Aumento de consumo pornográfico y daños producidos en la sexualidad

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Según la revista británica The Economist, el consumo de videos de una de las principales páginas de contenido pornográfico del mundo aumentó en un 22% en el mes de abril respecto al mes de marzo debido al aislamiento social establecido por los gobiernos para hacer frente a la pandemia de Covid-19.

Negarse a hacer clic

También aumentaron los grupos de iniciativas que ayudan a las personas a superar la adicción a la pornografía, subrayando la consecuencias provocadas por este hábito en el bienestar de la persona y en la relación de pareja.

Un ejemplo es la página Se Recuse a Clicar (Negarse a hacer clic), que reúne grupos separados de hombres y mujeres y también grupos mixtos en donde los participantes comparten información, denuncian contenidos pornográficos y se ayudan mutuamente.

Algunas declaraciones:

“¡Veinticuatro días sin pornografía! El sueño ha mejorado mucho, la mente y la concentración también».

“Me enteré de los males de la pornografía solo hace poco. Antes la consumía regularmente. El mes pasado, algunos amigos y yo hablamos de esto y la dejamos».

Un mercado sexual

El diario O São Paulo, de la arquidiócesis brasileña de São Paulo, publicó un reportaje de Nayá Fernandes sobre la cuestión. Se le consultó sobre el tema a la psicóloga clínica Lívia Pires Guimarães, quien tiene un posgrado en Educación, Cultura y Organizaciones Sociales y manifestó:

“La relación con la pornografía es de consumo, y está vinculado a un mercado sexual. La mayor parte de las veces, este contenido presenta sexo explícito y, en muchos casos, sumisión femenina. El consumo se lleva a cabo a través de escenas, videos, música e imágenes. Cuando se vuelve una adicción tiene consecuencias graves y una falta de control compulsiva. Cualquier adicción es un exceso, y en el caso de la pornografía las consecuencias principales son la idealización y la disminución de la autoestima hasta comprometer el matrimonio. La sexualidad es autoconocimiento, es cura, mientras que la pornografía es todo lo contrario».

La pornografía hace un mal servicio a la sexualidad

El mismo reportaje de O São Paulo refuerza la idea de que la adicción a la pornografía provoca daños significativos a la verdadera vida sexual de las personas. El psicólogo Antonio Sena, del Programa de Educación Afectivo-Sexual (Peas) para la formación de profesores y profesionales de la salud de Minas Gerais, afirmó que «la pornografía hace un mal servicio a la sexualidad. Cuerpos perfectos, relaciones irreales… Ver películas de este tipo e intentar imitarlas comporta grandes frustraciones, e incluso daños físicos. Además de esto, puede provocar una adicción».

“A causa de la pandemia, las parejas, al convivir durante más tiempo, subrayan diferencias, muchas han tenido problemas económicos, lo que provoca estrés, depresión, preocupación, y puede interferir con la sexualidad. Todo esto tiene un impacto en la relación, y puede llevar a la pornografía. Las parejas se pueden aislar en su casa, aunque estén juntas, cuando uno de los dos empieza a consumir pornografía e intensifica su consumo, sobre todo durante el aislamiento social».

Fuente Aleteia