Aborto y racismo, dos formas gemelas de discriminación

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En un artículo de Alveda C. King, sobrina de Martin Luther King, recurre a la experiencia por la que ella misma se convirtió, según dice, en ‘víctima secundaria’ del aborto

Fuente:  The Washington Times


«Os diré que de los 50 millones de niños que desde 1973 han quitado de en medio los abortistas, dos eran míos», confiesa Alveda King. Un médico logró convencerla de que no se trataba más que de una «masa informe de tejidos». «En mi cabeza los veo todavía», dice ella.


La Dra. King, que dirige la African American Outreach of Priests for Life, denuncia un mismo móvil para el racismo y el aborto, que afecta de manera especial a la población negra. «El aborto se ha cobrado una cuota terrorífica en la comunidad negra, matando más que el sida y el crimen juntos». Según King, «cerca de 14 millones de bebés negros han sido abortados desde 1973», mientras que las propias estadísticas de la industria del aborto revelan que las negras son en Estados Unidos 4,8 veces más susceptibles de abortar que las mujeres blancas no hispanas.


Parece, pues, existir un doble rasero para juzgar la discriminación, pues como señala la Dra. King, «cuando aparecen disparidades raciales tan dramáticas como estas en el empleo o en la educación, es suficiente para concluir que hay en nuestras instituciones y escuelas un racismo y una discriminación institucionalizados. ¿Por qué hay que aplicar entonces un parámetro distinto para la industria del aborto?».


Fortuna de abortistas a costa de minorías


Por otro lado, afirma King que «la mayoría, quizá tanto como el 75% de las clínicas abortistas, se encuentran en áreas muy pobladas por las minorías». Frente al razonamiento que podría justificar este hecho como un servicio a los más pobres, la activista norteamericana responde contundente: «No se sirve a los pobres quitándoles el dinero para exterminar a sus hijos».


A propósito del modo en que debe asumirse un compromiso social, el artículo compara los alegatos de Margaret Sanger, pionera del movimiento abortista en los Estados Unidos, con el del tío de la autora, Martin Luther King. Sanger, fundadora de la organización que dio origen a Planned Parenthood, y que «no tuvo reparos en hablar en nada menos que 12 encuentros del Ku Klux Klan«, actuaba bajo el lema de «más hijos para los que tienen aptitud, menos para los que no». Como señala King, «dejaba claro que los no aptos eran los negros y los blancos pobres».


Martin Luther King, por el contrario, sentó algunos principios que su sobrina encuentra decisivos para apoyar sus argumentos: «Los negros no ganan nada si se inclinan por vender el futuro de sus hijos por su confort y su seguridad personal e inmediata». Pero, sobre todo, el que contiene la célebre frase escrita desde la cárcel de Birmingham: «La injusticia en cualquier parte amenaza en cualquier parte la justicia».