más absurda de las muchas censuras que ha sufrido mi página a lo largo de los últimos años. Es tan absurda que tengo la tentación de pensar que se trata simplemente de una provocación”.

Tras la pérdida del poder del Partido Popular el 14 de marzo de 2004, las relaciones entre Pedro J. Ramírez y quien esto suscribe mejoraron notablemente, al desaparecer en buena medida los puntos de fricción (un día Aznar, otro su santa esposa, al siguiente Rodrigo Rato, y siempre Emilio Botín, Florentino Pérez o quien se terciara).

El caso es que, después de un par de años relativamente plácidos, la cabra volvió al monte con renovados bríos censores a primeros del año en curso. El siguiente fragmento corresponde a otro correo-protesta enviado a Ramírez el 20 de mayo de 2006. Dice así:

“Querido Pedro: Unas líneas solamente que quieren ser constructivas. Después de los padecimientos y tensiones que el Gobierno Aznar, particularmente en la segunda legislatura, provocó en nuestra relación a cuenta de La Rueda de la Fortuna, las cosas habían vuelto a su cauce con la práctica desaparición, salvo asuntos puntuales, de interferencias y/o censuras más o menos explícitas.

En las últimas fechas, sin embargo, de nuevo han vuelto las sorpresas. En el mes de abril, no recuerdo exactamente la fecha, uno de tus redactores jefe me llamó un sábado para pedirme que quitara la referencia a El Corte Inglés que figuraba al final de mi página, dedicada en general a la corrupción marbellí, y en particular a la apertura del nuevo centro “Costa Mijas” del famoso gran almacén.

“Naturalmente me negué, pero cuál no sería mi sorpresa cuando al día siguiente, domingo, me encuentro con que, sin mi permiso y sin consulta previa de ningún tipo, uno de los sumarios que yo había remitido, dedicado al gran negocio de don Isidoro (“El Corte Inglés abre con gran pompa nuevo centro en Mijas. ¿Tiene licencia de apertura? ¿Es posible tenerla con tales accesos?”), había desaparecido para ser sustituido por otro totalmente inocuo. Vaya mi protesta, si bien tardía”.

“El domingo 14 de mayo ocurrió otro incidente (…) Si te cuento todo esto es porque estoy ya bastante mayor y tengo un alto concepto de mi mismo, de mi autoestima, como para seguir soportando este tipo de cosas que de cuando en cuando ocurren con La Rueda de la Fortuna, y quiero un compromiso explícito por tu parte de que van a dejar de producirse (…) Pedro, no podemos seguir así. Ni por ti, porque me parece penoso que un hombre de tu trayectoria se dedique, por sí o por persona interpuesta, a este tipo de actividades que rozan la censura vergonzante (caso de El Corte Inglés), ni por mí, porque, sinceramente, no necesito ese dinero para vivir y no estoy dispuesto a seguir en estas condiciones, a pesar de lo mucho que representa esta página para mí. De modo que te pido, con mi mejor voluntad, una definición expresa por tu parte al respecto”.

Naturalmente, siguieron produciéndose. Tan cerca como el domingo 16 de julio pasado dirigí al director de El Mundo un nuevo correo-protesta, del siguiente tenor textual:

“Querido Pedro: Descubro con cierto estupor que de mi Rueda de la Fortuna de hoy domingo han desaparecido las fotos de la familia Botín que yo había elegido para ilustrar mi página. También han desaparecido sin dejar rastro los sumarios que remití acompañando el texto principal y que, lógicamente referidos al tema central del artículo, la familia Botín, se han debido traspapelar, pues no alcanzo a imaginar cualquier otra posibilidad. Y ello sin la menor comunicación a mi humilde persona por tu parte o tus partes delegadas. En fin, me gustaría una somera explicación, si no es robarte demasiado tiempo”.

Las respuestas de Pedro J. Ramírez, rebosantes de la soberbia herida del individuo nada acostumbrado a que en su casa le lleven la contraria, insistían en la facultad del director de un medio para meter la tijera a discreción en los textos de cualquiera de sus columnistas.

Esto es, a grandes rasgos, lo que ha pasado con La Rueda de la Fortuna. En definitiva, lo ocurrido es tan obvio que el lector menos avisado podrá sacar sus propias conclusiones sin ayuda de nadie.

Desde el nacimiento de El Confidencial, hace ya 5 años, algunas de las páginas censuradas se publicaron los lunes en este diario. Sin duda me he equivocado mucho y he podido ser injusto en ocasiones con algunos notorios personajes de este país, pero en mi descargo debo decir que a lo largo de más de 30 años de ejercicio del periodismo yo y sólo yo he sido y soy responsable de mis éxitos y fracasos.

Agua pasada. Vida nueva. Queda el recuerdo de unos bonitos años junto a la gran plantilla de profesionales de El Mundo, muchos de los cuales me han hecho llegar estos días sus muestras de cariño, que muy sinceramente desde aquí agradezco.