Cuando enterramos a un bebé en Lesbos

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El cementerio de Lesbos tiene un número en las lápidas (10, 35 o….1) es la edad de los fallecidos, muchas de ellas estimadas. En la mayoría reza el nombre “desconocido”. Son inmigrantes ahogados en las aguas que separan Europa de Turquía.

Según la agencia de noticias Reuters Mustafa Dawa, es uno de los encargados improvisado de estos enterramientos. Dawa, egipcio de 30 años y en Grecia desde la veintena, se cementerio-refugiados-lesbos-1455703387377encarga de lavar los cuerpos, amortajarlos y depositarlos bajo tierra… “Una vez realicé 57 en una semana. En un día, hice 11”, recuerda el inmigrante.

Alekos Karagiorgis, responsable desde el pasado verano del transporte de cadáveres desde las playas de la isla hasta la morgue, recuerda cuerpos descompuestos por el oleaje y los golpes contra las rocas. “No importa que sea tu trabajo: te rompe el corazón”.

En la isla de Lesbos, la principal puerta de entrada de los migrantes a la Unión Europea (UE), la alcaldía de Mitilene está cubierta con cortinas negras, en homenaje a los refugiados muertos en la costa griega.crisis-migratoria

¿Pero qué supone la muerte de los inocentes para nuestras conciencias?

Cuando enterramos a un bebé en Lesbos, enterramos nuestra dignidad como personas, damos la espalda a 470.000 muertos en Siria.

Cuando enterramos a un bebé en Lesbos, o en Tanger, o en El Paso … certificamos nuestra muerte como personas de Bien, y emprendemos nuestra vuelta a la “caverna”, dando la espalda a las verdaderas causas de las guerras, del hambre y de la injusticia; de las que en alguna o mucha medida, somos cómplices.

Cuando enterramos a un bebé en Lesbos, en Tanger o en Lampedusa…enterramos a un hijo nuestro, a un hermano de nuestros hijos… a un hijo de Dios, dimitimos como padres.

Solo nos queda pedir que estas muertes, de los migrantes empobrecidos, no se conviertan en fruto de campañas efímeras, llenas de “marketing con causa”, y suponga un trabajo permanente por cambiar las estructuras que generan tanta injusticia y dolor. Transformemos pues, este dolor… en Virtud, y digamos ¡No Matarás!.

angelus de Millet

El ángelus (1857) Jean-François Millet. Museo de Orsay. París

*El número de muertos por la guerra de Siria duplica la cifra habitualmente manejada por medios y organizaciones humanitarias. Un informe del Centro Sirio para la Investigación Política reveló que, según sus cálculos, 470.000 personas habrían perdido la vida desde que empezó la guerra en marzo de 2011, frente a las 250.000 que se estimaba hasta ahora habían muerto en la contienda.

Autor: Luis Antonio Macías