La universidad Carlos III de Madrid y la Fundación Cives se han convertido en los dos motores ideológicos del Gobierno en materia de laicismo. Al mismo tiempo, otras asociaciones más radicales buscan su hueco.
Por Marta Álvarez-Montalvo y Miguel Gil
14/03/2005
La universidad Carlos III de Madrid y la Fundación Cives se han convertido en los dos motores ideológicos del Gobierno en materia de laicismo. Al mismo tiempo, otras asociaciones más radicales buscan su hueco.
Al igual que sucede con otras materias, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tiene a su servicio su propio laboratorio de ideas laicistas. Uno de los principales ejes intelectuales de este frente laicista que tanta polémica está suscitando en las últimas semanas se aglutina en torno a la Universidad pública Carlos III, de la que es rector Gregorio Peces-Barba, y la Fundación Educativa y Asistencial Cives, hermanada con la ONG Liga Española de la Educación y la Cultura Popular, presididas ambas por el diputado socialista por Cáceres Victorino Mayoral.
Estas dos últimas se definen, dentro del movimiento laicista, como «organizaciones moderadas» cuyos fines principales son «el conocimiento y la difusión de los principios y valores de la laicidad». En 2003, la fundación y la ONG ingresaron en sus cuentas un total de 5,8 millones de euros, procedentes de ayudas y subvenciones de todas las Administraciones públicas y de aportaciones particulares de sus afiliados.
Lo cierto es que tras la victoria electoral del PSOE, Cives y la Carlos III se han convertido en la principal incubadora de ideas para el Gobierno a la hora de obtener argumentos intelectuales con los que justificar su ofensiva laicista. Prueba de ello es que el secretario de Estado de Justicia, Luis López Guerra, aprovechó precisamente un acto organizado por la Carlos III y Cives en septiembre pasado para exponer públicamente la «hoja de ruta» que el Gobierno piensa aplicar de cara a lograr sus propósitos laicistas a medio plazo.
Tampoco hay que olvidar la influencia de Peces-Barba en el actual Gabinete y, de hecho, la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, fue vicerrectora de la Carlos III antes de acceder a este cargo público.
Además, y al margen del estatuto laicista que, en el seno del Gobierno, están preparando los ministros Juan Fernando López Aguilar (Justicia) y José Antonio Alonso (Interior), con el apoyo del secretario de Política Municipal y Libertades Públicas del PSOE, Álvaro Cuesta, esta hermandad laicista que conforman la Carlos III y Cives está elaborando un estatuto paralelo que pretenden presentar al Gobierno en breve. Según sus responsables, dicho programa busca «detectar en qué parte de la sociedad (ONG, escuela, inmigración) existen desigualdades injustificadas relacionadas con las opiniones y las creencias» . En este estatuto colaboran destacadas personalidades del ámbito universitario, como el doctor en Ciencias Políticas y Sociología Domingo Comas, o Luis Gómez Llorente, catedrático de Educación Secundaria, y otros relacionados con el PSOE, como es el caso del propio Peces-Barba o de los ex ministros socialistas Gustavo Suárez Pertierra y Tomás de la Quadra-Salcedo.
Dentro de esta colaboración entre Cives y la Carlos III se enmarcan también la Cátedra de Laicidad y Libertades Públicas Fernando de los Ríos, adscrita al Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas, perteneciente al campus de Getafe, y que dirige Dionisio Llamazares, catedrático de Derecho Eclesiástico de la Universidad Complutense de Madrid y es director general de Asuntos Religiosos con el PSOE entre 1991 y 1993. Es precisamente desde esta cátedra desde donde se está componiendo el grueso del estatuto laicista.
A pesar de su carácter moderado, tanto Cives como la Carlos III defienden unos planteamientos que abogan por acabar con lo que consideran una «situación de privilegio» de la Iglesia católica en España. Así, por ejemplo, Llamazares ha dicho en más de una ocasión que los Pactos con el Vaticano de 1979 son «claramente inconstitucionales», fundamentalmente por lo relativo al convenio de Educación y Asuntos Culturales (por el tema de la Religión en la escuela pública) y al de financiación de la Iglesia desde el Estado. El director de la Cátedra de Laicidad –única en España- aboga, no obstante, por acomodar los convenios con la Iglesia a los que él protagonizó en 1992 con otras confesiones, concretamente los suscritos con los musulmanes, judíos y evangélicos, que en su opinión, se hicieron «teniendo muy en cuenta la Constitución».
Pero Cives, cuenta, además, con el apoyo de otras organizaciones. Así, en septiembre de 2003, la fundación y otras asociaciones como la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) constituían la «plataforma ciudadana por una sociedad laica», y para ello lanzaban un manifiesto en el que reclamaban el estatuto de laicidad, la denuncia de los acuerdos Iglesia-Estado, la supresión de la enseñanza de la religión, y la supresión de la Disposición Adicional 2º de la LOCE. Es precisamente esta mezcla de temas referentes a los acuerdos Iglesia-Estado, con otros que afectan a la libertad religiosa de los ciudadanos, una de las bases sobre las que se ha montado la confrontación entre dos instituciones (Iglesia y Estado). Entre las muchas entidades adheridas a esta plataforma se encuentran la Liga Española para la Educación y la Cultura Popular, Movimiento por la Paz el Desarme y la Libertad, Paz y Cooperación, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales (Felgt), la Ferrer i Guardia y Ciudadanos por la República. Asimismo, figuran numerosas personas adheridas a título individual como el embajador Carlos Westendorp o el ex director de RTVE José María Calviño.
Religión «empobrecedora»
Pero, a pesar de su influencia, la Carlos III y Cives no son, ni mucho menos, los únicos representantes del movimiento laicista en España. Ambas se enmarcan dentro de un movimiento laicista moderado que no comparte el «laicismo radical promovido desde Izquierda Unida». Dicho laicismo radical está representado en España por la asociación Europa Laica, cuyo presidente de honor es el ex embajador ante la Santa Sede Gonzalo Puente Ojea. Esta asociación ha arremetido en varias ocasiones contra otras organizaciones laicas como Cives. Según el presidente de Europa Laica, Juan Francisco González Barón, «el mayor peligro a que nos enfrentamos no lo constituyen los enemigos natos de la libertad de conciencia (la derecha clerical, la Iglesia católica y el neoliberalismo económico), sino individuos y organizaciones que se dicen laicistas o defensores de la laicidad mientras siembran la confusión para perseguir intereses particulares». En opinión de Europa Laica, «la plataforma ciudadana para una sociedad laica de la Fundación Cives y otras agrupaciones satélites del PSOE, junto con destacados miembros de la Asociación Juan XXIII y de la Federación Estatal de Profesores de Religión, marcan perfectamente la pauta de cómo paralizar el movimiento laicista».
La revista Política (de Izquierda Republicana) publicada en agosto de 2002 un artículo del presidente de la asociación Europa Laica, González Baron, bajo el título La confusión en el movimiento laicista. En el mismo, se esbozaba el germen del asociacionismo laicista español más radical: «En 1999 comienzan a formarse pequeñas asociaciones, como la Pi i Margall e Motril, el colectivo Escuela Laica en Zaragoza y los inicios de Europa Laica en Talavera de la Reina…». Así, la agrupación Pi i Margall no tiene reparos en afirmar que «la enseñanza de Religión es una enseñanza con contenidos empobrecedores, opuestos al espíritu de nuestra Constitución y de las leyes que regulan nuestro sistema educativo». No parece casualidad que el 20 de noviembre del año 2000, desde la página web de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE-GOEU), se anunciara que «a iniciativa de la Asociación Pi i Margall por una escuela laica se está preparando un encuentro sobre laicidad en Motril, en el verano de 2001 del que hemos recibido información (…). La laicidad es una idea que no ha sido todavía reflexionada a la luz de los múltiples cambios sociales y políticos habidos en el siglo XX y que necesita de un nuevo impulso intelectual y moral. Es por ello que los masones miramos con interés cualquier iniciativa en ese campo sin tener que identificarnos necesariamente como Gran Logia».
Cónclaves laicistas
El primer Encuentro por la Laicidad en España se celebró en Motril durante los días 13 y 14 de julio de 2001, y allí surge un manifiesto en el que se reivindica «la autonomía de juicio, cultivada gracias a una escuela pública y laica, depositaria de la cultura universal». En el mismo se pide, en primer lugar , la ruptura de los acuerdos Iglesia-Estado, «el cese de la financiación estatal a cualquier institución religiosa», «la eliminación de la asignatura de Religión como enseñanza curricular», que «ningún cargo público se sume a manifestaciones religiosas en el ejercicio de sus funciones», y «eliminar cualquier tipo de adoctrinamiento religioso de la infancia en el ámbito escolar». Sin citarlo, el artículo 16 de la Constitución , en el que se reconoce la libertad religiosa de los ciudadanos españoles era pisoteado.
A este congreso le seguirán otros, y las ramificaciones y conexiones entre colectivos laicistas irán extendiéndose sobremanera por todo el Estado. El segundo Encuentro por la Laicidad en España se celebraba en Barcelona en julio de 2002. Esta vez, la organización recaía en la catalana Fundación Francesc Ferrer i Guardia, presidida por Joan-Francesc Pont, catedrático de Hacienda Pública y Derecho Tributario de la Universidad de Barcelona. Ilustres políticos como el actual presidente de la Generalitat catalana, Pasqual Maragall, los eurodiputados Joseph Borrell y Raimon Obiols, o el mismo líder de ERC, Joseph-Lluís Carod Rovira, figuran en la nómina de su comité de honor.
El programa del encuentro preveía la asistencia, entre otros, del rector de la Universidad de Barcelona, Joan Tugores; del presidente de honor de la citada Europa Laica, Puente Ojea, o del filósofo Salvador Pániker.
Del segundo cónclave laicista se desprende el Manifiesto de Barcelona, en el que se insta y apoya » la creación de una red de coordinación de las personas, asociaciones y entidades que trabajen en España en defensa de la laicidad» (la Coordinadora Laicista). A su vez, se repiten similares conclusiones a las ya debatidas en Motril, y destaca la importancia de la Unión Europea para la extensión de su ideología.
En octubre de 2002 se reunían diferentes organizaciones integrando la Coordinadora Laicista, del que surge un manifiesto fechado en Madrid a 2003, y en el que se solicita «la revocación definitiva del Concordato», y derogaciones «de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980», de artículos de «la Logse, la Lopeg y la LOCE», «de los artículos de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980», de artículos de «la Logse, la Lopeg y la LOCE», «de los artículos de la Ley Orgánica Reguladora del Derecho de Asociación de 2002 que conceden privilegios a las organizaciones religiosas», «de toda normativa inferior emanada de los Acuerdos de 1976 y 1979». El totalitarismo laicista iba adquiriendo un habeas doctrinal basándose en actuaciones concretas.
Pero las reivindicaciones de la coordinadora no quedan ahí, sino que piden la retirada de los símbolos religiosos «de la escuela pública o sostenida con fondos públicos» y frenar los conciertos «cuya principal finalidad es reforzar el poder de la Iglesia católica». Por otra parte, inciden en que «en cuanto a las dos horas lectivas semanales ganadas a la religión, deberían reforzar la presencia de asignaturas clásicas, capaces de proporcionar una auténtica formación humanista».
Entre las organizaciones firmantes integradas en la coordinadora, se encuentran Europa Laica, Pi i Margall por la Educación Pública Laica y Ateus de Catalunya entre otras. Asimismo, otras muchas entidades se adhieren al manifiesto, como la Fundación Ferrer i Guardia, Iniciativa Socialista, Unidad Cívica por la República e Izquierda Unida-Los Verdes de Cazorla, Granada y Motril.
El tercer Encuentro por la Laicidad en España se celebró en Albacete, organizado por la Asociación Escuela Laica de Albacete, con la colaboración de Europa Laica, tratando de «potenciar el aspecto interasociativo y las vertientes políticas que aseguren el laicismo».
Allí acuerdan «mantener y ratificar las propuestas del Manifiesto de la Coordinadora Laicista», y ésta establece propuestas como «la creación de un Observatorio de la Laicidad en España», que bien podría ser el germen del actualmente debatido Estatuto de la Laicidad o el Intergrupo de diputados laicistas en el Congreso de los Diputados. Entre las organizaciones participantes del tercer encuentro está Europa Laica, Unidad Cívica por la República, Ateus de Catalunya, Izquierda Unida o Ceapa. Desde Europa Laica, ya han convocado el cuarto encuentro, que se celebrará este mes en Madrid.
Como se ha indicado, los presidentes de honor y presidente de Europa Laica son Puente Ojea y González Barón, respectivamente, y el cargo de la vicepresidencia lo ocupa Francisco Delgado Ruiz (diputado constituyente y ex presidente de Ceapa). Entre los miembros fundadores de la asociación se encuentra Víctor Guerra García, miembro del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española.
«Hoja de Ruta»
Los congresos acerca del laicismo han sido numerosos últimamente, y de algunos de ellos se desprenden datos reveladores. Es el caso del organizado por la Fundación Cives y la Universidad Carlos III en septiembre en Madrid. Durante el mismo, intervino el actual secretario de Estado de Justicia, Luis López Guerra, quien evidencia sin tapujos la existencia de una hoja de ruta de medidas laicistas desde el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero: «Es, pues, necesario diseñar, y el Gobierno lo está haciendo, una digamos hoja de ruta que nos permita llegar a una situación que no nos satisface hoy a una que cumpla los mandatos constitucionales, y todo ello naturalmente para conseguir la aconfesionalidad del Estado, el respeto a la libertad religiosa y la cooperación, al mismo tiempo, con todas las religiones».
El 14 de febrero del año pasado, la Cives organizaba en el Ateneo de Madrid un seminario sobre el Estado, Laicidad y Sociedad. Entre los ponente previstos, muchas caras conocidas: Victorino Mayoral ; el vicepresidente del Ateneo de Madrid, Manuel Núñez Encabo; el catedrático Dionisio Llamazares; el concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid Pedro Zerolo; la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, la entonces presidenta de la Ceapa, Maite Pina, y el rector de la Universidad Carlos III, Gregorio Peces-Barba.
Entre las últimas medidas laicistas se encuentra la promovida por Izquierda Unida Castilla-La Mancha, que presentará en todos los ayuntamientos de esa región donde tiene representación una moción en la que se muestra en contra de los «privilegios» de la Iglesia Católica
«PERLAS» contra la LIBERTAD RELIGIOSA
*José Luis Rodríguez Zapatero: El presidente del Gobierno resumió en la campaña electoral su programa de religión como «Más gimnasia, menos religión».
*José Antonio Alonso: El ministro del Interior ha propuesto «el control de toda actividad religiosa del culto que sea».
* Josep Borrell: El presidente del Parlamento Europeo dijo en una conferencia en el Club siglo XXI que «detrás del cristianismo se esconden la Inquisición, la tortura, la quema de libros, la aberrante enseñanza moral de la Iglesia en materia moral».
*Gregorio Peces-Barba: El rector de la Universidad pública Carlos III advirtió a la Casa Real que «si sigue apareciendo públicamente cerca de la Iglesia católica, corre peligro la pervivencia de la institución».
*Mª Teresa Fernández de la Vega: La vicepresidenta primera del Ejecutivo socialista ironizó en la televisión acerca de la persecución del Gobierno contra los católicos: «Me gustaría que me concretaran en qué se sienten perseguidos los ciudadanos de este país que profesan la religión católica…»