Entre 2014 y 2018, Rusia vendió armas de gran tamaño como tanques y aviones de guerra a otros países por un valor un 17% menor al periodo 2009-2013, según la base de datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri por sus siglas en inglés).
La producción y el comercio de armamento bélico, uno de los factores que ayudó a Rusia a convertirse en una superpotencia en la segunda mitad del siglo XX, pierde fuelle en un mercado en el que Occidente y China ganan cada vez más territorio.
Rusia todavía mantiene su segundo lugar en la lista de mayores exportadores de grandes armas, solo superado por Estados Unidos.
Pero, si no consigue nuevos clientes pronto, corre el riesgo de que la caída de los últimos años pase de algo puntual a una tendencia a largo plazo, según advirtió en un reciente informe la empresa privada de análisis de inteligencia y seguridad internacional, Stratfor.
Herramienta política
El comercio de armamento tiene para Rusia una relevancia económica, social y política, como explicó Chatham House, el Instituto Real de Asuntos Internacionales de Reino Unido, en un informe de 2017 titulado El rol de Rusia como exportador de armas.
Para empezar, se trata de uno de los pocos sectores en los que el país puede presumir de estar avanzado tecnológicamente.
Además, es una de las contadas industrias de manufactura que sobrevivió a la caída de la Unión Soviética manteniéndose como una fuente de empleo relevante. Da trabajo a 2,5 millones de personas, el 3% de la fuerza laboral rusa, según los datos de Chatham House.
Pero la venta de armas al exterior también cumple un papel geopolítico, pues permite a Rusia “alcanzar una amplia gama de objetivos de seguridad nacionales”, según el informe.
Le permite reforzar “su imagen como potencia global, mantener una política exterior independiente, expandir su influencia en las regiones a las que puede exportar armas e iniciar y fortalecer relaciones de defensa”.
Por algo DmitryRogozin, director de la agencia espacial rusa, llegó a decir en 2013 que el Servicio Federal de la Cooperación Técnico-Militar, el organismo responsable de la exportación de armas, era la “segunda agencia de política exterior del país”.
Sin embargo, es un negocio que presenta cada vez más desafíos.
Uno de estos son las sanciones impuestas por otros gobiernos, como las decretadas en 2014 por la Unión Europea en protesta por la anexión rusa de Crimea. Entre otras cosas, dictan un embargo sobre las importaciones y exportaciones a Rusia de armas y material relacionado.
Estados Unidos también penalizó el comercio de armas con Rusia en 2017, “un factor que pesa mucho sobre las exportaciones de defensa rusas en el mundo en la actualidad”, según le dijo a BBC Mundo en un correo electrónico Guy Anderson, director adjunto del servicio de seguridad Jane’s de la consultora IHS Markit.
En septiembre del año pasado, por ejemplo, estas sanciones alcanzaron a uno de los mayores clientes de armas rusas: China. El ejército chino había comprado a Rusia en 2017 una decena de aviones de combate Sukhoi SU-35 y, un año después, volvió a adquirir material ruso, esta vez, vinculado con el sistema de misiles tierra/aire S-400.
El Departamento de Estado de EE.UU. decidió castigar al Departamento de Desarrollo de Equipamiento (EDD) de China y a su director, Li Shangfu, por estas transacciones. Les prohibió solicitar licencias de exportación, participar en el sistema financiero estadounidense y los incluyó en la lista negra de personas con quienes los estadounidenses no pueden hacer negocios.
China reaccionó con indignación. Convocó al embajador de EE.UU. en Pekín para protestar por la medida y pidió que se “corrija el error” o se “asuma la responsabilidad de las consecuencias”.
El ascenso de China
Sin embargo, otros expertos como Alexandra Kuimova, del Programa de Armas y Gastos Militares del SIPRI, dudan del impacto que hayan podido tener estas sanciones.
“Pese a las advertencias de EE.UU., se han firmado varios contratos nuevos de compra de armas rusas. Por ejemplo, la adquisición del sistema de defensa aérea S-400 por parte de Turquía todavía tiene la entrega programada”, explicó.
India, que también es otro de los mejores clientes rusos, ha conseguido librarse hasta ahora de ser penalizada, pese a no haber obtenido una dispensa oficial por parte de EE.UU., como se rumoraba que sucedería el año pasado.
Precisamente este último es uno de los dos compradores son los que vienen a la mente a Guy Anderson, de IHS Markit, a la hora de explicar otra de las razones por las que han caído las exportaciones: “Otro factor a largo plazo es la naturaleza cambiante de dos de los mercados históricos de Rusia: India y China”.
“India ha recurrido a los proveedores occidentales en un grado mucho mayor y la creciente autosuficiencia de China ha afectado a sus importaciones de material ruso”, explicó.
Mientras Rusia reduce su presupuesto en materia de defensa, China lo aumenta y dedica a importaciones pero también brindando a sus empresas locales inyecciones que sirven para desarrollar nuevas armas.
En 2018, el gobierno ruso recortó el gasto militar en un 3,5% respecto al año anterior mientras que China lo incrementó en un 5%, según los datos de Sipri. Rusia cayó al sexto puesto en el listado de países que más gastan en defensa mientras que China se mantuvo en el segundo, solo superado por EE.UU.
En un periodo de 10 años, Rusia aumentó su gasto militar en un 27% hasta llegar a los US$61.400 millones el año pasado, una subida impulsada por un proceso de modernización que inició en 2010.
Sin embargo, el incremento llevado a cabo por China resultó aún más significativo: un 83% más durante el mismo periodo hasta alcanzar los US$250.000 millones.
Estas inversiones permitieron a China desarrollar su industria armamentística hasta el punto en que, en 2016, ya ocho de los 22 fabricantes de armas con más ventas eran empresas de este país, según un análisis publicado el año pasado por el thinktankbritánico Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés).
Según las expertas del IISS LucieBéraud-Sudreau y MeiaNouwens, las compañías chinas aún tienen “debilidades” en aspectos como los motores de avión y sistemas de propulsión naval, “pero se espera que China vaya a ser capaz de sortear estas brechas en un futuro no muy lejano”.
Además, el país ha ampliado su cartera de clientes y oferta armamentística, haciéndose un lugar entre los cinco mayores exportadores de armas.
India y Venezuela
“Hay tres grandes clientes de armas rusas: India, que supone el 27% de las ventas; China, el 14%, y Argelia, también el 14%”, dijo en una conversación telefónica con BBC Mundo Alexandra Kuimova, del Sipri.
Para la experta, el principal motivo de la reducción de ventas de armas rusa es la caída de la demanda por parte de algunos países y una competencia más fuerte por parte de otros proveedores.
Dos elementos que se pueden ver con claridad en las importaciones de su mayor comprador: India.
Este Estado asiático perdió hace poco ante Arabia Saudita el título de mayor importador de armas del mundo, pero aún es encuentra en los primeros puestos.
Durante años, Rusia fue su principal proveedor. Entre 2009 y 2013 acaparó el 76% de las importaciones de armas a India.
No obstante, los indios redujeron su compra de armas en los años siguientes y, además, empezaron a probar nuevos mercados como Brasil, Canadá, Holanda o Suiza.
El resultado es que, en el periodo 2014-2018, India adquirió armamento ruso por un valor un 42% menor y este supuso solo el 58% del total de sus importaciones de defensa.
La crisis en Venezuela también afectó al mercado ruso.
“Las exportaciones a Venezuela cayeron en un 96% entre 2009-2013 y 2014-2018. En el primer periodo, Venezuela supuso el 5,4% de todas las exportaciones rusas pero en el segundo, Venezuela supuso el 0,3%”, afirmó.
“Venezuela solía ser un destino importante. Por ejemplo, entre 2009 y 2013, Venezuela era el quinto mayor destino de armas rusas”.
Pero en los últimos cinco años, el país sudamericano apenas ha podido comprar armamento y no solo a Rusia.
“En general, las importaciones de armas a Venezuela cayeron en un 83%… Por supuesto, la razón fue la crisis económica y los sucesos políticos en el país. No tiene dinero para comprar más armas. Por ejemplo, según nuestra base de datos, entre 2017 y 2018, Venezuela no recibió ninguna gran arma”, añadió.
Occidente gana terreno
Sipri hace una estimación del valor de las entregas anuales de armamento y tiene en cuenta la antigüedad de las armas a la hora de realizar el cálculo.
Además, utiliza periodos de cinco años a la hora de comparar para tener una medida “más estable de las tendencias”, como explicó Kuimova, ya que en el sector del armamento pueden pasar muchos años desde el momento en que un producto es comprado hasta que es entregado.
IHS Markit, en cambio, maneja datos de las ventas, según los cuales uno de sus analistas, Ben Moores, aseguró que las exportaciones de armas rusas han crecido de manera constante en la última década.
“Es solo que [Rusia] no ha estado creciendo tan rápido como otros exportadores y, como resultado, han perdido una cuota de mercado significativa durante un periodo de tiempo continuo”, le dijo en un correo electrónico a BBC Mundo.
Aunque, agrupados en periodos de cinco años, los datos de la consultora sí muestran una caída en las exportaciones, pero no del 17% como los de Sipri sino del 7%: de US$46.867 millones entre 2009-2013 a US$43.631 millones entre 2014-2018.
Es más, las predicciones de IHS Markit auguran que Francia le arrebatará a Rusia el segundo puesto en exportaciones de armamento en 2020.
“Las exportaciones de los aviones de combate Rafale a India y Qatar son la razón principal de la expansión, pero un éxito continuo más amplio en las exportaciones a Medio Oriente así como las exportaciones más amplias de helicópteros han impulsado este cambio espectacular en el mercado”, dice Moores en su balance comercial anual.
Así que no solo China, si no también Occidente, le está ganando terreno a Rusia en esta industria estratégica.
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“Las exportaciones rusas decrecieron en un 17% en 2014-2018, pero por ejemplo, Estados Unidos, el mayor exportador de armas, vio incrementar las suyas en un 29% y, Francia, en un 43% y Alemania, en un 13%. Es interesante porque si vemos a los proveedores de armas, podemos ver incrementos significantes en EE.UU., España, Alemania y China también un poco, pero Rusia cae”, observó Alexandra Kuimova, la experta de Sipri.
“Argelia, por ejemplo, es uno de los clientes de armas rusas más grandes y tradicionales, pero al mismo tiempo en los últimos años empezó a diversificar su fuente de armas y comenzó a importar desde Alemania y China”, añadió Kuimova.
“Los países en vías de desarrollo tienen cada vez más fondos y pueden permitirse un armamento más complejo en comparación con las armas rusas, que son más baratas. En esos mercados residuales de baja calidad, Rusia se ha enfrentado a un desafío cada vez mayor por parte de China en algunos tipos de mercados”, explicó Moores.
StefaniaGozzer 16/5/2019 BBC News Mundo