Obispos brasileños denuncian a los parlamentarios por doblarse el sueldo

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La Iglesia Católica se sumó a la ola de indignación desatada en Brasil por una reciente decisión del Congreso de aumentar los salarios de los legisladores en un 92%.
El aumento decidido el pasado 14 de diciembre a través de un acuerdo de jefes de bancada que no fue sometido al plenario del cuerpo legislativo, elevó a 24.500 reales (11.495 dólares) por mes el salario de los 513 diputados y los 81 senadores federales, que ganaban 12.800 reales mensuales.


 


«¿Cómo situarnos antes el hecho chocante del aumento del salario que los parlamentarios decretaron para ellos mismos?», se pregunta el cardenal Geraldo Majella Agnelo, en una nota hecha pública al día siguiente por la Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB).


 


«Esta decisión de los miembros del Parlamento lleva a aumentar el foso entre los legisladores y el pueblo –añade el cardenal arzobispo de San Salvador de Bahía–. Se da el caso que fueron elegidos por el pueblo para el ‘poder-servicio’. Un salario de 24.500 reales, ante el salario mínimo de apenas 350 reales, indica más intereses particulares que la defensa de la ‘justicia’ o el gesto de ‘compartir’ en solidaridad con la población empobrecida».


 


El hecho del aumento del salario de los parlamentarios, añade el presidente de la CNBB, «nos convoca a un empeño todavía mayor por una urgente Reforma Política. Necesitamos instrumentos legales para inhibir decisiones como esta que oscurecen la dignidad de la política».


 


Por su parte el Consejo Nacional de las Iglesias Cristianas de Brasil hizo público el 20 de diciembre un comunicado en el que expresa su «profundo pesar e indignación» por «esa decisión de la élite política del Congreso Nacional».


 


«Una distancia cada vez mayor se abre entre los legisladores elegidos por el pueblo y las realidades, las necesidades y demandas de la población», añade la nota.


 


«Da en rostro a todos, en el actual contexto de la realidad brasileña, donde los indicadores sociales muestran la persistencia de desigualdades vergonzosas, la forma en que el Congreso Nacional aumenta los salarios de senadores y diputados», indica el Consejo.


 


«La absoluta falta de proporcionalidad y de sensibilidad es ofensiva para la gran mayoría de la población brasileña, en general, y para los empobrecidos, en especial», añade.


 


Y exhorta a las Mesas Directivas de la Cámara Federal y del Senado para que «a tiempo, reviertan esa decisión y posibiliten un clima de confianza».


 


La decisión de los legisladores suscitó también el repudio de miles de ciudadanos de Brasil, especialmente de las clases medias, sometidas a una fuerte carga impositiva.


 


Miles de personas llenaron de mensajes programas de radio y periódicos locales para criticar con ferocidad la decisión de sus representantes.


 


Palabras como «afrenta», «vergüenza» y «asco» se repetían en los mensajes enviados a los diarios por lectores indignados.


 


Brasil, con una población de 187 millones de habitantes, tiene unos 50 millones de pobres. Es el país con uno de los peores indicadores de distribución de la riqueza y tiene el mayor contingente de católicos en el mundo


 


BRASILIA, viernes, 22 diciembre 2006 (ZENIT.org