César Chávez y la lucha de los chicanos por la liberación

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Un ejemplo de estrategias continentales e intercontinentales de resistencia no-violenta: “Si somos sinceros debemos reconocer que nuestra vida es la única cosa que nos pertenece realmente. Por ello la forma como la empleamos revela qué clase de hombres somos.

Pero la fe más profunda me dice que encontramos la vida solamente si entregamos nuestra propia vida. Estoy persuadido que el testimonio más auténtico de valor del hombre, la expresión más convincente de la virilidad es el sacrificarnos nosotros mismos por los otros en la lucha no-violenta por la justicia. Ser hombres es sufrir por otros.

Nuestros huelguistas estaban en la línea de fuego. Recibieron patadas, fueron golpeados, rodeados por perros, fueron maldecidos y ridiculizados, despojados, maniatados, lanzados al calabozo, rociados con insecticidas. Mas habían aprendido a no rendirse, a morir sin defenderse, a no huir vergonzosamente, sino a poner resistencia con cada fibra del espíritu humano y a aguantar el sufrimiento hasta lo inagotable. Una resistencia que provenía no de un espíritu de represalias, sino que buscaba triunfar sobre la injusticia por la compasión y el amor, con un espíritu ingenioso y creador, por un trabajo arduo y largo, por el testimonio de la verdad, y la llamada a la opinión pública, con amigos y aliados, por la política y las leyes, por la oración y el ayuno (César Chávez).

El movimiento por el Derecho de los Ciudadanos de Martin Luther King estuvo en su apogeo cuando en los EE.UU. otro grupo que sufría más, si es posible, la discriminación social comenzó su lucha para obtener el reconocimiento de sus derechos: las minorías de lengua española, que comprendían varios millones de hombres. Emigraban de Puerto Rico, de Filipinas y sobre todo de Méjico y eran más fácilmente contratados para la agricultura como mano de obra barata. El combate de los obreros agrícolas llevado por Cesár Chávez para obtener el reconocimiento de los derechos del hombre, y del ciudadano, introdujo dos elementos fundamentalmente nuevos en el desarrollo de la resistencia no-violenta.

  1. El movimiento era conducido por un obrero agrícola américo-mejicano, no por un intelectual, era un movimiento netamente popular.
  2. La lucha que estaba dirigida contra un sistema económico, organizado de manera internacional tomó dimensiones internacionales y muestra qué dimensiones deberán tomar en el futuro en un mundo integrando las luchas no-violentas para ser eficaces.

Análisis de la situación: ¿Sobre qué escenario de fondo se lleva a cabo la lucha de los chicanos (denominación de los américo-mejicanos)? Los conflictos tuvieron lugar al principio en las plantaciones de viñas de California, en particular en el valle de Delano, y se extendieron más tarde a las plantaciones de legumbres y frutos de los estados del sur de USA.

En el estado federal de California, las condiciones eran cada vez más degradantes en provecho de las grandes propiedades que están en las manos de algunos empresarios o de compañías que desarrollan lo que llamaban el agrobusiness. Esto consiste en una explotación comercial de la tierra sobre grandes extensiones, ligada a la propiedad de una industria agrícola (maquinaria, medios de transporte, transformación) y control de los mercados (cadenas de supermercados a todo lo largo del Estado). Estadísticas U.S. oficiales de 1955 prueban que ya en aquel tiempo el 6% de las granjas de California englobaban el 75% de tierras cultivables y que entre los propietarios de la tierra había empresas como South Pacific, Railroat, Standard Oil, Tejon Ranch (Los Angeles Times) , Bank of America and Guimara Vineyards Corporation.

Estos poderosos grupos económicos controlaban además los medios de comunicación, dominaban en las asambleas políticas, y a nivel local lo mismo que a nivel federal, teniendo una influencia sobre la policía, la legislación y las decisiones del gobierno federal. Representaban el sistema económico más poderoso del mundo con sus ramificaciones internacionales. Desde comienzos de siglo estas potencias se oponían con fuerza a los esfuerzos de los obreros agrícolas para crear una organización sindical que les ayudase a imponer el reconocimiento de sus derechos. Junto a amenazas y chanzas se apoyaban sobre las leyes y la jurisprudencia contra los obreros agrícolas.

En su combate no-violento los chicanos debieron medirse con este poderoso sistema de fuerzas altamente organizadas. El problema de los obreros agrícolas de USA tiene mucha semejanza con el de los obreros extranjeros en Europa. En el curso de este último siglo, había siempre nuevos grupos extranjeros que huían del paro en su tierra natal, y buscaban trabajo en las regiones agrícolas de USA: chinos, japoneses, filipinos, y en California sobre todo después de la revolución mejicana, mejicanos. Estos obreros agrícolas emigraban en parte de forma ilegal, y no eran obreros de temporada. Otros llegaban sobre la base de contratos que les aseguraban su calidad de ciudadanos al cabo de cinco años, pero les obligaban al servicio militar y les prohibían cualquier participación en actos dirigidos contra los jefes de empresa. Otros, en fin, eran ciudadanos de USA. Su pertenencia a la cultura iberoamericana y las condiciones sociales difíciles en las que se encontraban, eran la causa del desconocimiento de sus deberes.

Se trataba, pues, de grupos de población que por miedo o por ignorancia, se dejaban manipular fácilmente y aceptaban pasivamente su suerte. Este era el problema: garantizar los derechos sociales, obtener el reconocimiento de una igualdad de valores de la cultura, de la lengua, de la raza, y de las tradiciones de Iberoamérica con las de América Anglosajona. Detrás de la lucha por el derecho de sindicarse y de tener convenios colectivos justos estaba el combate por la liberación que abarca todos los campos de la vida.

Un vistazo sobre les estadísticas revela las lastimosas condiciones de la vida de los obreros agrícolas: en 1960 la escolaridad se paraba a los ocho años y medio para los hijos de los chicanos; 11 años para los negros; 12 años para los blancos. Los otros quedan excluidos de la escuela al cabo de poco tiempo. En el sector de la vivienda reina una discriminación creciente. En todas las ciudades los barrios mejicanos son miserables. La esperanza de vida de los chicanos está alrededor de los 49 años (70 para los anglo-americanos). La mortalidad infantil es superior en un 125 % a la de los americanos blancos; 64% ganan menos que el salario base. No se tiene en cuenta el bilingüismo en las administraciones; es sin embargo un derecho establecido por la ley. Se podrían citar todavía otros muchos factores de discriminación.

César Chávez, ciudadano de USA, de origen mejicano, es el hijo de pobres obreros agrícolas. Después de haber asistido a 37 escuelas en el espacio de 7 años, debió interrumpir su escolaridad sin haber  aprendido  suficientemente a leer y a escribir, y comenzar el penoso trabajo en las plantaciones. Precózmente se puso enfermo. Apenas había cumplido los 20 años cuando conoció a Fred Ross, que trabajaba entre los mejicanos para una Community Service Organitzation (educación para el compromiso personal y el desarrollo comunitario). Ross descubrió enseguida las aptitudes de César, le educó en la colaboración, y le formó como organizador de grupos. De naturaleza tímida y modesta, César Chávez creció y maduró durante estos diez años de actividad en el curso de los cuales colaboró en la dirección del movimiento. Allí, pues, desarrolló la aptitud que le fue luego tan precisa en la lucha posterior, de dirigirse a hombres pasivos y angustiados, y de ganarlos para la lucha por una mayor justicia.

Lo más importante para convencer a alguien, es pasar un tiempo con él; poco importa que sepa leer, escribir o aún hablar bien. Lo único que cuenta es que sea un hombre y haya manifestado un poco de interés. Comprendí que si uno mismo se compromete firmemente, se llega también a convencer a los otros para que se comprometan Los dos daremos entonces lo mejor de nosotros mismos, y llega el momento que el otro te sobrepasa. Es capaz de convertirse en un guía autónomo.

Sin embargo César observó que con el tiempo el movimiento se hacía mas burgués, se comprometía menos radicalmente por los más pobres. Su propuesta de fundar un sindicato de obreros agrícolas fue desechada. Finalmente, se revolvió contra la USO, la abandonó y fundó en el otoño de 1962 un sindicato de obreros agrícolas La National Fram Workers Association, tratando de hacer valer los derechos de ese grupo y su liberación humana.

Preparación al combate

Mientras su mujer continuaba trabajando en las plantaciones, recorrió con sus hijos pequeños todo el valle de Delano y distribuyó millares de cuestionarios para informarse sobre el actual salario y horario de los obreros agrícolas y sus esperanzas para el porvenir. Obtuvo 80.000 respuestas; algunas llevaban observaciones interesantes. César Chávez decidió visitar personalmente a esos obreros agrícolas:

Subí a nuestro viejo coche y visité a esas gentes. En aquel momento no teníamos nada de dinero, ni para la gasolina, ni para la comida. Así, pues iba a su casa y les pedía primero que me dieran algo de comer. Se vio luego que era la mejor cosa que puede haber hecho, aún si al principio mi amor propio trataba de oponerse. De esta forma ganamos algunos de nuestros miembros más valiosos. Cuando los hombres te dan de comer, no tardan en darte su corazón. Pocos meses mas tarde, después de un trabajo de grupo intensivo, habíamos puesto en marcha una organización cuyos jefes son todos hombres de pueblo.

Durante 4 años César Chávez no hizo otra cosa que organizar grupos de base, suscitar en los hombres decepcionados y miedosos, valor y confianza en ellos mismos, exponerles el espíritu de la no-violencia, el arma de los pobres. Nombró a King y a Gandhi como sus grandes maestros. Materialmente también, la lucha que se sabía larga y difícil fue preparada cuidadosamente. Se crearon cooperativas para el aprovisionamiento de gasolina y stoks alimenticios en caso de huelga. Durante estos primeros años César Chávez rechazó estrictamente el dinero proveniente del exterior. A pesar de sus grandes dificultades el movimiento debía aprender a volar con sus propias alas.

Huelga y boicot:

Los acontecimientos forzaron a los 3.000 miembros de la National Farm Workers Association a comprometerse en huelgas antes de lo que hubieran deseado. En 1965 un grupo asociado a la gran federación sindical AFL-CIO pidió el apoyo de la NFWA en una huelga para una subida de salario. No era posible rechazar esta solicitud. Chávez puso como condición para colaborar que la lucha fuese llevada de forma absolutamente no-violenta. La no-violencia es la única arma que respeta al otro, y que reconoce el valor de cada hombre… Queremos impedir a las víctimas ser víctimas. Queremos impedir a los verdugos ser verdugos. Una votación decidió el empleo de su método. Chávez fue elegido como líder de la huelga. Esta huelga desencadenó una lucha de 5 años para el reconocimiento del sindicato y para la obtención de convenciones colectivas en favor de los vendimiadores de California y al mismo tiempo el proceso de auto-liberación de un grupo de la población miedoso y pasivo.

Era extremadamente difícil desplegar una estrategia eficaz. Había que organizar y vigilar la huelga sobre un terreno muy amplio. Los empresarios reemplazaban al instante a los huelguistas con una nueva mano de obra que ignoraba la situación de la huelga. Se excitaban a los perros contra los huelguistas; les rociaron con insecticidas; algunos fueron golpeados, detenidos, maltratados. La prensa les trataba de comunistas. Se interpretaban las leyes en su contra. Los jueces se pronunciaban en favor de los jefes de la empresa. Tuvieron que desplegar los mayores esfuerzos para mantener durante 5 años el valor de los huelguistas. Y sin embargo César dijo:

Encontrarse en la fila de piquetes de huelga es la mejor escuela para todo organizador. Si un hombre es piquete de huelga, aunque sólo fuese un día, ya no es el mismo hombre que antes. Los responsables sindicales en las grandes ciudades no podían comprender… pero el pueblo y yo lo comprendíamos… Son hombres que ante los obreros y ante los ojos de sus patrones son capaces de tirar sus herramientas y unirse al piquete de huelga. Sí, ser piquete de huelga es una cosa maravillosa, transforma al hombre. La gente asimila la huelga al empleo de la violencia, pero nosotros les disuadimos. A partir de aquí comenzaron a comprender nuestro objetivo y su miedo se disipó. Si no temes comprometerte en la huelga, no temerás las pistolas; estas cosas ya no pueden atemorizarte. Si tuvieses un arma y tu adversario también, tendrías miedo, pues sería a ver quien era fusilado el primero. Pero si no tienes armas mientras que tu adversario tiene una, éste deberá tomar una decisión mucho más grave que tú.

Pero pronto NFWA debió rendirse a la evidencia. La huelga sólo no era suficiente para obligar a los poderosos grupos económicos a ceder. Reflexionaban cómo podrían sin dinero y sin influencias familiarizar las amplias esferas de la nación con el problema, y obtener su colaboración. Decidieron organizar un boicot de uvas de mesa y de productos industriales de las firmas Schenley y Di Giogio. Se eligió a 16 jóvenes obreros experimentados, y sin un céntimo, fueron enviados por César Chávez a 13 centros industriales de USA, con la misión de organizar el movimiento de boicot. Y una vez más quedó demostrado que la confianza ilimitada que César Chávez ponía en esa gente, les incitaba al compromiso más absoluto. Ya en el momento de la primera recolección se vio cierto éxito del boicot. Al mismo tiempo se emprendió durante la Semana Pascual una marcha de 500 Km hacia Sacramento en California, que debería dar a conocer en todo el país el problema de los chicanos. Bien que el gobernador juzgase preferible no afrontar a los manifestantes, la participación de una serie de personalidades sindicales y políticas en la manifestación (entre ellos el Senador Robert Kennedy) fue para los obreros agrícolas una prueba de la sensibilización de la opinión pública.

Aquel día la gran empresa Schenley cesó su oposición y reconoció la NFWA como su único compañero en la negociación. Después de haber superado otros obstáculos, el sindicato pudo también imponerse a Di Giogio y fortalecido lo UFWOC (United Farm Woekers Organizing Committe) emprendió su boicot en todo el territorio de USA. A través de incontables iniciativas ingeniosas (Shop-ins en los supermercados, huelguistas que seguían transportes de uvas con pancartas a través de los USA; sólo en New York, el sindicato distribuyó mas de 2 millones de panfletos, invitando al boicot de uvas) con apoyo de amplios sectores de la población, aún el de una parte de la clase media, lograron boicotear más del 75% de la recolección de uvas. A consecuencia de esto el mercado de uvas se hundió casi por completo.

Internacionalización del conflicto

Para compensar las consecuencias negativas del boicot en los USA, los jefes de empresa decidieron poner en juego sus relaciones políticas e internacionales. Incitaron al gobierno a comprar una parte de uvas  y  a  enviarlas a Vietnam. Otras entregas fueron destinadas a Canadá, al Extremo Oriente, a Gran Bretaña, Escandinavia y Finlandia. Entonces los chicanos por la fuerza de las circunstancias comprendieron que en nuestro mundo de integración económica, la injusticia organizada de forma internacional no puede suprimirse más que a través de estrategias no-violentas organizadas sobre un plano internacional.

Los huelguistas comenzaron su trabajo en S. Francisco para ganar a los obreros del puerto a su causa. Después de una concientización intensiva de la opinión, lograron ganar el apoyo de estos últimos que se consideraban solidarios con ellos. Varios barcos que debían dirigirse hacia Vietnam y el Japón, no fueron cargados. Después los chicanos enviaron delegaciones a Inglaterra, Escandinavia y Finlandia para allí también, informar sobre la injusticia y la huelga y hacer una llamada a la solidaridad de los europeos. La agudeza dio resultado. Los europeos también son hombres y se pudo tocar sus conciencias: los cargadores de muelles de Gran Bretaña se negaron a descargar 30 toneladas de uvas. Entonces estas uvas fueron expedidas a Noruega, Suecia, Finlandia, donde los obreros portuarios se negaron también a descargarlas. Finalmente las uvas fueron descargadas en el puerto de Hamburgo y expedidos por ferrocarril a Suecia. Sin embargo en este intervalo el Boicot se había hecho tan popular que las cooperativas de consumo suecas se negaron a comprar las uvas de California. En Mayo de 1969 más de 200 ciudades de USA, de Canadá, de Europa y de Japón, se declararon solidarias con los chicanos, en su lucha por la igualdad de derechos.

A partir de un puñado de hombres que opusieron una resistencia, se había desarrollado un movimiento no-violento internacional. El plan de los jefes de empresa de romper la resistencia no-violenta por la internacionalización del problema, fracasó, porque en el mundo entero los obreros estaban decididos a no continuar sosteniendo la injusticia con su trabajo. Aquí podríamos encontrar un punto de partida para estrategias posteriores de movimientos de liberación no-violenta en provecho del tercer mundo cuando haya que afrontar una situación internacional compleja.

Sin embargo el año 1968, que fue el del asesinato de Martin Luther King, se vivió una ola de violencia en USA e hizo vacilar a más de un chicano, agotada por la lucha, la fe en la no-violencia. Algunas bombas pensaban que conducirían más rápida y eficazmente a la meta. César Chávez admitió que tal vez era posible, pero que los contratos obtenidos de aquella manera no serían de larga duración, pues por el empleo de la violencia los chicanos no podían conquistar la estima de los jefes de empresa.

Ante tal presión César Chávez empleó, como decía Gandhi, el arma suprema de la no-violencia, antes que el recurso a la violencia: el ayuno. La penitencia el ayuno de expiación es una antigua tradición del Méjico católico. Este ayuno, es ayuno de purificación, paga por la violencia que amenazaba estallar en sus filas; un ayuno para rezar y renovar el espíritu del movimiento, y lanzar una llamada a la nación para que se solidarice con la lucha no-violenta por la justicia. El 14 de febrero César Chávez comenzó su ayuno en una pequeña cabaña sobre el terreno de construcción de la UFWOC, ayuno que iba a durar hasta el domingo 10 de marzo. Al principio hubo gran consternación. No estaban de acuerdo. El movimiento de huelga se suspendió. Lentamente el clamor del ayuno se extendió, y el pueblo afluyó. Se piensa que eran cerca de 10.000 los que entraron en la cabaña. Dichosos, relajados, animados por César. Llevaban dones, madonas e imágenes de santos, y hasta se pusieron a pintar y a modelar. Se cantó y rezó y se dejaban formar por la enseñanza de Martin Luther King y de Gandhi como nunca antes lo habían hecho. Un nuevo gozo de vivir les iluminó y una profunda renovación espiritual se operó en aquellos hombres. Filipinos y negros, estaban al lado de los chicanos. Por primera vez los protestantes fueron invitados y acogidos en el seno de la comunidad católica, que en tiempos ordinarios les era hostil. Era un tiempo de reconciliación y de edificación. El efecto purificador y liberador del ayuno fue sentido como nunca lo fue antes.

La nación permaneció atenta. Los obispos comenzaron a colocarse del lado de los chicanos y ofrecieron servicios para las negociaciones inminentes con los jefes de empresa. El Senador Robert Kennedy sostuvo  a los chicanos desde el principio, sin temor a las consecuencias perjudiciales. Envió un telegrama y participó el 10 de marzo en la terminación del ayuno con César Chávez, rodeado de cerca de 10.000 hombres en el oficio de acción de gracias. Dio aquel día a César y a la muchedumbre de pobres que le rodeaban el primer pedazo de pan, comprometiéndose a entrar en la lucha electoral como candidato a la presidencia. Este fue el último encuentro de estos dos hombres.

La lucha continuó con la ayuda moral, política y financiera creciente, de las esferas cada vez más vastas de la nación. El Viernes Santo de 1969 en un escrito al presidente de la Asociación de Jefes de Empresa, César Chávez resumía todavía una vez más lo trágico de la situación, así como los fines y los medios de los chicanos. Movilizó sus fuerzas espirituales más profundas, para determinar a los jefes de empresa a ceder:

Siento mucho las acusaciones publicadas por Vds. en la prensa, pretendiendo que nuestro movimiento sindical y el boicot de uvas, había tenido éxito porque habíamos empleado la violencia y métodos terroristas. En el caso de que sus palabras fuesen conformes con la verdad debería, y he estado a punto de retirarme de la lucha, pero a Vds. les queda ante Dios y ante los hombres, la terrible responsabilidad moral de aportar públicamente las pruebas de vuestra acusación…

Habéis de comprender, y debo hacer que lo comprendáis, que los miembros de nuestro movimiento y las centenas de millares de pobres y de gentes sin recursos, que ponen en nosotros sus esperanzas y su confianza, son ante todo hombres, ni mejores ni peores que la media de la sociedad humana… el color de la piel, la lengua que expresa nuestra civilización y nuestro origen, la falta de formación regular, la exclusión del juego democrático, el número de nuestros muertos en las dos últimas guerras, esta pesada herencia de generaciones ha estado a punto de desmoralizarnos y romper nuestro valor. Pero Dios sabe que no somos bestias de carga, ni esclavos de la explotación agrícola, sino hombres.

Anotad bien que nos hemos alzado en una lucha mortal contra la inhumanidad del hombre hacia el hombre en las industrias que vosotros representáis. Esta lucha da sentido a nuestra vida y nobleza a nuestra muerte.

Repito para vosotros los principios que he proclamado a los miembros de nuestra asociación al principio de este ayuno: En el caso que el poner en marcha nuestro sindicato exigiese el aniquilamiento de una vida humana, bien sea de un terrateniente, o de un obrero agrícola, o de un niño, prefiero que el sindicato no sea creado.

Permitidme ser franco con vosotros hasta las últimas consecuencias. Nos comprometemos por la no-violencia militante, como medio de instaurar la paz social para nuestro pueblo. Sin embargo no somos ni sordos, ni ciegos, y sentimos las corrientes de desesperación… de impaciencia y de cólera en nuestras filas. Es justamente a causa de estas violentas emociones humanas por lo que hemos buscado que las masas del pueblo tomen ellas mismas parte en la lucha por su liberación. La participación y la autodeterminación ofrecen la mejor experiencia de la libertad y los hombres libres prefieren por instinto las formas democráticas del cambio. Sólo aquellos que viven en la esclavitud sin esperanza, están forzados a provocar una revolución violenta.

Esta carta no expresa todo lo que llevo en el corazón. Mas en el caso que no os aportara otra cosa, que os haga al menos comprender que no sentimos odio contra vosotros y que no nos alegramos si vuestra industria se arruina. Lo que odiamos es el «Agrobusiness» que quisiera mantenernos en un estado de esclavitud, mas vamos a vencerle y transformarle. No con represalias o efusión de sangre, sino por una lucha  organizada  y  no-violenta, conducida por las masas de trabajadores agrícolas que quieren llevar una vida humana y libre…

Sólo el 29 de julio de 1970 los últimos 26 jefes de empresa firmaron en Delano el documento reconociendo el sindicato, y aceptando los convenios colectivos exigidos. Acababan de obtener una gran victoria no-violenta.

Mas fue poco tiempo el que tuvieron para festejar la victoria con gozo. En otros lugares de USA centenares de miles de obreros agrícolas esperaban ya la ayuda de la UFWOC para comenzar un combate análogo. Ahora se trataba de los derechos de los trabajadores agrícolas en las plantaciones de ensaladas, en particular en Arizona. Poco después del principio de la lucha, se promulgó en ese Estado federal una ley que prohibía a los trabajadores agrícolas toda asociación sindical. César Chávez ayunó de nuevo durante 25 días. La Reunión del partido Democrático que en Julio de 1972 tenía su sede en Miami, aprobó el boicot de ensalada y condenó la ley promulgada en Arizona. Esto provocó la realización de un reportaje televisado sobre el problema; este reportaje dio a los chicanos una publicidad inesperada.

En otoño de 1972 hubo en California un nuevo frente de lucha. Una ley prohibiendo el boicot iba a ser promulgada. Sin embargo lograron por la vía democrática del voto hacerla fracasar. Más tarde tuvieron que llevar un largo combate contra el sindicato de teamsters aliados con los jefes de empresa. Y la lucha continúa. Ya no se puede reducir al silencio la voz valiente del trabajador agrícola, la voz de la verdad, del amor, la voz de la justicia:

Hermanos y hermanas… mi preocupación principal no es esta ley en Arizona, y no ayuno por cólera contra los propietarios de la tierra. Lo que me inquieta ante todo es el miedo que se disimula en el corazón de los jefes de empresa y de los legisladores de todo el país, y que se revela en esta ley. De una forma o de otra hay que ayudar a esos poderosos hombres y mujeres a comprender que no tienen nada que temer, si tratan a sus obreros como a su prójimo. Nuestro fin no es aniquilar a los jefes de empresa. Reivindicamos únicamente la posibilidad de organizar nuestro sindicato y de trabajar de forma no-violenta para que los obreros agrícolas en nuestro país puedan un nuevo día vivir de esperanza y de justicia. Esto tendría que haber estado hecho desde tiempo atrás, y ciertamente no es una gran exigencia. Nuestro único objetivo es la justicia para los obreros agrícolas; es la meta de nuestro boicot no-violento de la ensalada. ¿Quieren Vds. ayudarnos llevando una acción para impedir la compra o el consumo de la ensalada? Es un pequeño sacrificio que puede provocar un gran giro para los obreros agrícolas. Os pido vuestra oración y vuestro apoyo en nuestra lucha.

Vuestro hermano César Chávez