En el mundo han sido innumerables veces regímenes de derecha, supercapitalistas, los que han legalizado el aborto. Han sido hombres como Robert McNamara, ex secretario de Defensa de EEUU, el cerebro de la guerra de Vietnam y ex presidente del Banco Mundial, quienes más han impulsado la aceptación del aborto, los que lo han impuesto como algo conveniente para el dominio del capital multinacional
El actual Presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, dejó entrever recientemente que está condenado por la Iglesia por ser socialista. «Triste sería que me negaran comulgar por socialista» declaró, cuando en realidad no hay condena por ser socialista sino como consecuencia de un acto que él mismo comete al apoyar la nueva ley del aborto. El nefando crimen del aborto, atenta contra el primero de los derechos humanos que consiste en el derecho a nacer. Su compañera socialista de origen catalán, la ex senadora Mercedes Aroz, cofundadora del Partido Socialista de Cataluña, afirma: “Hay que plantear la abolición del aborto como lo que es: un objetivo progresista, de avance de la civilización, pues el reconocimiento jurídico de los derechos humanos y su ampliación es fruto del progreso del ser humano en la comprensión de su realidad y de su dignidad como persona”.
Hay socialistas que valientemente han condenado el aborto. Uno de ellos es el ex-Primer Ministro de Portugal, Antonio Guterres, ex-presidente de la Internacional Socialista y Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados que es radicalmente contrario al aborto y aseguró que como católico no puede estar de acuerdo con ningún tipo de aborto. Hay muchos socialistas que por serlo están contra el aborto como los militantes del Partido SAin (Solidaridad y Autogestión e Internacionalista) que firman el manifiesto “Rechamos el aborto porque somos de izquierda.” Este manifiesto ha sido promovido por Julián Gómez del Castillo, militante obrero cristiano, con 64 años de militancia socialista y miembro fundador de la HOAC, ZYX, Movimiento Cultural Cristiano y del partido político (SAIn) y en el que se defiende : “No hay en nuestros días una afirmación mas reaccionaria que la del derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido. Es el derecho de propiedad mas absoluto concebible, más allá del derecho del amo sobre el esclavo”
Gandhi que abrazó el socialismo noviolento afirmaba: “Me parece tan claro como el día que el aborto es un crimen”. También el filósofo del Derecho Norberto Bobbio, cuya adscripción ideológica al socialismo era notoria dice: «Hay tres derechos en liza. El primero, el del concebido, es fundamental. Los otros dos, el de la mujer y el de la sociedad, son derivados. Además, y esto es el punto central, el derecho de la mujer y el de la sociedad, que son de ordinario esgrimidos para justificar el aborto, pueden ser satisfechos sin recurrir al aborto, es decir, evitando la concepción. Una vez ocurrida la concepción, el derecho del concebido sólo puede ser satisfecho dejándolo nacer. (…) Me sorprende que los laicos dejen a los creyentes el honor de afirmar que no se debe matar».
El premio nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, defensor un nuevo socialismo democrático, afirmó: “«Quien justifica el aborto, justifica la pena de muerte, y yo estoy contra la pena de muerte y contra el aborto. Ser progresista significa defender la vida y nada más».
El Doctor Tabaré Vázquez, médico y ex presidente socialista de la República de Uruguay recientemente se negó a firmar la ley del aborto en su país y ha defendido que : “El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles[…] Es más adecuado buscar una solución basada en la solidaridad que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos. Es menester atacar las verdaderas causas del aborto en nuestro país y que surgen de nuestra realidad socio-económica.”
Gustavo Bueno, filósofo ateo que no reniega del entorno cultural católico y marxista heterodoxo escribe lo siguiente: «Desde mis postulados materialistas converjo plenamente con los obispos y su verdad revelada: no al aborto. No es una cuestión religiosa. Ni de izquierdas y derechas. Cuando ZP ganó las elecciones por segunda vez hace poco más de un año reunió a sus huestes y les dijo que había que dar un giro a la izquierda, así que iba a replantear la cuestión del aborto. ZP identifica el aborto como una seña de identidad de la izquierda. Oponerse sería el signo del clero reaccionario. Menudo argumento, menuda calaña. No saben nada. Da tanta pereza argumentar contra esos disparates que sólo provocan desprecio. Pero hablar de propiedad del cuerpo es individualista, lo contrario del socialismo».
Compartimos las palabras de Ana Solano, profesora de Medicina de la Universidad de Sevilla y militante del Movimiento Cultural Cristiano y partido SAIn que defiende que en España todos los partidos políticos parlamentarios han aceptado el aborto y cada gobierno ha ampliado su uso hasta convertirlo, en la práctica, en método anticonceptivo. Es una hipocresía oponerse al aborto o a la eutanasia y aceptar el modelo económico y político que genera esta cultura de muerte sustentadora de todo atentado contra la vida. Estamos en realidad ante una objetiva conjura contra la vida, o nos encontramos en una “guerra de los poderosos contra los débiles”, usando expresiones de la Evangelium vitae. Es esta la verdadera magnitud del problema, y todo reduccionismo contribuye a mantenerlo y acrecentarlo“, declara esta madre de cuatro hijos y militante de socialismo autogestionario y solidario.
En el mundo han sido innumerables veces regímenes de derecha, supercapitalistas, los que han legalizado el aborto. Han sido hombres como Robert McNamara, ex secretario de Defensa de EE UU, el cerebro de la guerra de Vietnam y ex presidente del Banco Mundial, quienes más han impulsado la aceptación del aborto, los que lo han impuesto como algo conveniente para el dominio del capital multinacional. McNamara sostenía que era más útil invertir un dólar en control de la natalidad que diez dólares en ayuda al desarrollo. McNamara, recientemente fallecido, también fue miembro de la Comisión Trilateral, la misma a la que pertenecen compañeras de su partido: Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad y Carme Chacón, ministra de Defensa.
Por otra parte, como afirma Josep Miró i Ardèvol , el señor Bono también daña a la Iglesia chilena, y en este sentido a la Iglesia universal, cuando razona que Pinochet sí podía comulgar y él no, presentando así a la Iglesia como de manga ancha con aquella dictadura y muy estricta con personas como Bono. Al hablar así escandaliza porque pretende ignorar el gran conflicto que existió entre este dictador que era masón y la Iglesia de aquel país, que encabezaba el cardenal Raúl Silva Enríquez. Bono es brutalmente injusto con actuaciones como las de la Vicaría de la Solidaridad, en defensa de los derechos humanos y de los perseguidos por la dictadura chilena. Un servicio reconocido universalmente. Es brutalmente injusto con los sacerdotes perseguidos y mártires de aquella Iglesia como Andrè Jarlan, asesinado en su parroquia. Se olvida cómo Pinochet fomentó determinadas iglesias evangélicas procedentes de EEUU como un intento de debilitar a la Iglesia católica.
El presidente del congreso dice que lleva 40 años afiliado al PSOE y que no ha ocultado que es cristiano, que quiere acomodar su vida al Evangelio de Jesús y que tiene la conciencia tranquila. Pues bien, lo que tiene que explicarnos el señor Bono es cómo se puede ser socialista cristiano y tener el sueldo millonario que tiene. Es, con diferencia, el político mejor pagado de España. La cifra no deja lugar a dudas. A la mensualidad que percibe como diputado base (3.126 euros) hay que sumarle 3.605 euros por ser miembro de la Mesa del Congreso, 3.915 euros por gastos de representación y 3.210 euros mensuales por pagos de libre disposición. Además, al haber sido elegido en una circunscripción fuera de Madrid, recibe otros 1.823 euros. En total, Bono cobra 14 pagas de 15.681 euros. Cobrando 219.534 euros al año, en un país en plena crisis con cerca de 5 millones de parados, sólo se le ocurre proponer la congelación de los sueldos y no bajárselos. ¿Para cuándo el tener vergüenza con los parados, con los que cobran el pírrico salario mínimo interprofesional, con los empobrecidos, con los pensionistas que no llegan a final de mes, señor Bono? Lo que usted hace ni es socialista ni conforme con el evangelio.
Educador, militante del Movimiento Cultural Cristiano y del Partido SAIn
Responsable de la Casa de Cultura y Solidaridad de Burgos