Existe manipulación de las estadísticas.
El gobierno los considera casos “aislados” pero el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social Jorge Lozano, muestra preocupación.
“Amada Cristina, Piedad”, leía un cartel escrito a mano para dar voz a un niño chaqueño (norte argentino) que sufría desnutrición crónica. La foto del niño de la etnia Qom confirmaba el diagnóstico, y viralizó rápidamente en las redes sociales algunos meses atrás.
Néstor, su protagonista, falleció a principios de este año con 8 años y apenas 20 kilos de peso. Tras su muerte, el jefe de ministros de la Argentina Jorge Capitanich, gobernador del Chaco hasta 2013, aseguró que se trató de un caso aislado, en palabras que fueron muy repudiadas por distintos sectores de la opinión pública.
La semana pasada trascendió que en la provincia de Salta fallecieron en los últimos meses cuatro niños por causas asociadas a la desnutrición.
En una entrevista con el periódico El Tribuno, de esa provincia, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, se refirió al tema con preocupación y dolor: “Son situaciones que nos muestran una realidad muy dura que se repite en varios lugares del país. Esto a veces toma estado público y otras queda en lo oculto de una zona, o parecieran muertes por alguna enfermedad, pero siempre vinculadas a la pobreza o a no tener la alimentación adecuada”.
El obispo de Gualeguaychú advirtió que el “que el desenlace sea o no la muerte no implica que la única desnutrición infantil sea la que termina en el fallecimiento, hay otras secuelas“. E interrogado sobre la manipulación de cifras sobre desnutrición con fines políticos, consideró que “a veces se manipulan las estadísticas para no hacerse cargo de la realidad”.
“La Argentina ha tenido un crecimiento económico importante y ha logrado reducir la pobreza. Sin embargo, hay lo que se llaman núcleos duros de pobreza a los que cuesta mucho llegar por situaciones vinculadas a la geografía y otras veces también por cuestiones ligadas a lo cultural que hace que las ayudas que están disponibles no lleguen”, explicó.
Monseñor Lozano evitó concentrarse sólo en una crítica política al problema, al declarar que “en estas situaciones de desnutrición hay algo de irracionalidad en la sociedad, no sólo en la clase política. Así como existen esos núcleos duros de pobreza, también núcleos duros de riqueza”.
Ahondar en cifras
El Ministerio de Salud de la Nación informó que en el año 2013 murieron 891 personas en la Argentina a causa de la desnutrición, cifra que se engrosa en los últimos años de vida. Según estos registros oficiales, menores de 14 años fallecidos por esta causa fueron 62.
La mayor cantidad de desnutridos vive en el Gran Buenos Aires y en los cordones suburbanos. Pero los casos más extremos se encuentran en el noreste y noroeste de la Argentina, en donde se registran muchas zonas donde el agua no es potable, no hay acceso a cloacas ni buena higiene ambiental.
En un reciente artículo publicado en el portal Infobae, Mabel Bianco intenta explicar posibles “maquillajes” de cifras, y escribe que la forma de clasificar la desnutrición en Argentina cambió desde el año 2009. Los desnutridos leves son los que están por debajo de la línea normal de crecimiento, y ahora entran en la clasificación de “en riesgo de bajo peso”. Los desnutridos moderados, “con bajo peso” y los más graves, “con muy bajo peso”.
Esta nueva forma, observa, se considera como un factor beneficioso para ocultar la desnutrición y su gravedad en el país. Asimismo, Bianco advierte que se asocia a la desnutrición la tuberculosis, enfermedad relacionada de la que falleció Néstor, el niño Qom. Según el Ministerio de Salud de la Nación, las muertes por esta enfermedad hasta los niños de 14 años aumentaron un 40 % entre los años 2004 y 2013.
Voz autorizada
Como monseñor Lozano reconoce en la entrevista, hay intentos por combatir la desnutrición infantil en la Argentina que dan lugar a soñar con la erradicación total de la desnutrición infantil en el país.
Como menciona monseñor Lozano, acaso uno de los mayores abanderados de este compromiso es Abel Albino, fundador de la Cooperadora para la Nutrición Infantil. Según cifras que maneja este pediatra, casi 260 mil niños menores de 5 años sufren desnutrición de diferentes grados y casi mil mueren por ese motivo, un número más de 20 veces mayor al que se desprende de los informes oficiales.
Autor: Esteban Pittaro
Fuente: Aleteia