Campaña Pobreza Cero: de nuevo los hambrientos tendrán que esperar

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A raíz de la pasada campaña de "pobreza cero", no he podido reprimir mi rabia y me veo en la obligación, por razón de fidelidad a la verdad de los hechos y por respeto a los millones de hambrientos de la tierra, de poner de manifiesto los siguientes puntos:

1. Si, según la FAO, hay alimentos de sobra para todos los habitantes de este planeta, (para 10.000 millones, según los últimos informes de la ONU, y sólo somos 6.000)


2. ¿Por qué esperar a 2015 para acabar con el hambre?


3. Si uno de los que mañana morirán de hambre fuese nuestro hijo, nuestro padre, nuestro hermano,… ¿esperaríamos un solo segundo para hacer que se acabe el hambre hoy?


4. ¿Alguien ha hecho, por casualidad, las cuentas del número de personas que morirán de aquí al 2015 si esta campaña tuviera «éxito»? ¿Hay derecho a permitir un solo muerto por hambre?


5. Por favor, no hagamos el juego a los que no quieren que el hambre acabe, porque, simplemente, el hambre sigue siendo un negocio para unos pocos.


6. Hablemos claro y denunciemos realmente las causas políticas que provocan este crimen. La ONU tiene grave responsabilidad en la existencia del hambre hoy, y eso hay deber de decirlo y gritarlo con claridad.  La UE, también.


Ningún partido del arco parlamentario nacional ni europeo, en sus programas políticos, plantea acabar con el hambre hoy.


7. Denunciemos con contundencia el cinismo e hipocresía de todos nuestros políticos, de izquierdas y de derechas, que nada hacen para resolver EL PRIMER PROBLEMA POLÍTICO, EL HAMBRE.


8. ¿Puede ser creíble que un diputado que cobra como poco 5.000 € al mes, diga que tiene voluntad de acabar con el hambre? A eso, si que no hay derecho.


9. Animo a que esta campaña ponga realmente a los más empobrecidos de la tierra en primer lugar. Los que vivimos en los países enriquecidos, los que comemos más de una vez al día, no tenemos derecho a exigir menos que el que mañana el hambre no exista.


10. Cada muerto por hambre, en un mundo de abundancia, es un escándalo y un genocidio del que la historia nos va a juzgar.


Pablo Matute M.
Sevilla