Cada tres segundos muere un niño de hambre

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Está fracasando el mundo en su compromiso de reducir la pobreza, advierte la ONU

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

La Jornada
Nueva York, 7 de septiembre.

Por el fracaso de los gobiernos del mundo en cumplir su compromiso para reducir la pobreza y la desigualdad, mueren 1. 200 niños cada hora, alerta Naciones Unidas en un informe sobre desarrollo entregado hoy a los 191 países miembros, una semana antes de celebrarse aquí la Cumbre Mundial, la reunión más grande de mandatarios nacionales en la historia.

El Informe de Desarrollo Humano 2005, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señala que las causas de muerte de 1.200 niños cada hora son diversas, pero «la abrumadora mayoría puede ser rastreado a una sola patología: la pobreza». Al indicar que esa cifra es equivalente a tres tsunamis como el de este año al mes, cada mes (murieron 300 mil), lo más notable es que, a diferencia del tsunami, estas muertes sí son prevenibles.

El PNUD comenta en el resumen del informe que «como comunidad internacional permitimos que la pobreza destruya vidas a una escala que hace pequeño el impacto del tsunami».

Los autores del informe recuerdan que hace cinco años los gobiernos del mundo se comprometieron, en la Declaración del Milenio, a reducir la pobreza extrema y establecieron objetivos que prometieron cumplir para 2015 incluyendo reducir a la mitad la pobreza extrema, bajar la tasa de mortalidad infantil, otorgar educación a todos los niños del mundo, revertir las enfermedades contagiosas y establecer un nuevo contexto de cooperación global para realizar las llamadas «Metas de Desarrollo del Milenio».

Sin embargo, señala, cuando los gobiernos del mundo se reúnan aquí para revisar el progreso del compromiso, la semana próxima, «hay poca causa para celebrar».

A pesar de algunos avances importantes en los últimos cinco años -incluso un nuevo enfoque sobre desarrollo y lucha contra la pobreza-, las «calificaciones ofrecen una lectura deprimente». La mayoría de los países, informa, se han descarrilado en llegar a las metas establecidas y las «desigualdades, de por sí profundas, se están ampliando».

Los autores denuncian que «varias formulaciones diplomáticas y terminologías se pueden encontrar para describir la divergencia entre el avance del desarrollo humano y la ambición marcada en la Declaración del Milenio. Nada de esto debería permitir ocultar una verdad simple: la promesa a los pobres del mundo se está violando».

Advierten que para los gobiernos del mundo ahora es un momento decisivo en que tienen que mostrar su voluntad política de cumplir con sus compromisos.

«Pero el tiempo se acaba. Es el momento para comprobar que la Declaración del Milenio no es sólo una promesa de papel, sino un compromiso de cambio», afirma en la introducción al informe. Señala que la Cumbre de Naciones Unidas, la próxima semana, «ofrece la oportunidad crítica para adoptar planes intrépidos de acción necesarios no sólo para regresar a las metas de 2015, sino para superar profundas desigualdades que dividen a la humanidad y forjar un nuevo y más justo patrón de globalización».

La otra opción, señala, es continuar con lo mismo y con ello romper la promesa de la Declaración del Milenio, con sus obvias consecuencias no sólo para los pobres del mundo, sino algo que pondrá «en jaque la seguridad, paz y prosperidad global».

Para lograr avanzar, el PNUD señala que hay tres bases fundamentales interrelacionadas que requieren de renovación urgente: la asistencia al desarrollo, un sistema de comercio mundial más justo y la seguridad internacional, en particular los conflictos en las zonas más pobres.

El informe detalla los problemas y el estado de cuentas en estos tres rubros, y enfatiza que es en la desigualdad económica donde se registra más visiblemente el resultado y desafío del desarrollo mundial.

El informe señala que «el ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 416 millones más pobres. Más allá de estos extremos, los 2.500 millones de personas que viven con menos de dos dólares al día -que representan 40 por ciento de la población del mundo- obtienen sólo 5 por ciento del ingreso mundial. El 10 por ciento más rico, casi todos habitantes de países con ingresos altos, consigue 54 por ciento».

Para mostrar las posibilidades inmediatas de resolver lo más grave de este problema, la pobreza extrema, la PNUD calcula que «el monto necesario para llevar a mil millones de personas a superar el umbral de pobreza extrema de un dólar al día es de 300 mil millones de dólares, cifra que representa 1.6 por ciento del ingreso del 10 por ciento más rico de la población mundial».

Subraya que superar la pobreza extrema no sólo depende de una transferencia estática de recursos, sino ofrecer a los países las posibilidades de promover el desarrollo y resolver por sí mismos estos problemas.

El informe señala estos obstáculos, desde el tipo y condicionamiento de la asistencia externa para el desarrollo hasta las injusticias en el sistema de comercio mundial. También detalla cuáles serían las graves consecuencias para la humanidad de no cumplir con las metas definidas para sacar de la pobreza extrema a los pueblos, incluyendo millones de muertes evitables a lo largo de los próximos 10 años.

El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, declaró que este informe presenta lo que está en juego en la cumbre mundial que se celebrará entre el 14 y 16 de septiembre, en la que participaran más de 170 mandatarios: «Insto a los estados miembros a prestar atención a este mensaje oportuno, y usar la cumbre de la semana próxima para lanzar un esfuerzo global y hacer realidad esta visión».

El informe detalla que unos 50 países con población conjunta de casi 900 millones están retrocediendo en sus logros para cumplir algunas de las metas del milenio. Y alerta que si las tendencias actuales continúan, en 2015 habrá 827 millones de personas viviendo en pobreza extrema, 380 millones más si se cumpliera la meta del milenio en este rubro. Advierte también de más rezagos en los capítulos de muertes infantiles, educación y acceso a agua potable.

El informe se presenta acompañado por un Indice de Desarrollo Humano, elaborado anualmente por el PNUD durante 15 años. En la versión 2005, se registra que unos 18 países pobres conjunta con una población de 460 millones están en peores condiciones que en 1990. De éstos, 12 están en la Africa subsahariana y los otros seis antes formaban parte de la Unión Soviética.

El índice mide logros de expectativa de vida, niveles educativos e ingresos reales y con ello elabora, en esta ocasión, el rango de 177 países. Este año, Noruega es el número uno y Níger ocupa el ultimo lugar. México está en el 53, uno por debajo de Cuba, en el índice. Los otros países grandes de Iberoamérica son Argentina en el 34, Chile en el 37, Brasil en el 63 y Venezuela en el 75.

Estados Unidos ocupa el número 10, y los primeros en la lista en orden consecutivo son Noruega, Islandia, Australia, Luxemburgo, Canadá, Suecia, Suiza, Irlanda y Bélgica.

Es notable que entre el lugar 138 (Ghana) y el 177 (Níger), todos los demás en la última parte de la lista -con excepción de Yemen y Haití- son países africanos.

El Informe sobre Desarrollo Humano junto con el índice se pueden consultar en:
http://hdr.undp.org/en/reports/global/2005/espanol